El mercado petrolífero mira a Trump más que a las protestas en Irán
El restablecimiento de las sanciones a Teherán por parte de Washington podría impactar en el precio del crudo
El mercado mundial del petróleo entra en 2018 vulnerable frente a shocks geopolíticos que pueden aumentar los precios. Los disturbios en Irán, que ahora parecen estar disipándose, fueron la primera contienda. Posiblemente la próxima y más importante sea la revisión del acuerdo nuclear con el país –alcanzado en 2015 y que ahora Trump quiere no renovar–.
Una de las razones por las que el precio del crudo es susceptible de alteraciones es que la creciente economía global ha estimulado su demanda, al tiempo que la oferta también se ha restringido. La OPEP y Rusia decidieron en noviembre ampliar los recortes a la producción por valor de 1,8 millones de barriles diarios hasta finales de este año. El stock de crudo ha caído a niveles de los últimos cinco años y los datos apuntan que los especuladores están apostando fuerte por precios más altos. Mientras, los contratos de futuros del petróleo muestran signos consistentes con un mercado poco abastecido.
Las protestas en Irán son una grave amenaza para el presidente Hassan Rohani. Pero a falta de una revolución como la de 1979, que ponga al país patas arriba, es poco probable se recorte la producción. La OPEP obliga al país, el cuarto del mundo en reservas de crudo, a mantener el actual tope de 3,8 millones de barriles diarios. Pero Irán se esforzará por seguir bombeando, ya que las exportaciones de petróleo ayudan a pagar los subsidios internos, uno de los focos de tensión que dieron pie a las protestas.
Trump es una amenaza mayor. Es probable que decida a mediados de mes si considera que Irán ha cumplido o no con el acuerdo de 2015, que rebajó las sanciones impuestas al país. Entre mediados de 2011 y finales de 2012, cuando estaban plenamente el vigor, la producción iraní cayó un 25%.
Restablecer las sanciones podría tener un gran impacto, aunque ello no significa un aumento mecánico de los precios. La producción de gas de esquisto de EE UU podría aumentar, y los otros signatarios del acuerdo con Irán –China, Alemania, Reino Unido, Rusia y Francia– no tendrían por qué seguir el ejemplo de Trump. Aún así, el potencial para agitar el mercado petrolífero iraní radica en la Casa Blanca más que en las protestas internas.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Elisa Castillo Nieto, es responsabilidad de CincoDías.
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