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A Fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Quién liderará la industria del automóvil del futuro, EE UU o China?

Pekín cuenta con una estrategia para dominar el ambicioso mercado mundial del coche eléctrico

Un grupo de operarios trabajan en el ensamblaje de un coche eléctrico en una fábrica de Pekín.
Un grupo de operarios trabajan en el ensamblaje de un coche eléctrico en una fábrica de Pekín.Reuters

El presidente chino, Xi Jinping, aprovechó el Foro de Boao sobre Asia el pasado 10 de abril para delinear los planes que podrían ampliar el acceso al mercado chino para los inversores extranjeros. Sin embargo, es poco probable que la retórica desactive las tensiones económicas entre China y Norteamérica, a pesar de la aparentemente positiva reacción de Trump. Xi se comprometió a una mayor apertura comercial en varias áreas que, en gran medida, no son nuevas. Por lo tanto, el discurso no ha sorprendido ni engañado a Trump.

Xi confirmó en su discurso los planes para elevar la participación que los fabricantes de vehículos extranjeros pueden tener en empresas conjuntas con productores locales (actualmente limitada al 50%). El calendario de implementación está en el aire. El presidente chino no se atrevió a ofrecer el 100% a la propiedad forastera (aunque el Gobierno se había comprometido previamente a liberalizar la propiedad extranjera en la fabricación de vehículos de nueva energía, específicamente dentro de las zonas piloto de libre comercio de China antes de junio de 2018). En 2016, China superó a los Estados Unidos al convertirse en el mercado más grande y de más rápido crecimiento para los “vehículos de nueva energía” (VNE), una designación que incluye automóviles híbridos y otros. Aunque el sector está compuesto de fabricantes chinos que producen un número récord de VNE cada año, el crecimiento de la industria sigue dependiendo de los subsidios del Gobierno y no de una fuerte demanda de los consumidores.

El mercado de VNE de China ha aumentado en los últimos cuatro años. De alrededor de 17.600 unidades vendidas en 2013 se ha pasado a casi 500.000 en 2016, según las estadísticas oficiales. Esto representa el 40% del total mundial, y más del doble del tamaño del segundo mayor mercado de VNE, Norteamérica. Las fuertes ventas en 2016 y 2017 han convertido a China en el productor de vehículos VNE más grande del mundo, por delante de USA: fabrica aproximadamente un millón de vehículos, un tercio del total mundial.

El partido ha incluido el desarrollo de VNE como una parte clave de los planes quinquenales de desarrollo de China desde 2001, pero no fue hasta 2010 que el Gobierno clasificó este sector como una “industria emergente estratégica”, designación destinada a atraer inversiones con ventajas fiscales. China quiere vender dos millones de VNE en 2020 y siete millones cinco años después.

El desarrollo de VNE tiene sentido estratégico para China. Estos vehículos son vistos como una parte clave de los esfuerzos más grandes de China para reducir la contaminación urbana. Pero China también ve los VNE como una herramienta para el desarrollo industrial: primero, representa una oportunidad para que sus empresas aumenten su cuota de mercado de la industria automotriz nacional, todavía favorable hacia los fabricantes de automóviles extranjeros.

En segundo lugar, el desarrollo de VNE alimenta la estrategia de Pekín para convertirse en el primer productor/vendedor global: es la iniciativa Made in China 2025 (MIC2025). Lanzada en 2015, establece objetivos de cuota de mercado para las empresas nacionales en diez sectores empresariales de actividad; dirige el desarrollo de VNE de marca china para captar el 70% del mercado en 2020; y su objetivo es que, dos de las diez principales empresas globales de este mercado sean propiedad de China en 2025, lo que no excluye compras de compañías occidentales, a pesar de la orden del partido a los conglomerados chinos (conocidos en España: HNA Changyu, Tzaneen, WH) de no seguir endeudándose con dinero público.

Finalmente, la promoción de VNE alimenta a una cadena de valor más amplia y estratégica. Al promover las ventas, el Gobierno apoya a sus fabricantes de baterías de iones de litio, un sector en el que China también busca desarrollar líderes en el mercado mundial. Goldman Sachs estima que el sector tendrá un valor de 40.000 millones de dólares americanos en 2025. Liderar tanto los VNE como la producción de baterías de iones de litio, no solo permitiría a China dominar el futuro sector del automóvil, sino que también haría que empresas chinas emergieran como líderes en una amplia gama de sectores, que van desde teléfonos inteligentes hasta ordenadores portátiles: Xiaomi, Huawei, ZTE, Lenovo...

Xi también prometió “significativamente bajar” las tarifas de importación de vehículos extranjeros este año, junto con otros productos. Este fue un gesto amable hacia Trump, quien se ha quejado de los altos aranceles de importación de automóviles en China. Sin embargo, los principales beneficiarios serán las marcas de lujo alemanas (BMW, Mercedes, Audi); las principales compañías automovilísticas norteamericanas venden automóviles al mercado chino a través de sus filiales locales…

Otros cambios delineados por Xi incluyen una relajación de restricciones en el sector de servicios financieros hacia bancos extranjeros, a quienes China necesita pedir prestado. Estas medidas fueron enunciadas en el Congreso de PCCH en noviembre de 2017, aunque no hay un calendario detallado. Xi reiteró las promesas de reforzar la protección de los derechos de propiedad intelectual –pero no aludió a que China es el primer país del mundo en saltarse a la torera esos derechos, copiando–, introducir una nueva lista negra de empresas chinas que no podrán invertir en el extranjero este año para evitar el sobre-endeudamiento y establecer los puertos de libre comercio en todo el país.

Xi no se comprometió a una reorientación fundamental en la economía y la economía chinas, como le pide Trump. Políticas industriales, como su programa Made in China 2025, –foco de investigación por parte de EEUU y motivante de la guerra comercial–. Las tensiones subyacentes en la relación económica entre USA Y China persisten.

Lo que está en juego es la primacía económica y militar mundial. En todo lo anteriormente escrito puede verse el patrón de comportamiento de Estados Unidos de los Acuerdos de Bretton Woods de 1944: fabricación local, exportaciones, compras en el exterior, endeudamiento…Como escribió Mao Zedong en el Libro Rojo, “utilicemos las tácticas de Occidente para conquistar Occidente”. Xi-Jinping es el presidente chino con más poder tras la muerte de Mao

 Jorge Díaz Cardiel es Socio director Advice Strategic Consultants y autor de ‘Clinton vs Trump’ y ‘Trump, year one’

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