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La ventaja del análisis fundamental. Los stops no tienen sentido

Muchos informes de análisis y recomendaciones de analistas (especialmente los analistas e inversores que utilizan herramientas técnicas y gráficos), utilizan para sus operaciones los stop loss.

Los stop loss son puntos de salida en el que el inversor asume pérdidas limitadas en el caso de que el precio de una acción cotice por debajo (o por encima) de un determinado nivel de cotización.

En mi opinión, esta herramienta de asumir pérdidas limitadas, tiene sentido solo en el supuesto caso que no se conozca el negocio, hecho, que para un inversor profesional que analiza y estudia las empresas en las que invierte, carece de sentido.

La filosofía de inversión de los fondos de Renta 4 Gestora, basada en el análisis del estado financiero de las empresas y proyecciones de los beneficios esperados de las empresas para calcular el valor teórico de una empresa o negocio, hacen que los stop loss carezcan de sentido. Es más, normalmente aprovechamos los momentos de nerviosismo de las cotizaciones de las empresas debido, muchas veces, a que saltan los stop loss de los sistemas automáticos, algoritmos, inversores o especuladores, para comenzar a construir una posición o acumular posiciones en una empresa cuya cotización deja la valoración de la empresa a valoraciones más atractivas.

El slow finance, cuya nomenclatura refleja, una filosofía de inversión paciente y basada en el análisis fundamental en el largo plazo, basa las inversiones que se realizan en la composición de las carteras de los fondos de inversión que se gestionan, en el conocimiento de las empresas en las que se invierte, para "dormir tranquilo" y no estar preocupado con el vaivén de los mercados. Normalmente se aprovecha la volatilidad de los mercados y el precio de las acciones, para comprar negocios buenos y empresas bien gestionadas a precios más atractivos.

Así, los stop loss dejan de tener sentido con nuestra filosofía de inversión, ya que no mantenemos empresas en la cartera de los fondos que no se conozcan. La pérdida, entendida como la posibilidad de tener minusvalías definitivas en una inversión, es muy improbable que se produzca si se ha realizado un análisis previo de las posibilidades (tanto positivas como negativas), que una inversión puede resultar en el futuro.

Como he dicho antes, si se conoce una empresa y al equipo de gestión de la misma, una corrección de su cotización que reduzca la valoración del negocio, nos aporta más confianza para comprar acciones a precios más baratos y valoraciones del negocio más bajas, lo que deja el potencial de revalorización de la cotización de la empresa, más alta. Justo lo contrario que ocurre cuando no se conoce la empresa ni el negocio. Cuando no se conoce el negocio ni la empresa, las caídas de la cotización en el mercado por cualquier noticia o evento, produce nerviosismo y desconfianza, y en ese caso se suele vender y asumir minusvalías definitivas, muchas veces, en el peor momento.

En cualquier caso, aquel inversor que utilice herramientas de análisis técnico para sus inversiones sin preocuparse por entender el negocio y la valoración de la empresa en la que se han comprado acciones, sí que es lógico y comprensible, que resulte imprescindible utilizar herramientas como el stop loss para la gestión de las inversiones. En lo que discrepo es la forma de invertir en la que se excluye la comprensión de la compañía para ser accionista de la misma.

Javier Galán, Gestor de fondos de renta variable de España y Europa de Renta 4 Gestora.

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