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La visión cortoplacista nos suele llevar a cometer errores de inversión que desperdician la rentabilidad de la inversión a largo plazo

Uno de los mayores errores que cometemos los inversores es tomar decisiones de inversión o desinversión, de compra o de venta, con el objetivo de obtener rentabilidad a corto plazo, lo que puede descarrilar la tesis de inversión y rentabilidad del largo plazo.

Hay infinitos momentos en los que los inversores decimos: "ya ha subido mucho y hay que vender" o "creo que el mercado se tiene que tomar un respiro" o "creo que este mes el mercado va a caer y vendo". En general, es casi siempre mala decisión fijarse en el corto plazo a la hora de tomar decisiones de inversión porque si algo nos demuestra los mercados financieros todos los días es que son impredecibles en el corto plazo. Los periodos de subidas se pueden alargar en el tiempo mucho más de lo que nos creemos, igual que se pueden profundizar las caídas.

En los últimos años hay infinitos ejemplos, el más significativo de los que me he encontrado tiene que ver con la renta fija, ya que ningún inversor se hubiese creído que más del 30% de los bonos europeos iban a estar ofreciendo tires o rentabilidades negativas... que el mercado iba a pagar por financiar a un estado o una empresa. Si un inversor de renta fija se hubiese puesto corto de los bonos europeos en los mínimos históricos del anterior ciclo de tipos de interés, llevaría unas minusvalías difíciles de paliar, ya que la renta fija no solo no se paró en rentabilidades del 0%, sino que siguieron cayendo hasta marcar rentabilidades negativas imposibles de predecir hace 10 años.

Otro buen ejemplo lo vivimos el año pasado. Inversores que decidiesen vender su posición en renta variable por el resultado de las elecciones de EEUU o por el Brexit, habrán perdido uno de los mayores rallies de las bolsas mundiales de los últimos 20 años, con subidas del 40% desde junio de 2016.

El inversor que tiene una visión de más largo plazo y compra o vende los activos así los vea baratos o caros, es el que suele obtener mejores resultados en el largo plazo. Ninguno sabemos qué va a hacer la bolsa en los próximos meses, pero sí sabemos que los mercados ponen en valoración los beneficios que generan las empresas, por lo que invertir en fondos de inversión que se dediquen únicamente a seleccionar aquellas empresas que hagan crecer su beneficio para pagar su deuda y/o para retribuir crecientemente a sus accionistas, tienen mejores rentabilidades a largo plazo que aquellos inversores que se dedican a intentar acertar el siguiente movimiento del mercado.

Este año, por ejemplo, en los artículos que he escrito al final de 2016 y principios de 2017, comenté que las valoraciones actuales de las bolsas europeas no son ni mucho menos caras, y que para que estén caras las bolsas europeas tenían que subir al menos un 20% desde los niveles de cierre del año pasado, es decir, por encima de los 11.000 puntos de Ibex o 4.000 puntos de Euro Stoxx. En estos niveles estaríamos valorando la renta variable europea por encima de 17x PER, menos del 3% de rentabilidad por dividendo y a casi 2x su valor contable. Sin ser estas valoraciones motivos suficientes para vender (tendríamos que atender a muchas otras variables y a nuestras expectativas de crecimiento futuras), sí que se puede justificar la reducción de una parte de inversión en renta variable por lo ajustado de sus valoraciones en relación a sus valoraciones históricas. Mientras tanto, vender a 10.000 puntos de Ibex o 3.400 puntos de Euro Stoxx para intentar aprovechar una posible corrección del 3% o 5%, nos puede hacer perder una rentabilidad superior al 20%.

Por ejemplo, sin tener en cuenta la buena gestión de muchos gestores a través de los fondos de inversión que gestionan, perder la rentabilidad de la bolsa europea en 2013 donde subió casi un 20%, nos hubiera hecho tener la mitad de rentabilidad que la bolsa europea en los últimos 5 años, obteniendo un 5% de rentabilidad anualizada. Mientras que si se hubiese mantenido invertido, tendría una rentabilidad del 10% anualizada.

Javier Galán | Gestor de Renta Variable Europea en Renta 4 Gestora SGIIC

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