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David Ruiz de Andrés: “La subasta de renovables en España no es una subasta, sino una adjudicación directa”

El productor independiente cree que en una subasta abierta, la fotovoltaica arrasaría. El objetivo de Grenergy es saltar del MAB al continuo en dos o tres años

Carmen Monforte

Además de empresario, David Ruiz de Andrés es un activista contra el cambio climático, antinuclear y partidario del cierre de las centrales de carbón. Propietario del 75% de Grenergy, que controla a través de su holding Daruan Group (elquipo directivo tiene un 10% y otro 15% cotiza en Bolsa), este productor independiente de renovables es un claro ejemplo de lo que está ocurriendo con muchas empresas del sector: ha optado por acudir a subastas internacionales y no a las convocadas en España. El consejero delegado de Grenergy, sociedad que cotiza en el MAB, avanza su intención de pasar al continuo en un par de años.

R. Es Ud. un defensor a ultranza de la generación fotovoltaica.
R. Es la energía más barata que ha existido nunca. Las plantas se construyen en cuatro meses, exigen un mínimo mantenimiento y pueden durar 40 años. En una década el precio ha bajado 10 veces: de siete millones de dólares/MW a 750.000 dólares/MW. Ni fracking ni el gas, la verdadera revolución es la fotovoltaica, tanto en generación distribuida como centralizada. En América hemos visto caer el precio subasta tras subasta.
R. En esas pujas Grenergy ha tenido éxito.
R. Sí. En Chile, donde más actividad tenemos, unos 85 MW este año, y contratos para más de 100 MW en 2018; en Perú nos adjudicamos en eólica el contrato PPA más barato en América, 36 dólares MW; en México, otros 30 MW de solar, a 34 dólares. Hubo incluso adjudicaciones por debajo de ese precio para parques con la misma radiación que Murcia.
R. ¿Por qué es tan crítico con las subastas organizadas por el Gobierno?
R. No hemos ido a ninguna subasta ni vamos a ir a la de la próxima semana porque no vemos reglas claras y definidas. Hay procesos más interesantes en Latinoamérica.
R. ¿Es mejor ir directamente a mercado?
R. Esa puede ser una opción más interesante que ir a una subasta que favorece a la eólica. Esta tecnología ha desempeñado un papel importante y tiene una penetración del 25% frente al 4% de la fotovoltaica. Ahora mismo, en una subasta abierta arrasaba la fotovoltaica. En la última, que garantizó un suelo de 42 euros MW, habría podido vender por debajo de 30 euros/MW. Meter un 30% de fotovoltaica en España es perfectamente posible sin desequilibrar el sistema.

La próxima gran revolución serán las baterías. Con ellas, el gas habrá cumplido su papel y se deberá cerrar el carbón"

R. El ministerio justificó la ventaja a la eólcia apelando a las horas de funcionamiento.
R. La última subasta no se puede considerar una subasta, sino una adjudicación directa a unos players eólicos. Con un único problema: Iberdrola se iba a adjudicar 1.800 MW y se metió Forestalia. Con esa regla arbitraria de que en caso de empate gana la que funciona más horas al año, pierde el consumidor. ¿Por qué va a tener preferencia la eólica porque funcione 2.600 horas, cuando requiere una inversión de 1,4 millones/MW, frente a la fotovoltaica, que cuesta 800.000 euros/MW y funciona 2.200 horas? ¿Cuál es más eficiente? Indudablemente, la fotovoltaica.
R. O fijar cupos como en la subasta de 2016.
R. Hay que hacer subastas como en el resto del mundo, con reglas claras, para proyectos desarrollados y que se exijan avales como barrera de entrada que impidan la especulación. Y, a partir de ahí, que gane el que ofrezca el menor precio, como en Chile o México. O subastas cupos, como en Argentina o Perú. Algunos países hacen incluso subastas abiertas en que compiten las tradicionales.
R. Pero aquí es imposible, pues el gas, por ejemplo, ya tiene su incentivo.
R. El gas cumplirá su papel de respaldo cuando llegue, en 5 o 10 años, la próxima gran revolución: la del almacenamiento. Con las baterías se están haciendo proyectos de 100 MW. Las centrales de carbón deberán cerrarse todas, es un anacronismo del siglo XIX.
R. ¿A Grenergy no le interesa entonces el mercado español?
R. Claro que nos interesa, pero no la subasta. Tenemos 300 MW en desarrollo en Tabernes (Almería), Albacete y Sevilla. Creemos que aquí hay que llegar a acuerdos bilaterales a varios años entre la generación y el consumo, a través de comercializadoras. Así se logrará un precio estable.
R. ¿Y no confía en subastas más razonables en el futuro?
R. No. En la próxima volverá a ganar la eólica, pese al menor suelo. Se ha vestido de subasta multitecnológica lo que es otra cosa. Por eso siendo una empresa española tenemos que salir fuera. Sí creemos que una energía tan barata como la fotovoltaica se impondrá: las renovables llegaron a cobrar primas de 440 euros/MW y ahora nos peleamos por 30 euros. Nosotros hemos desarrollado y construido parques en España que luego hemos rotado entre fondos u otros inversores con otro coste de capital.
R. ¿Cómo ve que la rentabilidad de las plantas esté ligada a los bonos del Estado?
R. El otro día intenté explicar a un inversor americano esa historia de la rentabilidad razonable y casi muero en el intento. En España, con la compraventa de proyectos, lo que se produce es un cambio de bonos. Los inversores que han comprado nuestros parques así lo han entendido y todos han dado por descontado que el Gobierno va a bajar la rentabilidad en 2020. Pero es que se trata de un bono, de un producto financiero, es un parque solar como podría ser un aeropuerto.
R. ¿Hacia dónde va el mercado?
R. En la curva de generación de 8 a 18 horas, la ganadora indiscutible es la fotovoltaica. Pero hace falta cubrir las 24 horas, por lo que tiene que trabajar con la eólica, que genera por la noche. Hay un fenómeno interesante: en Latinoamérica se subastan bloques de 24 horas y lo que hacemos es crear instrumentos que actúan como comercializadora, para ofrecer un híbrido de fotovoltaica, eólica e hidro y, utilizando el mercado spot, llegamos acuerdos con un pool de consumidores. Un bloque que puede competir de tú a tú con las fósiles.
R. Grenergy lleva dos años en el MAB. ¿Qué tal la experiencia?
R. Muy bien. Nosotros íbamos a salir antes, pero el caso Gowex hizo mucho daño al MAB. Los requisitos se han endurecido:_presentamos cuentas semestrales auditadas, cuando las del continuo lo hacen trimestralmente pero no auditadas. Pero nuestra experiencia ha sido muy buena, somos una pyme [con 60 personas en plantilla y una facturación de 60 millones este año]y las acciones se dispararon un 50% en el debut en Bolsa. Buscar financiación en Chile o México es más fácil al ser cotizada; hemos acelerado el plan de negocios; tenemos un consejo con independientes y hemos madurado.
R. ¿Seguirán el ejemplo de Masmóvil?
R. Sí. El de Masmóvil ha sido el primer salto de una sociedad desde el MAB al continuo, un hito importante. Nuestro objetivo, que no ocultamos, es pasar al continuo en dos o tres años para ganar liquidez, hay valores que se han quedado atrapados por falta de liquidez. En tanto el mercado alternativo no la tiene, no entra el inversor institucional y se crea un círculo vicioso. El MAB es un capital riesgo, con una ventanita de liquidez.

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Sobre la firma

Carmen Monforte
Es redactora de Energía de Cinco Días, donde ocupó también los cargos de jefa de Especiales y Empresas. Previamente, trabajó como redactora de temas económicos en la delegación de El Periódico de Cataluña en Madrid, el Grupo Nuevo Lunes y la revista Mercado.

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