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Trabajar en Navidad para librar en Diwali o en Yom Kipur

Spotify permite a sus empleados intercambiar festivos nacionales por otros días Las compañías impulsan estos cambios motivadas por la globalidad y la interculturalidad de sus equipos

Pablo Sempere

Desde estas Navidades, los cerca de 3.500 empleados que Spotify tiene diseminados alrededor de todo el mundo podrán elegir si descansan o trabajan en los días festivos nacionales de cada país. De esta forma, en función de sus creencias religiosas, o simplemente de sus intereses, tendrán la posibilidad de intercambiar, por ejemplo, la Navidad por el Yom Kipur o los días de Pascua por Diwali. Esta medida, que la empresa sueca de música en streaming ha impulsado recientemente, está diseñada para ofrecer a sus empleados, de hasta 90 nacionalidades diferentes, la flexibilidad y libertad de celebrar los valores y creencias que sientan más cercanos, en palabras de la directora de recursos humanos de la compañía, Katarina Berg. Así, “todos tienen el derecho de celebrar y sentirse incluidos, sin importar quiénes son, en qué creen, de dónde vienen y en qué país están trabajando en este momento”, asegura.

Estas medidas, aunque avanzan a paso lento en el mercado, comienzan a coger cierto peso, “sobre todo en las empresas más ligadas al sector tecnológico, que son las que suelen encabezar este tipo de transformaciones”, explica Camino Rodríguez, socia directora de Ackermann International. De hecho, la posibilidad de flexibilizar los festivos nacionales es un tema que ya se está debatiendo a día de hoy en estos círculos tecnológicos e innovadores, más globales y heterogéneos que otros sectores, “aunque la legislación española sigue sin dar muchas oportunidades todavía”, reconoce la experta.

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A día de hoy, en España, en estas fechas es obligatorio descansar. “Los convenios sectoriales o empresariales solo admiten cambios si es para que los empleados trabajen, con un régimen de compensación por su labor”, prosigue Valentín García, socio de laboral del despacho de abogados Cuatrecasas, Gonçalves Pereira. Por eso, para que este tipo de medidas pudiesen extenderse a otras empresas, sería necesaria una nueva regulación. No obstante, aventura García, quien achaca estas políticas a las nuevas tendencias que se viven en las compañías, la transformación, aunque lenta, es factible: “Recordemos que en España hace años era inviable que las empresas abriesen en domingo, algo que hoy tiene luz verde en muchos sectores”.

Otro de estos cambios, ilustra la directora para el sur de Europa y Benelux de Lee Hech Harrison, Nekane Rodríguez, llegó en su momento con las vacaciones de verano: “En España era casi obligado cogerlas en agosto, y hemos avanzado mucho, dando la posibilidad a los empleados de que adapten su calendario a sus necesidades particulares. Todo lo que permita alinear al máximo la vida laboral con la personal, siempre y cuando las circunstancias de la empresa lo permitan, es beneficioso”, alega.

Todo lo que permita alinear la vida laboral con la personal es beneficioso

Aunque es cierto, matiza Rodríguez, que de medidas como las de Spotify, al menos por ahora, seguramente solo se beneficien unas pocas personas. Hay que recordar que otras ramas de la sociedad, como la educativa, se rigen por un calendario común, “y a la mayor parte de profesionales no les compensa renunciar a los días en los que la mayoría de la gente está de vacaciones”. Donde más sentido tienen estas medidas, apunta Camino Rodríguez, es en los casos en los que uno o varios empleados trabajan en un país extranjero, sin rasgos y costumbres culturales comunes. “Ahí es factible poder acumular fechas concretas para viajar a tu país en otros momentos importantes del año”.

Todas estas transformaciones están inspiradas en la cada vez mayor sensibilidad de las organizaciones hacia las creencias y necesidades de sus profesionales. Esta experta recurre al ejemplo de las oficinas en España de una gran multinacional tecnológica china. En esta filial, la empresa cuenta con muchos ingenieros del gigante asiático. Por eso, ha instaurado unos horarios y una cultura que permite a los profesionales compaginar sus costumbres con el trabajo. “Así, se permite a los empleados hacer una hora de gimnasia por la mañana antes de la jornada, una costumbre arraigada en China, o parar a mitad de la tarde para meditar antes de seguir trabajando”. Estas medidas, asegura, no implican que las empresas se amolden a las religiones o costumbres de una región concreta. “Únicamente muestran que es posible respetar a cada empleado sin que el trabajo se vea perjudicado”.

Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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