Cómo ganar hasta un 9% en bonos
La deuda financiera, los pagarés y los ‘cocos’ se configuran como las mejores opciones frente a los depósitos
Los vaivenes bursátiles mantienen a los inversores en vilo. Los acontecimientos políticos, la repercusión de las decisiones de los bancos centrales o las caídas en picado de valores como Popular han hecho del miedo el sentimiento más experimentado en el mercado financiero.
Mientras que algunos ahorradores prefieren asumir riesgos y sufrir con las subidas y bajadas de sus títulos en el parqué, hay quienes optan por mantener su dinero a buen recaudo en renta fija. Aunque, en la mayoría de los casos, tomar menos riesgo implica obtener una menor rentabilidad, las alternativas consideradas en el mercado como más seguras pueden resultar una buena opción si el inversor va más allá de las tradicionales.
Los expertos insisten en señalar que todo tiene riesgo y no conviene guiarse solo por el tipo de interés
En el entorno de las entidades bancarias, la deuda que vienen ofreciendo para particulares puede alcanzar entre el 5% y el 6% de retorno. Santander o Sabadell son algunos de los bancos que se han animado a comercializar este tipo de productos, si bien poseen características diferentes.
En el caso del banco catalán, ha lanzado varias emisiones a lo largo de este año de bonos simples (no ligados a la cotización de ningún valor), con los que ofrece rentabilidades de entre el 0,4% y el 0,75% anual. Por su parte, la entidad presidida por Ana Botín oferta bonos estructurados (con un plazo fijado) que dependen de la evolución de diferentes compañías en el mercado.
Desde 10.000 euros
El importe nominal unitario que comparten todas las emisiones puestas en marcha por Santander este año se fija en los 1.000 euros y la cantidad mínima exigida para su contratación es de 10.000 euros. Si bien puede llegar a generar una rentabilidad de hasta el 6%, también puede provocar minusvalías para los ahorradores de hasta el 2,53%. “La deuda subordinada está recomendada para inversores profesionales, ya que no deja de ser un activo directamente relacionado con la entidad financiera”, señala Javier Ferrer, director de tipos de interés y divisas de Ahorro Corporación Financiera.
Por este motivo, Óscar Moreno, gestor de pensiones de Renta 4, recomienda tener muy claro cuál es el instrumento en el que se va a invertir. “Puedes optar por la deuda sénior [de mejor calidad], la deuda subordinada, los cocos… Pero todo tiene un riesgo y, ese riesgo, puede estar pagado o no”, apunta el experto, quien asegura que el principio de diversificación en estos casos “es básico, aunque en la mayoría de las ocasiones nos dejamos llevar por el tipo de interés”.
Pagarés para el gran capital
El mercado de pagarés también está viviendo su auge. Estos productos se encuentran en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), son deuda emitida por las empresas con la que persiguen aumentar su liquidez en el corto plazo. Ahora hay 15 emisiones que pueden rendir hasta 1,25% anual. “Se trata de niveles muy superiores a los de los depósitos”, dice Gonzalo Ramírez, director de renta fija de Tressis.
El importe mínimo de adquisición son de 100.000 euros. Los inversores acuden a este mercado por los bajos intereses de los títulos de Tesoros europeos, y porque cubren las necesidades de liquidez de los emisores a corto plazo sin recurrir a la financiación bancaria y con un coste a mínimos históricos, aclara Cristina Martínez, gestora de Ibercaja Gestión.
Interés. En un plazo de tres meses, los pagarés ofrecen hoy una rentabilidad de entre el 0,5% y el 1%, muy por encima de la letra del Tesoro español, cuyo rendimiento marcó el -0,42% en su última emisión.
Estudiar la empresa.“El inversor tiene que ser un claro conocedor de la compañía que está haciendo dicha emisión para asumir el riesgo en el que está incurriendo”, explica Gerard Vaqué, de Deutsche Bank.u Alternativas. Los EFT, fondos emergentes y high yield pueden rendir más de un 3%, señala Javier Ferrer, de Ahorro Corporación Financiera.
‘Cocos’
Los cocos suelen ser emitidos por las entidades para capitalizarse. Son bonos que pueden convertirse en títulos para elevar el capital del banco si este llega a caer hasta un nivel determinado. Tras el saneamiento que han llevado a cabo distintas entidades es posible encontrar cocos con una TIR (tasa interna de rentabilidad) superior al 5%, en el caso de BBVA, o del 6%, en el de Santander. También se pueden comprar bonos subordinados de Liberbank al 9%.
Sin embargo, estos rendimientos sí que generan cierto riesgo. “Hay que comprender qué es lo que implica esta inversión y por qué ofrecen estas rentabilidades”, advierte Gerard Vaqué, responsable de renta fija del centro de inversiones de Deutsche Bank España.
En este sentido, su homóloga en GVC Gaesco, María Morales, apunta a que la mayoría “suelen ofrecer una rentabilidad que compensa el riesgo asumido”, aunque es importante saber “en qué condiciones financieras se encuentra el banco al que prestamos nuestro dinero”, aconseja.
En el caso de los bonistas de Banco Popular, las pérdidas no han logrado compensar los rendimientos iniciales.
Después de que, a primeros de junio, Santander se hiciera con la entidad presidida por Emilio Saracho, sus bonos se han convertido en acciones a precio de cero, generando unas pérdidas totales para sus bonistas. “Es un instrumento que tiene un riesgo más acusado que el de un bono sénior, un depósito o un bono subordinado (con rendimiento explícito), que es lo que ahora mismo se está poniendo en precio”, recuerda Óscar Moreno.