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Cuánto ha subido el gasto en pensiones desde 2008 mientras los salarios caían

La protección a la vejez es la única partida social que ha aumentado Elevar las prestaciones exige lograr más ingresos

Situación del mercado laboral y las pensiones
Alejandro Meraviglia

Miles de jubilados se manifestaron el pasado jueves en diversas ciudades de España para reclamar una mejora de las pensiones de jubilación. Las prestaciones se han revalorizado un 0,25% anual desde 2014, un incremento mínimo. Sin embargo, el porcentaje de aumento de la pensión de jubilación ha superado la inflación media en todos los ejercicios con la única excepción de 2017. Es decir, los pensionistas son un colectivo que en el global de la crisis económica no han perdido poder adquisitivo. De hecho, los mayores de 65 años son los que presentan un menor riesgo de pobreza. Menores, jóvenes y parados de larga duración sobresalen como los perfiles más vulnerables.

El reto demográfico y la sostenibilidad de las pensiones son uno de los principales problemas a los que se enfrenta España y la mayoría de países desarrollados. Cada vez hay más pensionistas y los que entran en el sistema tienen derecho a una prestación más elevada y que cobrarán durante más tiempo. El gasto público ligado a la vejez no ha cesado de crecer al tiempo que durante la crisis se destruían empleos y se reducían los salarios. A falta de cerrar los datos de 2017, la estadística de la Agencia Tributaria refleja que entre 2008 y 2016, la masa salarial se ha reducido un 8,3%. La suma de todas las nóminas ha pasado de 366.819 millones en 2008 a 336.938 millones en 2016. En este mismo período, la suma de todas las pensiones declaradas se ha incrementado un 33,4%. De 97.826 millones a 130.476 millones.

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La ecuación refleja un panorama preocupante. El sistema español se fundamenta en la solidaridad intergeneracional. Los activos de hoy financian con sus cotizaciones las prestaciones de los jubilados con la confianza de que, en el futuro, también los activos les pagarán a ellos sus pensiones. El problema es que, con el sistema actual, los números no salen. La Seguridad Social presenta un desfase crónico. El sistema de pensiones registró un déficit récord de 18.800 millones de euros en 2017. El superávit del Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE) mitigó algo el desfase y rebajó los números rojos a 16.800 millones (un 1,6%) del PIB.

Protección social, sanidad, educación y deuda supone el 80% del gasto público

¿Significa esto que los pensionistas están condenados a registrar subidas exiguas de la pensión y a perder poder adquisitivo. No, necesariamente. Pero sí que significa que incrementar las prestaciones supone restar recursos de otras partidas, incrementar el déficit y la deuda pública o subir los impuestos.

El Gobierno de Mariano Rajoy ya abrió la puerta a financiar las pensiones a cargo de los Presupuestos Generales del Estado y el Pacto de Toledo analiza nuevas vías de ingresos. La idea de desviar recursos de otras partidas hacia las pensiones tiene un margen de recorrido escaso.

El 63,7% del gasto público total se destina a protección social, educación y sanidad. El pago de intereses, donde no hay margen de actuación, representa el 6,6% del total. Así, el Estado de bienestar y la deuda suman el 80% del total. El restante 20% se destina a justicia, defensa, seguridad, cultura, etcétera. No hay mucho margen.

La única de las grandes partidas que no ha registrado ni un descenso anual durante la crisis ha sido el capítulo de protección social a la vejez, que incluye las pensiones de jubilación o los gastos de dependencia de los mayores. Hoy este capítulo asciende a 102.573 millones, según la clasificación funcional del gasto público. Representa un 46,4% más que en 2008. En el mismo período, el gasto en desempleo se ha reducido un 13,6% por la mejora del mercado laboral y porque muchos parados han agotado la prestación. El gasto en educación también se ha reducido un 4,5% y el de sanidad ha aumentado un ligero 0,45%.

Propuestas

Inflación. Las pensiones han centrado buena parte de la actividad parlamentaria en una legislatura con pocas reformas ante las dificultades del Gobierno para alcanzar mayorías. De hecho, el Ejecutivo se ha quedado a menudo solo. La mayoría del Congreso ha aprobado varias mociones solicitando al Gobierno que revalorice más del 0,25% las pensiones y vincule las subidas futuras al IPC.

Subida del 1,6%. El PSOE se ha posicionado a favor de las protestas de los pensionistas y presentará una iniciativa en el Congreso mañana para garantizar una subida de las pensiones del 1,6%. No es la primera vez que impulsa este tipo de medidas legislativas que no tiene recorrido por la oposición del Ejecutivo.

Vida laboral. El Gobierno ha planteado la posibilidad de permitir que algunos jubilados puedan calcular su pensión con toda la vida laboral. Ello resultaría especialmente beneficioso para los parados de larga duración, que tienen dificultades para encontrar un empleo antes de llegar a la edad de retiro. El Ejecutivo también estudia rebajas del IRPF para los asalariados que continúen trabajando una vez cumplida la edad de jubilación.

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