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A Draghi le cuesta dejar la política poscrisis

La heterodoxia de Japón puede parecer menos radical tras la próxima recesión

Vista del Banco Central Europeo (BCE) desde un barco en el río Main en Fráncfort (Alemania), el pasado día 17.
Vista del Banco Central Europeo (BCE) desde un barco en el río Main en Fráncfort (Alemania), el pasado día 17.EFE

Lo radical pueden llegar a ser la corriente dominante con el tiempo. Es sin duda el caso de la política monetaria, como está descubriendo el jefe del BCE, Mario Draghi. La recuperación económica de la zona euro ha perdido impulso en los últimos meses. Esto es preocupante para el BCE, que aún no ha terminado la compra de activos ni se ha unido a la Fed en la subida de tipos.

La desaceleración económica se está manifestando en la mayoría de los 19 países de la zona y en todos los sectores. Factores aislados, como el mal tiempo y las huelgas, podrían tener la culpa esta vez, como mencionó Draghi ayer, tras la reunión del consejo de gobierno. Pero es inevitable que haya una verdadera recesión en algún momento, ya sea causada por el creciente proteccionismo comercial o por alguna otra razón.

Es posible que el BCE haya concluido su programa de compra de bonos para entonces, incluso si decide prorrogar la iniciativa más allá de la supuesta fecha final de septiembre. Pero a diferencia de la Fed, que ha subido los tipos seis veces en los últimos dos años y medio, el banco europeo todavía no se ha atrevido a ceder y su tipo de depósito es negativo. Es probable que los tipos se mantengan históricamente bajos cuando se produzca una recesión, dejando a Draghi o a su sucesor con pocas opciones más que lanzar una nueva ronda de compras de activos.

Según el vicepresidente saliente, Vitor Constancio, el BCE tampoco puede simplemente volver a centrarse en los tipos a un día del mercado monetario, como hizo antes de la crisis. Las empresas no financieras de la zona dependen menos de los préstamos bancarios que en 2007, y las instituciones que no son bancos son una parte más importante del sistema financiero. Esta evolución sugiere que la política monetaria tradicional será menos eficaz que hace una década.

El Banco de Japón, que estaba a la vanguardia de la creación de nuevas formas de estímulo, se ha diversificado. El gobernador, Haruhiko Kuroda, no solo está comprando acciones en forma de ETF nacionales, sino que también controla explícitamente la curva de rendimiento del país. Estas políticas siguen siendo demasiado poco ortodoxas para otros grandes bancos centrales. Sin embargo, pueden parecer menos radicales después de la próxima recesión.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

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