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Letonia muestra los fallos de la eurozona

La lucha contra el lavado de dinero está poco coordinada, pero la situación podría cambiar

Oficina principal de ABLV en Riga (Letonia), el pasado día 18.
Oficina principal de ABLV en Riga (Letonia), el pasado día 18.REUTERS

Un escándalo bancario en Letonia ha descubierto agujeros de lavado de dinero en la zona euro. Los reguladores de EE UU han acusado al tercer banco más grande del país báltico, ABLV, de saltarse las sanciones a Corea del Norte. La entidad perdió rápidamente más de un quinto de sus depósitos, lo que llevó al BCE a congelar pagos. Los bancos letones, que dependen en gran medida de los estados exsoviéticos vecinos para su financiación, no son ajenos a las acusaciones de mala praxis. Malta y Chipre también han sido criticados por una supervisión deficiente.

La unidad de delitos financieros del Tesoro de EE UU no se ha andado con delicadezas: su web dice que el lavado de dinero es un “pilar” del negocio de ABLV. Mediante la bancarización de empresas pantalla de alto riesgo, se ha expuesto a la explotación de su red para una amplia gama de actividades delictivas, según el organismo, que ha propuesto bloquear su acceso al sistema financiero de EE UU. El banco niega las acusaciones. Y el asunto se ha visto difuminado por una investigación aparte sobre sobornos que involucra al gobernador del banco central letón. Aun así, el caso apunta a serias deficiencias de supervisión que afectan a la zona euro en general.

El año pasado, otros dos bancos letones fueron multados por infracciones similares, también por una investigación de EE UU. Y un informe del Europarlamento identificó un número sospechosamente alto de empresas pantalla relacionadas con Letonia en los Papeles de Panamá. Todo esto refuerza la opinión de larga data de que el país es una puerta de entrada a la zona euro de dinero ruso sospechoso.

La aparente inacción de las autoridades de la UE se suma a la vergüenza. Pero la estructura del bloque no ayuda. El BCE tiene la tarea principal de vigilar la estabilidad financiera más que la praxis. La lucha contra la financiación ilícita se deja en gran medida en manos de una mezcolanza de autoridades nacionales poco coordinadas. Y no todos los Estados están a la altura.

La solución obvia sería establecer un organismo supranacional que luchara contra el lavado de dinero en la región. El BCE parece estar en una posición ideal, pero se ha mostrado reacio a asumir la tarea. El escándalo letón podría cambiar esa situación.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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