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Regulación

Restoy pide un capital más flexible para evitar apuros en la banca

El subgobernador asegura que serán “inevitables” nuevas fusiones ante las futuros requisitos

Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España
Fernando Restoy, subgobernador del Banco de EspañaManuel Casamayón

El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, reclamó ayer a los reguladores europeos flexibilidad en la futura norma sobre los requerimientos de solvencia para que las entidades financieras puedan absorber pérdidas con su propio capital, el conocido como MREL (Minimun Required Eligible Liabilities). Cree que si los supervisores son muy exigentes en los requisitos y en el plazo algunas entidades tendrían problemas en su cumplimiento y se verían obligados a desaparecer.

El subgobernador del Banco de España ha alertado a los supervisores europeos de las negativas consecuencias que tendría para el sistema financiero imponer unas rígidas exigencias de recapitalización interna a través de instrumentos susceptibles de absober pérdidas en caso de que una entidad sea sometida a resolución. Este requisito se conoce como MREL y entrará en vigor en 2019.

Estos instrumentos, como deuda subordinada o con bonos contingentes convertibles en acciones (los denominados cocos), entre otros, están destinados a que las entidades en resolución puedan asumir sus pérdidas sin recurrir a ayudas públicas y sin ser liquidadas. Y en todo caso, si la liquidación es necesaria para intentar que su deaparición sea lo menos perjudicial posible.

Restoy, así, reclama flexibilidad en algunos aspectos de la norma, “aunque manteniendo, en todo caso, la sujección de cualquier apoyo público al réguimen vigente de ayudas de Estado que gestiona la Comisión Europea”.

Advierte de que algunas entidades tendrán dificultades para cumplir con las nuevas exigencias, lo que refuerza la idea de que serán “inevitables” nuevas fusiones de las que emerjan bancos más capaces de cumplir con suficiente holgura los nuevos requisitos.

Durante su intervención en la clausura de unas jornadas en la Universidad Complutense, el subgobernador subrayó que las nuevas exigencias solo podrán ser asumidas por un gran número de entidades si disponen de un periodo de transición “suficientemente dilatado” para cumplir con ellas.

Ese periodo transitorio resulta “preciso” para evitar que el mercado deba absorber en un escaso periodo de tiempo un gran número de emisiones de instrumentos que sean capaces de absorber pérdidas, con un coste que, en numerosos casos, puede resultar “muy gravoso”. El subgobernador explica que existen dos grupos de entidades relativamente diferentes, y que se verían afectadas de distinta forma ante las exigencias del MREL.

Así, las entidades más pequeñas, “que no desempeñan funciones esenciales para el cojunto de la industria”, podrían verse abocadas a la liquidación en caso de inviabilidad por “un proceso ordinario de insolvencia y no de resolución, dado que la quiebra de la entidad no se consideraría que generase efectos perjudiciales para la estabilidad del sistema financiero”. En este caso de insolvencia de la entidad precipitaría un concurso de acreedores, entre los que solo los depositantes estarían cubiertos a través del Fondo de Garantía de Depósitos.

Restoy reconoce, de hecho, que “resulta previsible que, en el futuro, los procedimientos ordinarios de insolvencia sean aplicados con mayor frecuencia”, razón por la que reclama ajustes “específicos en la normativa mercantil”.

Ante las entidades de mayor tamaño, sus planes de resolución deben garantizar su funciones críticas en cualquier circunstancia, mediante planes de reorganización y ajuste. Es en este proceso donde se activaría la disponibilidad de un volumen mínimo de fondos propios y pasivos que permitan abosrber pérdidas (MREL). Es en este caso donde el subgobernador insiste en la necesidad de flexibilizar los plazos para emitir estos instrumentos de capital. Subrayó que de las entidades supervisadas por el BCE, el 70% de las significativas no cotizan en los mercados, casi el 60% no han emitido nunca cocos y casi la cuarta parte no se financia con deuda subordinada, razón por la que si las exigencias no son flexibles podrían verse en apuros.

Recordó que la reciente propuesta de la CE incorpora la posibilidad de que se establezca para cada entidad un margen temporal para cumplir con el requisito mínimo de absorción de pérdidas. Y este margen, ha insistido, será decidido caso por caso por la autoridad de resolución, en el caso de la Unión Bancaria.

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