Santander frena la venta de su ‘call center’ para evitar un conflicto con 60.000 trabajadores
Paraliza el acuerdo con Apollo en Konecta, por cerca de 800 millones Se reparte el capital con PAI y los fundadores, comandados por Jose María Pacheco
Era una de las operaciones más esperadas en el capital riesgo español, pero que finalmente se queda en dique seco, al menos de momento. Santander ha decidido paralizar la venta, bajo la batuta de Goldman Sachs, de su negocio de call centers cuando lo tenía prácticamente cerrado. Las últimas discrepancias con respecto al precio y el miedo a que la operación acabe derivando en una merma reputacional para el banco han terminado por embarrancar la operación, según explican fuentes conocedoras de la marcha de la operación a CincoDías.
El fondo británico Apollo se había quedado solo en la puja por Konecta y estaba dispuesto a desembolsar cerca de 800 millones de euros. Previamente había competido con otros pesos pesados del capital riesgo mundial. La cifra tampoco convence al capital riesgo socio del banco español, PAI Partners, con un 40%. Mientras, el equipo gestor, que retiene todavía el 20% restante, tiene capacidad de espera. En este último destaca el presidente de la compañía, José María Pacheco. Pero la cifra tampoco contenta a Santander, que controla el otro 40%. Cuando, en 2015, PAI entró en el accionariado valoró la compañía entre los 300 y los 350 millones.
El banco presidido por Ana Botín requiere una cantidad mayor que mitigase el posible impacto reputacional que pueda acarrear para su marca el futuro de Konecta. Máxime ante el ejemplo que ha sentado Atento.
Telefónica vendió en 2014 la que, por entonces era su filial a Bain Capital, por más de 1.000 millones. Previamente, en 2011, la operadora canceló el estreno en Bolsa de Atento ante la falta de demanda. La teleco mantuvo, sin embargo, su relación comercial, que la convertía en el primer cliente de Atento. Desde que se cerró la venta, el nuevo propietario ha impulsado sucesivos recortes de personal que han llegado a la opinión pública.
El equipo de Ana Botín quiere evitar esta situación. Konecta cuenta con una plantilla que supera los 60.000 trabajadores en todo el mundo. Las fuentes consultadas señalan que Santander no podrá desentenderse por completo de la plantilla aunque venda su participación. Una parte son los operadores que atienden a los clientes del banco.
Pese a no tratarse de un activo estratégico para la entidad, lo cierto es que las cuentas de Konecta están en orden. Según los resultados de 2016, las últimas depositadas en el Registro Mercantil, este grupo de call centers facturó casi 550 millones de euros, lo que lo coloca como uno de los líderes del sector. Registró un beneficio de explotación (ebit) de más de 26 millones de euros.
La entrada de PAI en el capital de Konecta viró la estructura del negocio de la compañía. El objetivo ha sido incrementar su presencia internacional (fundamentalmente en Latinoamérica) y reducir la dependencia de Santander.
Así, según la nota de prensa remitida por la propia compañía el pasado 1 de febrero, el 70% de los 770 millones de ingresos en 2017 corresponde con su negocio más allá de las fronteras españolas. La empresa cuenta además con una cartera de más de 400 clientes. Así, Konecta es líder del sector en España y Colombia y alcanza el pódium en Perú y Argentina. Al entrar PAI en el capital, la compañía desarrolló una estrategia de expansión.
En 2016, compró la empresa latinoamericana Allus Global y se hizo con el 49% de la mexicana B-Connect.