El tirón del consumo y la subida de Sociedades reconducen el déficit
Hasta septiembre, el déficit público está en linea con lo exigido por Bruselas para todo el año.
El objetivo de déficit público para España ha quedado fijado definitivamente en el 4,6% del PIB, lo que supone un punto más del objetivo inicialmente marcado para España por las autoridades comunitarias. De este modo, el desfase entre ingresos y gastos no podrá superar el 2,2% en el caso de la Administración Central, el 1,7% para la Seguridad Social, el 0,7% para las comunidades autónomas y los ayuntamientos tendrán que cerrar en equilibrio presupuestario. El punto adicional se lo han repartido la Seguridad Social (seis décimas) y las autonomías (cuatro décimas), las dos administraciones que tuvieron más problemas para cuadrar sus cuentas en la pasada legislatura.
Esos cambios han provocado que el Estado, que tradicionalmente compensaba los desvíos registrados en las otras dos administraciones, ya no disponga de ese margen. Hasta noviembre, el déficit estatal se situó en 26.413 millones de euros, lo que supone un incremento del 3,7% respecto a los 25.471 millones del mismo período de 2015. La primera salvedad que establece Hacienda es que si se analiza en comparación con el PIB, el déficit estatal, lejos de subir, ha bajado desde el 2,37% del PIB al 2,36%. Todo ello se ha debido a la mejoría registrada este año, que llevará a la economía española a a crecer en el entorno del 3,2% por segundo año consecutivo.
El desfase público entre ingresos y gastos baja en 3.440 millones de euros
Los datos hasta noviembre aún recogen el impacto de la rebaja fiscal aplicada sobre el IRPF, el impuesto que más recauda, ya que los ingresos bajan un 0,2%, lo que supone una merma de 148 millones de euros. La recaudación del resto de tributos sube con fuerza gracias al buen tono del consumo, que afecta al IVA y a los impuestos especiales, y a la subida en Sociedades, que ha llevado a elevar los ingresos que pagan las empresas por sus beneficios.
La recaudación por IVA sube un 4,3% y roza los 60.000 millones de euros. El crecimiento del consumo de los hogares, que se ha mantenido todo el año en tasas cercanas al 3%, y el buen tono de la inversión empresarial, anticipan otro año récord en este apartado. Por su parte, los ingresos por el impuesto sobre sociedades se han disparado en los dos últimos meses, tras la aplicación de las últimas modificaciones. En octubre, entró en vigor el incremento de los pagos fraccionados, lo que provocó que la recaudación se disparara un 11,1% superando los 19.000 millones. Hasta noviembre, el aumento se ha moderado, aunque se sitúa en el 9,2% al pasar de 16.837 a 18.530 millones de euros.
Unas cifras que pueden verse mejoradas en el último mes del año, cuando las recientes subidas de impuestos sobre el alcohol y el tabaco tendrán también su reflejo en las estadísticas. Hasta noviembre, los ingresos por impuestos especiales crecieron un 3,1% y se situaron por encima de los 18.000 millones de euros con un comportamiento positivo en todos los tributos, excepto los que gravan la electricidad y el carbón.
Los ayuntamientos son la única administración con superávit fiscal
Los datos consolidados de todas las administraciones públicas, disponibles hasta septiembre (los del Estado y la Seguridad Social ya están hasta noviembre y los de las autonomías hasta octubre), muestran un déficit de 28.947 millones, lo que significa una reducción de 3.440 millones respecto al mismo período de 2015. “A falta de un trimestre para cerrar el año, el déficit público se sitúa en línea con el cumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria establecido para 2016”, recalca la nota de Hacienda. La única administración con superávit son los ayuntamientos, con un saldo positivo de 5.762 millones hasta septiembre. Por último, la Seguridad Social registró un déficit de 9.708 millones en los hasta noviembre, cifra que equivale al 0,87% del PIB. Este saldo negativo es resultado de unos ingresos no financieros de 114.065 millones, frente a unos gastos de 123.773 millones. En términos de caja, la recaudación por cotizaciones sociales superó los 93.844,08 millones hasta noviembre, con un incremento del 3,15% anual, tasa que duplica la registrada hace un año (1,61%).
¿Por qué cumplen ahora las autonomías?
Las comunidades autónomas cerraron el pasado ejercicio con un déficit del 1,66%, con un grupo de regiones (Cataluña, Extremadura, Murcia, Comunidad Valenciana y Aragón), por encima del 2%. Los últimos datos de ejecución presupuestaria, correspondientes a octubre, muestran cómo el desfase entre ingresos y gastos se ha reducido un 70%, pasando de los 13.175 millones registrados hasta octubre de 2015 a los 3.726 del mismo período de 2016. ¿Qué ha sucedido para que se obrara esta transformación?
La primera explicación es el mayor rigor fiscal, aunque no es la más importante. Tal y como confirma Hacienda, la evolución del déficit autonómico se ha visto afectada favorablemente por el resultado de la liquidación definitiva de 2014 (que se cobra o paga con dos años de diferencia) con un saldo a favor de las regiones de 7.668 millones, frente a la liquidación definitiva de 2013 que, aunque también resultó favorable a las mismas, fue tan solo de 1.750 millones. Una inyección de 6.000 millones para las autonomías que ha servido para enjugar el déficit.
Una de las más beneficiadas con las liquidaciones ha sido Cataluña, que entre enero y octubre de 2015 acumuló un déficit de 4.152 millones (un tercio del total autonómico). Doce meses después, la cifra baja hasta los 658 millones. También, se vieron muy beneficiadas Andalucía, que ha reducido su déficit de 1.961 a 494 millones, y la Comunidad Valenciana, que ha pasado de unos números rojos de 1.822 millones a apenas 703 millones.