Para Macron, Francia es lo primero
La disputa por un astillero con Italia muestra el límite de su europeísmo Tendrá más oportunidades para reformar si sus conciudadanos creen que lleva el país en el corazón
Un conflicto en torno a un astillero ha mostrado los límites del entusiasmo del presidente francés, Emmanuel Macron, por la UE y los mercados libres. El lado bueno es que le da más oportunidades para impulsar las reformas laborales y de las pensiones.
Los ánimos italianos se calentaron después de que París nacionalizara temporalmente STX France para impedir que Fincantieri, propiedad del Estado italiano, tomara el control mayoritario. Francia quiere dividir la propiedad del astillero, con sede en el puerto de Saint-Nazaire, en partes iguales con el grupo italiano. Roma no puede entender por qué París impide que una empresa europea tome el control de un grupo antes de propiedad surcoreana.
Aunque el exbanquero Macron pretende reformar Francia de muchas maneras, no es un defensor de los mercados libres sin restricciones. Los ejecutivos franceses dicen que tiene una visión estratégica de lo que sería más beneficioso para el país y utiliza cualquier medio a su disposición para lograrlo.
París quiere que las empresas mantengan sus sedes y grandes instalaciones de investigación en suelo francés. El Estado puede ejercer más presión sobre una empresa nacional, algo primordial cuando se trata de sectores como la defensa. STX France es el único astillero del país en el que se pueden construir portaaviones y otros buques de guerra.
Los empleos son otra cuestión. Los 2.700 puestos de trabajo de STX France no estaban amenazados, pero su futuro a largo plazo está más seguro si el Gobierno tiene voz sobre las decisiones estratégicas. Y no siempre es el número lo que importa. Macron estaba dispuesto a soltar 5 millones para tratar de salvar el proveedor de piezas de automóvil GM&S, que emplea a solo 277 personas en un área rural con poco empleo.
La disputa puede decepcionar a los que idealizaron a Macron, pero este tendrá más oportunidades para reformar la economía si sus conciudadanos creen que lleva el interés nacional en el corazón. Además, una Francia más musculosa no tiene por qué ser incompatible con una Europa más fuerte, siempre que a otros países no les moleste demasiado cómo toma las riendas Macron.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de Cinco Días.