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Tribuna

Fondos consistentes para invertir de forma inteligente

Cambiar con demasiada frecuencia de fondo es una mala decisión de inversión

Francisco García Paramés, gestor del fondo Cobas Selección.
Francisco García Paramés, gestor del fondo Cobas Selección.Manuel Casamayón

Tras un 2016 con grandes sobresaltos para los inversores no es de extrañar que se hayan vuelto a poner de moda los fondos de gestores que han tenido un especial acierto en sus decisiones. Algunos de estos gestores tienen valores distintos o en diferente porcentaje a los que componen los índices. Los indicadores bursátiles o de renta fija muestran la evolución de los valores con mayor tamaño y liquidez de cada activo o país, por lo tanto los más accesibles al conjunto de los inversores. En el caso de los gestores españoles, haber estado posicionado de forma diferente al Ibex-35 les ha dado muy buen resultado, sobre todo si han estado fuera del sector financiero.

Los fondos con posiciones muy diferentes a los indicadores de mercado suelen tener pequeñas compañías o acciones ligadas a las materias primas (normalmente con bajo peso en los principales índices) o ser flexibles en el grado de exposición, etc.

Si usted suscribe este tipo de fondos confía su dinero al acierto de un gestor. Los folletos de estos productos suelen recomendar mantenerlos al menos 5 años. Esto es prudente por varias razones: invierten una buena parte en activos volátiles, difícilmente pueden evitar crisis sistemáticas como la del 2008 y pueden tener años donde no funcione su filosofía de inversión. La situación más decepcionante puede darse en un mercado alcista donde el resultado del gestor se quede claramente atrás o incluso pierda dinero. El inversor que haya acumulado una rentabilidad interesante en los buenos años del gestor con toda probabilidad se lo perdonará, pero el que empiece con este producto ese año puede dudar.

En el lado opuesto está la gestión pasiva. A través de ETF, o incluso de algunos fondos, se puede replicar el comportamiento de los índices. Numerosos estudiosos, algunos provenientes del mundo académico español, defienden que es mejor invertir de forma pasiva porque, en media los gestores no son capaces de batir la rentabilidad de los índices.

Este tipo de productos es idóneo para aquel inversor que no confíe en ningún gestor y sabe que los mercados a largo plazo funcionan eficientemente, por lo que será recompensado por asumir riesgo (esto no ocurre en todos los mercados, algunos no son eficientes, por lo que es importante mantener una correcta diversificación y tener un buen asesor).

Dependiendo del nivel de riesgo que se asuma, el plazo de inversión recomendado variará, pero en general, a partir de un riesgo medio-alto el mínimo también debería ser cinco años o más.

Ambos tipos de productos han atraído en 2016 un patrimonio considerable, especialmente aquellos que obtuvieron una buena rentabilidad. En los ETFs los flujos han ido a renta variable americana, materias primas y activos de renta fija como los bonos corporativos (incluidos los de alto riesgo) y deuda emergente. El aumento en ETFs de renta fija es algo digno de análisis, pues en este tipo de activo es donde más valor deben aportar los gestores profesionales en un entorno de subida de tipos, pero dejaremos ese tema para otra tribuna porque hay mucho que contar.

Ninguno de estos productos garantiza un resultado positivo cada año, pero tienen el beneficio de que si invierte totalmente convencido puede mantenerse invertido en los malos momentos, y eso ya es bueno. ¿Por qué? Porque como descubrió un sicólogo que ganó el premio Nobel de economía en 2002, aunque la media de los gestores profesionales no lograba batir al mercado americano, el resultado de las carteras de inversores no profesionales, en media, era mucho peor. El inversor que invierta atraído por la reciente rentabilidad, si no cree firmemente en el gestor, puede vender en un mal momento de mercado o del gestor y ésta es la principal razón por la que a los inversores particulares les va peor: Saltar de un fondo que lo ha hecho mal a otro que lo acaba de hacer mejor no suele ser una buena estrategia de inversión.

Si confía en gestores estrella hágalo consciente de que no acertarán todos los años pero, salvo que haya un motivo fundamental (para saber esto probablemente necesite un asesor), mi consejo es que mantenga la inversión. Eso sí, diversifique entre varios gestores: algunos se pueden retirar o simplemente puede dejar de funcionar su estilo de gestión.

Y si usted confía en los mercados, mantenga una distribución de activos acorde al nivel de riesgo que pueda asumir: diversifique por países, por sectores y por tamaño de compañías ya largo plazo le irá bien.

Hay otro tipo de fondos y otras formas de inversión, definir la estrategia idónea para cada situación es tan importante como elegir el fondo de inversión.

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