Las químicas y ‘farmas’ contaminan menos y son más seguras
Las emisiones de óxido de nitrógeno se han reducido en un 63% Para 2018, el reto está en atraer a más firmas de menor tamaño
Hay sectores que aprendieron rápido la lección. Las industrias químicas y farmacéuticas hace tiempo que ponen en marcha políticas de responsabilidad social corporativa (RSC) y son pioneras en hacer suyos, por ejemplo, aquellos programas y recomendaciones que venían de Estados Unidos décadas atrás.
A golpe de inversiones y con normativas internas, ambos sectores mejoran posiciones en responsabilidad y superan, con creces, las exigencias legislativas en ámbitos como el medioambiental o el de la seguridad.
A pesar de la potencial peligrosidad que se puede tener en una planta química (petrolíferas, gasísticas o de producción de productos), los informes sectoriales y las auditorías externas corroboran el esfuerzo de la industria de nuestro país en materia de prevención, seguridad y salud laboral. Además, cada vez más empresas y centros de trabajo alcanzan el objetivo de cero accidentes, “haciendo del sector químico uno de los más seguros”, según los datos de las diferentes federaciones empresariales.
“En los años ochenta ya establecimos los principios de lo que sería nuestro programa de responsabilidad llamado Responsible Care. Quisimos ir haciendo nuestros elementos de seguridad, de salud y de respeto por el medio ambiente que entonces no existían en casi ningún ámbito ”, recuerda Jesús Soriano, director de Responsible Care de Feique, la Federación de Industrias Químicas.
En 2017, la iniciativa ayuda a que las químicas tengan líneas de actuación en materia de RSC, actúen y mejoren los puntos que se estudian con detenimiento, protejan sus instalaciones y, además, se premie a las empresas que mejor trabajen en este ámbito. De hecho, más del 60% de la producción química española se realiza en empresas adheridas a este programa global.
Los datos respaldan el trabajo en nuestro país: desde 1999 hasta 2016, las emisiones de gases de efecto invernadero han disminuido un 41%, también han logrado reducir el consumo de agua en un 43% y se emite un 63% menos de óxido de nitrógeno. “Pero, sin duda, el aspecto en el que más hemos trabajado ha sido el de la seguridad. Hoy en día, las empresas químicas españolas superan a la legislación vigente y sus instalaciones son perfectamente seguras”, comenta Soriano.
- Ardua tarea
Con la RSC ya consolidada e interiorizada entre las grandes del sector, y bajo el paraguas de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), ahora ya es posible que tengan cabida hasta las empresas más pequeñas. Así, para 2018, aceptan este reto y pretenden que más pymes se hagan responsables y se comprometan con la sociedad y el entorno. Y es que ser pyme y ser responsable puede no ser fácil.
“Nosotros entendemos la responsabilidad social como la forma ética de gestionar la compañía. No es un conjunto de acciones aisladas tomadas por parte de un departamento, sino que debe estar en el día a día”, opina David Toledo, técnico de RSC de SPB, pequeña empresa valenciana especialista en productos de limpieza.
Añade Toledo que, “al tratarse este ámbito de forma transversal, no disponemos de un presupuesto cerrado de RSC, sino que está incluido en todas las partidas de la compañía”. Pero en SPB trabajan bajo varías líneas, que van desde acciones internas entre los empleados o bien apoyando a su entorno, promoviendo gestos como Valencia Brilla, un movimiento que agrupa a diferentes corporaciones en la ciudad, en pro de la responsabilidad empresarial.
Hace algunos meses, y tras muchos esfuerzos, “entendimos que era el momento de ir un paso más allá, involucrándonos en una iniciativa global del sector químico como es Responsible Care”, cuenta el técnico. De cara a 2018, la empresa junto con la patronal trabajarán en los puntos más débiles, “lo que nos servirá de guía para mejorar aún más”, concluye.
La unión hace la fuerza
Proyectos
La patronal Farmaindustria ha impulsado en 2017 –junto a sociedades médicas, farmacéuticas, de enfermería y organizaciones de pacientes– el llamado Plan de Adherencia al Tratamiento. “Se trata de una propuesta estratégica con medidas para afrontar una realidad: la mitad de los pacientes crónicos en España no siguen bien el tratamiento prescrito por sus médicos”, comenta Humberto Arnés, director general de Farmaindustria. Esta dejadez de los pacientes propicia un peor control de la enfermedad e incrementa sus complicaciones, con el consiguiente aumento gasto sanitario. Todos los actores se comprometen a aportar y transmitir a la sociedad la importancia de la correcta toma de sus tratamientos y dedicarán esfuerzos y dinero para ello.
Reciclado
No hay farmacia en España en la que no se encuentre el contenedor de reciclaje Sigre. Desde hace 16 años todos somos más conscientes de la importancia de desechar correctamente los medicamentos. “Desde que comenzó, en 2001, Sigre ha conseguido que el reciclado de envases, vacíos o con restos de medicamentos, sea un hábito medioambiental plenamente implantado en los hogares españoles”, aseguran desde la organización. Pero además, en estos años, el contenedor se ha convertido en el mayor referente de coordinación y colaboración de la industria farmacéutica con todos los laboratorios implicados. Arnés aporta las cifras: “Gracias a esto, se recicla el 64% de los medicamentos”.