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Qué son y cómo operan los chiringuitos financieros

La CNMV ha declarado la guerra a las plataformas de inversión sin autorización El supervisor alertó el año pasado de 53 entidades

Sebastián Albella, presidente de la CNMV
Sebastián Albella, presidente de la CNMVEfe

Los denominados chiringuitos financieros son entidades que operan –o dicen operar– en los mercados, sin la preceptiva autorización de la CNMV ni de ningún otro regulador de la Unión Europea.

Los chiringuitos financieros no figuran en el correspondiente registro y, por tanto, no están autorizados para prestar servicios de inversión. En caso de que esté identificado, la CNMV dispone de un buscador que revelará esa situación. Las advertencias pueden ser consultadas en otro apartado de la web. Todos los inversores deben chequear antes de confiar su dinero a una entidad que esta está convenientemente autorizada.

Desde el año 2006, los supervisores han advertido sobre más 4.000 entidades de inversión, mientras que el año pasado la CNMV publicó 53 avisos de plataformas peligrosas para el inversor.

Técnicas de estafa

La fórmula más habitual es la llamada de teléfono con técnicas de venta de alta presión o el correo electrónico. Una vez que ha picado el anzuelo, la víctima es acosada. Recibe llamadas incluso varias veces al día en las que se le conmina a invertir bajo la amenaza de perder una oportunidad única de inversión.

Son cinco las técnicas que siempre o casi siempre utilizan. Ofrecen riquezas fantasma: prometen alcanzar una fortuna increíble; dan credibilidad, pues se hacen pasar por expertos o dicen formar parte de un negocio reputado; utilizan el consenso social, se promocionan con el hecho de que otros miembros de la comunidad o el grupo están invirtiendo; y crean la falsa impresión de urgencia, al asegurar que la oferta es limitada.

Fórmulas de actuación

Emplean anuncios en prensa, foros de internet, incluso convocan jornadas formativas o colaboran con medios de comunicación. “Convocan a personas mayores con la excusa de ponerles un documental y después los atacan. Arrancan suave y a continuación lanzan un fraude masivo: es una escalada”, dice una fuente que conoce su modo de actuar.

El esquema Ponzi –en el que los inte­reses se abonan con las aportaciones de nuevas víctimas– y otras variaciones de este sistema piramidal son los más utilizados. El pago de comisión por adelantado también es muy recurrente; en este tipo de fraude, se solicita al inversor que abone una comisión antes de recibir el activo financiero en cuestión. Las opciones binarias y derivados apalancados sobre el mercado de divisas o warrants son reclamos de webs no autorizadas para ofrecerlos. Otra técnica es inflar el precio de las acciones de una empresa diminuta con la difusión de noticias positivas. Una vez que el precio se ha disparado, los estafadores venden las acciones y dejan atrapados a los inversores. Los ladrones ofrecen –prácticamente garantizan– ganancias exorbitantes sin riesgo.

Bases de datos

Fuentes conocedoras de estas técnicas indican que los chiringuitos utilizan bases de datos de personas susceptibles de caer en sus redes. Así ocurrió con la eafi Dracon, creada por Sara Pérez Frutos y que fue multada con 1,88 millones por el supervisor español. Esta firma estaba registrada, pero la CNMV revocó su autorización en 2012 al detectar un torrente de irregularidades en su operativa. Provocó pérdidas de 12 millones de euros a más de 500 inversores, y muchos de ellos son, hoy por hoy, llamados por otras firmas con una cantinela similar.

Dracon, incluso, fichó para hacer labores de captación a otro viejo conocido de la CNMV, Francisco Guillén, administrador único de Aurea Valores.

En 2008, la CNMV impuso una multa récord a Aurea de más de 16 millones de euros, un chiringuito financiero que prestaba servicios de inversión sin estar autorizado para ello y que había sido llamado al orden en varias ocasiones por la CNMV, ha sido el principal destinatario del escarmiento.

Aurea, cuyo objetivo social según el registro mercantil es la enseñanza, forma parte de una red de 21 sociedades agrupadas bajo el paraguas del grupo AIM, que llegó a contar en 2006 con al menos siete oficinas en Madrid y Salamanca. Ya en 2003, el supervisor realizó un aviso al público sobre AIM Warrants, una de sus filiales, que tuvo continuidad en los años siguientes con varias advertencias sobre otras filiales en 2005 y 2006.

Retrato robot

Las encuestas realizadas por varios de los 38 supervisores que forman el comité de inversores minoristas de Iosco, entre ellos la CNMV, revelan que el perfil real del estafado por un chiringuito está muy lejos del de una persona con bajos conocimien­tos financieros o del estereotipo de un individuo aislado, frágil e ingenuo. Al contrario. “Suele ser un hombre, de mediana edad, casado y con una buena formación académica”, señala Iosco. Más aún, en Estados Unidos, la Finra, la organización que autorregula el sector financiero allí, ha detectado que el objetivo eran los varones entre 55 y 65 años con conocimientos financieros por encima de la media, con un título universitario y que actúan de forma independiente en la toma de decisiones. 

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