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El punto de no retorno (I)

“A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar”

Franz Kafka

Beethoven: Sinfonía Nº 8 en Fa mayor, Op. 93

Largo y sostenido climax del primer movimiento. «Crescendo» final de la sección desarrollo del primer movimiento, justo antes de la reexposición del tema A.

Herbert von Karajan (director)

Berliner Philharmoniker

La Sinfonía n.º 8 en fa mayor, Op. 93, de Beethoven fue comenzada hacia fines de 1811 y terminada en octubre de 1812. Su estreno se realizó bajo la dirección del propio compositor el 27 de febrero de 1814, en Viena. Justo entre esos años Beethoven compuso su «Wellingtons Sieg, Op.91» («La Victoria de Wellington» o también «La Batalla de Vitoria») escrita para celebrar la victoria de las tropas británicas, españolas y portuguesas, comandadas por el Duque de Wellington (enemigo declarado de Napoleon) sobre el ejército francés en los alrededores de la ciudad de Vitoria el 21 de junio de 1813. Ello implica un cambio muy significativo ya que todos recordarán que la sinfonia nº 3 en mi bemol mayor, op. 55, de Beethoven, conocida como «Eroica» estuvo inicialmente dedicada a Napoleón Bonaparte.

La sinfonia nº 8 es una obra de transcición hacia la gran sinfonía n9 en Re menor, op. 125, conocida también como "Coral" (la última sinfonía completa del compositor) y su caracter de sinfonia "par" parece restarle importancia sobre las sinfonia "impares", todas ellas de un carácter aparentemente más abstracto. A ello ayudó mucho el enorme éxito de la sinfonía n.º 6 en fa mayor, op. 68 "Pastoral", la única de las sinfonias de carácter programático de Beethoven (y que el compositor la subtituló «Recuerdos de la vida campestre»), ya que instanteneamente se la degradó (y con ello a todas la sinfonias pares) al rango de música de menor "enjundia".

Sin embargo a pesar de su corta duración y el handicap de ser una sinfonia "par", la octava sinfonia presenta algunas novedades que cabe destacar. Como ha señalado el musicólogo Antony Hopkins, el primer movimiento tiene una estructura ligeramente inusual entre las obras de Beethoven, ya que alcanza su clímax dramático no durante la sección de desarrollo, sino al comienzo de la recapitulación, justo en la reexposicicón del tema A (en el minuto 01:15 del fragmento que escuchamos en el enlace) y además el crescendo que le constituye es extremadamente largo e intenso, podríamos decir que el más largo de todas las obras de Beethoven, que no son pocos.

Extracto del primer movimiento (compases 187-199) de la sinfonía Nº 8 de Beethoven

Esto es lo que voy a llamar el punto de no retorno. ¿Debemos desear que llegue, como Kafka? ¿Cuál es la manera de gestionarlo?

Recuerdo ahora una conversación entre Edward Said y Daniel Barenboim, recogidas en el libro «Paralelismos y paradojas» (2002) que paso a reproducir:

(Para diferenciar entre la realidad actual y la que podría o debería ser)

Barenboim: … has de ser capaz de entender la realidad antes que ninguna otra cosa. El dicho “políticamente correcto” sería inadecuado, pues, en su sentido filosófico, implica un compromiso...

Said: Compromiso y conformidad. Eso sería como un músico que dijera: “Bueno, no voy a descubrir a Beethoven a base de estudiar sus partituras y tratar de interpretarla según me inspiren. Me voy a dedicar a escuchar algunas grabaciones y limitarme a repetirlas”. Eso significa encontrar un ejemplo y copiarlo.

Barenboim: El factor valor es el más importante. Valor no significa sencillamente interpretar una obra de una manera personal o distinta, sino que ha de estar complementado con el rechazo a los compromisos: por un lado, como haría un gran hombre de Estado, se ha de entender perfectamente la realidad, la dificultad del texto y las dificultades técnicas; después ha de existir la visión de continuar adelante con el máximo valor. Dicho de otro modo, en tu interpretación de Beethoven, existe un crescendo que llega hasta el final y luego te encuentras con un «subito» piano que crea la ilusión de precipicio. Tienes que hacerlo, tienes que llegar al precipicio y no caer al final.

Said: ¿Qué haría un cobarde?

Barenboim: Bien, un cobarde llevaría el crescendo hasta cierto punto, se acercaría unos metros del borde mismo del precipicio, lo justo para no caer en él, y luego daría paso al piano. Cuando Beethoven señala un crescendo antes de un «subito» piano, significa que la última nota antes de llegar al piano debe ser la nota más fuerte del crescendo. Hace falta mucho valor para lograrlo porque físicamente es difícil. Es mucho más sencillo crear un crescendo hasta cierto punto y después dejarlo caer cómodamente hasta convertirlo en un piano, pero así pierdes la sensación de llegar al abismo y de eso es de lo que estoy hablando: valor en la música en sí misma, no en lo que tocas ni dónde lo tocas. Y esta es la clase de valor que creo necesario para resolver los más profundos problemas que hostigan a la humanidad.

(El subrayado, las negritas y el sombreado es mío)

¿Estamos en un punto de no retorno? ¿Tendremos el valor de cruzarlo? El compromiso (la cobardía) alarga el final de una época que agoniza entre estertores y sin ningún pudor.

“La naturaleza anacrónica de este imperio (la Viena del 1900) quedaba simbolizada por su anciano regente. […] el imperio sobrevivió haciendo equilibrios entre una y otra crisis, y sólo aquellos que hacían oídos sordos a las tendencias en boga podían creer en su supervivencia. Para aquellos que deseaban que sobreviviera, la situación política era siempre «desesperada, pero no seria».

Extracto del libro «Ludwig Wittgenstein. El deber de un genio» de Ray Monk.

Repaso a lo poco que hemos conocido estas últimas semanas:

CORRUPCION

  1. El Consejo de Europa acusa al senador del PP Pedro Agramunt (expresidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa) de corrupción. Agramunt participó durante años de una estrategia corrupta que condicionó decisiones de este órgano europeo
  1. Cristina Cifuentes dimite como presidenta de la Comunidad de Madrid: «He aguantado más de 35 días de una exposición permanente. Lo que ha ocurrido hoy traspasa una línea»
  1. El reparto supuestamente fraudulento, entre 2000 y 2011, de 855 millones de euros en ayudas para el empleo por parte de la Junta de Andalucía

Todos repitiendo una retahíla de absurdos argumentos que alimenta la impunidad y ponen de manifiesto la normalidad con la que en todas partes se convivia con la corrupción. Ya no puede interpretarse como algo individual sino que pertenece intrísecamente a los perversos incentivos del sistema.

NUEVAS BURBUJAS (QUE SE DISFRAZAN DE RECUPERACION)

  1. Los bancos abren el grifo del crédito y relajan el acceso a las hipotecas. El Banco de España señala que las condiciones para los préstamos "volvieron a relajarse en cierta medida durante el primer trimestre de 2018".La competencia por las hipotecas lleva el interés medio al 2,66%, el más bajo de la historia. La firma de préstamos para vivienda vuelve a acelerarse en febrero al crecer un 13,8%
  2. La nueva burbuja del alquiler: lleva registrando incrementos positivos a nivel interanual los últimos 37 meses, cuando en marzo de 2015 se detectó el primer incremento interanual (1,1%). Desde entonces no ha parado de subir. Eso sí, el precio interanual ya no sube a ritmo de dos dígitos, como pasó en 2017 durante cinco meses.
  1. El Congreso da luz verde al desahucio exprés de viviendas 'okupadas'. La iniciativa. que modifica la Ley de Enjuiciamiento Civil con el fin de acelerar el proceso para agilizar el fin de la ocupación ilegal de una vivienda en determinados supuestos de propiedad.

ENGAÑO DE LA REALIDAD Y OBJETIVOS INCOMPATIBLES.

  1. Miles de jubilados vuelven a tomar las calles por unas pensiones dignas.
  1. Draghi asegura que el BCE debe ver que sube la inflación para terminar compras de deuda.
  1. La Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo acordó esta semana cambiar la actual fórmula de revalorización de las rentas por otra distinta, que sea más flexible.

La desindexación de las pensiones acordada en las reformas del 2013 debería haber significado que el colectivo se convertiría en una dique contra la creación artificial de inflación. Los pensionsitas lejos de presionar para que no haya inflación y se acabe con la burbuja residencial, parecen más interesados en no traspasar el punto de no retorno y vuelven ahora exigiendo incrementos de las pensiones con el IPC, aunque ello signifique que aquellos colectivos, como sus hijos y sobretodo sus nietos (con menos posibilidad de oponerse al incremento de precios y con salarios a la baja y empleos precarios), cargen con los costes de mantenerse en «el mundo del ayer» [1]

Todo parece apuntar a que elegiremos el consenso, aún en contra de la realidad. Pero no parece que podamos disponer de todo el tiempo que queríamos para no sobrepasar el punto de no retorno y hallar el mundo que hay al otro lado.

Mañana hablaremos de la supuesta sensación de que podemos controlar el tiempo.

NOTAS:

[1] Washington Post «Baby boomers have been a disaster for America, and Trump is their biggest mistake yet» https://www.washingtonpost.com/opinions/2016/10/25/7d0c6a62-9aef-11e6-b3c9-f662adaa0048_story.html?utm_term=.9bb042e7add8

Washington Times «Millennials blame baby boomers for making things worse: Poll» https://www.washingtontimes.com/news/2018/apr/25/millennials-blame-baby-boomers-for-making-things-w/

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