Qué retos le esperan a Guindos en la vicepresidencia del BCE
Contribuirá a gestionar el fin de las compras de deuda, que el mercado ya prevé para septiembre El cambio de ciclo y la prevención de una futura crisis, grandes desafíos a medio plazo
Luis de Guindos se incorporará a la vicepresidencia del BCE el próximo junio, después de haber sido el candidato elegido por el Eurogrupo y a falta únicamente de algunos trámites formales. El aún ministro español de economía pasará a formar parte del Comité Ejecutivo de la máxima autoridad monetaria de la zona euro en un momento complejo y en el que los inversores miden con lupa cada paso y mensaje de los bancos centrales.
De entrada, la designación de Guindos provocó el lunes la reacción inicial en el mercado de elevar la rentabilidad de los bonos soberanos de la zona euro, en la idea de que su llegada dará un tono más duro a la política monetaria del BCE, en especial ante la perspectiva de una futura presidencia alemana en el Banco Central Europeo. De hecho, Guindos se incorpora a una institución que en los próximos meses va a intensificar la delicada transición a la normalización de la política monetaria, después de años de estímulos y compras de deuda que han servido para garantizar la supervivencia del euro y para abaratar a niveles insólitos el coste de financiación de los gobiernos de la zona euro, empezando por el de España.
En el horizonte más inmediato, y con Guindos ya en la vicepresidencia, el BCE tendrá que decidir en qué momento poner fin al programa de compras de deuda, que por ahora está vigente hasta septiembre a un ritmo de 30.000 millones de euros al mes y que la institución podría prolongar en caso de que fuera necesario. Draghi no ha dado pistas sobre qué decisión se tomará pero sí ha reconocido que el consejo de gobierno del BCE se debate entre ponerle fin de manera efectiva en septiembre, la tesis que defendería Alemania, o dejar abierta su fecha de término.
Guindos se incorporará por tanto al debate, aunque en su primera intervención tras su designación ha evitado identificarse como halcón o paloma, como partidario de la corriente alemana de endurecer estímulos o de prolongarlos. Sin embargo, tal y como apuntan los expertos, la llegada de Guindos no será por sí misma motivo para acelerar el endurecimiento de la política del BCE, para lo que las condiciones económicas y de mercado ya estarían allanando el terreno. “Guindos mantendrá el plan de salida del BCE, que está bastante preestablecido y que trata de replicar la exitosa retirada de estímulos de la Fed”, explica Roberto Ruiz-Scholtes, director de estrategia de UBS Banca Privada y para quien “el mercado va a seguir su curso”, sin que Guindos vaya a ser factor para acelerar las alzas de rentabilidad de la deuda. “El mercado ya no espera que las compras de deuda del BCE se prolonguen más allá de septiembre”, añade.
En este sentido, Raymond Torres, director de coyuntura y estadística de Funcas, apunta que “los inversores ya contemplan que la normalización de la política monetaria del BCE vendrá antes de lo previsto, más allá de la composición o el perfil político que pueda tener la institución”. De hecho, Estados Unidos estaría haciendo en buena parte el trabajo del BCE, al ir preparando a los inversores para un entorno de más inflación y tipos más altos que se ha comenzado a vislumbrar con mayor claridad en este mes de febrero. “El gran reto es la normalización monetaria y va a suceder antes de lo esperado por el contagio de lo que sucede en EE UU y también por la recuperación económica en Europa. La clave será más bien ver el grado de contagio que llega desde EE UU”, advierte Torres. “Guindos llega al BCE en un momento muy interesante y complejo, la institución tendrá que buscar el equilibrio entre retirar las medidas excepcionales sin endurecer en exceso las condiciones de financiación”, añade Víctor Echevarría, analista de AFI.
Junto al gran reto de completar la retirada de estímulos monetarios sin crear traumas en la economía ni el mercado, en los ocho años que podrá permanecer en la vicepresidencia del BCE, Guindos va a afrontar además un desafío de más largo plazo y gran calado: cómo anticiparse a la siguiente crisis, que acabará por llegar, y cómo gestionarla cuando el BCE ya ha empleado con intensidad las herramientas anticrisis habituales, hasta el punto de dejar escaso margen para su uso futuro. Así, el balance del BCE ha disparado su tamaño a niveles récord de 4,5 billones de euros y tendrá que menguar antes de que la institución asuma nuevos riesgos con la compra de más deuda en una nueva crisis. Además, los tipos de interés han caído tanto que no habrá el margen de recorrido a la baja del que sí disfrutó el BCE para abaratarlos cuando comenzó la crisis de 2008.
“Los inversores ya contemplan que la normalización de la política monetaria del BCE vendrá antes de lo previsto, más allá de la composición o el perfil político que pueda tener la institución”, según Funcas
“La gran duda es si en el próximo año terminará el actual ciclo definitivamente. Es casi seguro que a Draghi le va a tocar un primer cambio de tendencia y habrá que acelerar las políticas preventivas”, añade Raymond Torres. “El BCE tendrá que amortiguar las futuras crisis, seguro que ya viene trabajando en ello”, apunta Ruiz-Scholtes.
Los analistas coinciden en que la creación de una completa unión bancaria en la zona euro, con un fondo de garantía de depósitos europeo aún pendiente, será un elemento clave a la hora de combatir crisis futuras y que hasta ahora ha encontrado dificultades políticas. “La experiencia de Guindos como ministro y su conocimiento institucional de Europa le puede ser muy útil”, señala al respecto Torres.
Por el camino, el BCE afrontará también el momento de la devolución de las líneas masivas de liquidez TLTRO concedidas a la banca y que el sector debe devolver en 2020 y 2021. “Es la devolución brusca de mucha cuantía, el BCE tendrá que suavizar ese proceso”, añade el estratega de UBS. La firma suiza prevé que sea ya en el verano de 2019 cuando el BCE inicie la senda de subidas de tipos, poco antes de la marcha de Draghi en noviembre de ese año, “al que probablemente sucedería el alemán Jens Weidmann”.