Cómo influye la inflación en la cartera
Tanto los gestores de renta fija como los de variable deben contar con los vaivenes de este indicador
El Yin y el Yang son dos conceptos tradicionales del taoísmo que representan la dualidad de fuerzas opuestas y complementarias que se encuentran en todas las cosas del universo. Según esta idea, cada ser, objeto o fenómeno posee una propiedad de la que depende para su existencia, pero al mismo tiempo dicha propiedad puede llegar a ser vista como su contraria. Así, todo depende del punto de vista con que se mire, o de cómo cambien las circunstancias que lo influyen, de modo que nada existe en su estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino todo se encuentra afectado por una continua transformación. Si aplicásemos esta filosofía a la economía moderna, seguro que encontraríamos muchas variables económicas que cumplen esa condición de verse gobernadas por fuerzas contrapuesta. Pero de entre todas, existe una en especial en la que se identifican de forma más clara ese Yin y ese Yang: la inflación.
La inflación, es un fenómeno que puede verse desde un prisma muy positivo (Yang, parte dominada por la luz), pues resulta ser el incentivo a los ahorradores para invertir y a los consumidores para gastar en vez de posponer dicho gasto, haciendo que el dinero se mueva en la economía. Además, la inflación permite a los deudores hacer más holgadamente frente a sus deudas, a las empresas poder ajustar salarios de forma real sin tener que hacerlo en términos nominales o al Estado hacer frente al gasto de las pensiones. Pero sobretodo, según los economistas fieles a la corriente keynesiana, lo más positivo de la inflación es que esta equivale a un mayor crecimiento económico, ya que una alta inflación se relaciona con una reducción del desempleo y un aumento de la actividad productiva, tal y como se demostraba con la Curva de Philips.
Sin embargo, a su vez, con estas circunstancias e interpretaciones positivas coexisten otras negativas. Así, en su vertiente negativa (el Yin, o parte dominada por la oscuridad), tenemos que la inflación provoca que el apalancamiento alcancecotas mayores, castiga a los acreedores o reduce el poder de compra de trabajadores y pensionistas si no se realiza el ajuste nominal pertinente de sus rentas, entre otros. Además, como contestación al optimismo de la vertiente Keynesiana, Milton Friedman argumentó que una política monetaria expansiva solo tiene efectos reales de crecimiento a corto plazo, mientras que a largo el único efecto que produce es puramente inflacionario. En la gestión de fondos, la inflación es una de las variables primordiales que un gestor ha de tener en cuenta a la hora de montar y ajustar una cartera de inversión.
Los gestores de renta fija han de anticipar posibles sorpresas de la inflación real sobre la esperada, para poder anticiparse a las subidas de tipos de los bancos centrales y así preponderar una parte de la curva u otra. Por su parte, los de renta variable, deben analizar si la inflación afecta positivamente o negativamente a los precios y volúmenes, tanto del producto final vendido como a las compras de materias primas, insumos, costes laborales u otros aprovisionamientos, expandiendo o erosionando los márgenes. Sorpresas al alza en las expectativas de inflación, como la que se ha producido en USA a final de enero a raíz de la publicación del dato de salarios, supone que el mercado anticipe las próximas subidas de tipos, lo que tendrá un efecto de enfriamiento del crecimiento económico, especialmente cuando en dilatados periodos de tipos bajos se han alcanzado altos ratios de apalancamiento (lo que incrementa la sensibilidad del mercado a dicho encarecimiento de la deuda).
Así, los vaivenes en la inflación –y en sus expectativas– no sólo afectan a las carteras de renta fija, en las que las rentabilidades de los bonos han de subir y en consecuencia sus precios bajan, sino también en las de renta variable, dado que las valoraciones intrínsecas de las acciones puedan verse atenuadas (debido al potencial aumento del coste medio ponderado del capital con el que se valoran los flujos de caja futuros). Con todo, la tarea de un gestor de fondos será entender en qué punto se encuentra el equilibrio entre ambas fuerzas, ese Yin y Yang que impregnan la esencia de la inflación.
Lucas Maruri es Gestor de renta variable en Gesconsult