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La cooperación es la única opción

Tras la victoria de Trump, se ha empezado a mostrar una divergencia entre los mercados bursátiles (positiva) y la deuda pública dado que esta última ha sufrido un durísimo castigo. Llama la atención de manera especial el bono americano a 10 años, cuyo precio registró el miércoles pasado (el día "D" del cambio) su mayor caída desde 1991 y su rentabilidad desde ese día (se mueve a la inversa que el precio del bono) ha subido 45 puntos básicos hasta la zona del 2,15-2,20%. Por su parte, el rendimiento de los bonos a 30 años subió hasta el 3,009%, mientras que el rendimiento de los bonos a 2 años subió al 0,976%. Si eso fuera poco, esta trayectoria se ha contagiado incluso al Bund alemán cuya rentabilidad ha subido, aunque algo menos ya que ha pasado de ligeramente por encima del 0,13% hasta el 0,31%.

El tema fundamental ahora es saber si esto es algo temporal (una reacción a las incertidumbres que aparecen tras dos acontecimientos políticos del calibre del Brexit y las elecciones americanas) o un cambio sustancial. De entrada, los acontecimientos que han provocado todo este "maremágnum" no caben en la definición de temporales. En segundo lugar, los bonos (prácticamente a nivel global) han vivido una época gloriosa en los últimos años con aumento constante de su precio y caída histórica de sus rentabilidades hasta niveles mínimos que, en algunos casos, como el Bund alemán o los bonos suizos así como incluso alguna deuda corporativa, han llegado tener rentabilidades negativas.

Algunos economistas, antes de todos estos acontecimientos, han llegado a calificar la actual situación del mercado de bonos como una burbuja, alimentada no por los agentes del mercado sino por las políticas heterodoxas de los bancos centrales. Esto último le daba una mayor fortaleza pero que el destino de toda burbuja es estallar. ¿Estamos ya en ese momento? Todo va a estar ligado al nuevo temor de que los tipos acaben subiendo más y más rápidamente de lo que antes se esperaba en respuesta a una inflación que recupere su territorio más rápido de lo que se esperaba.

¿Es ello probable? habrá que ver en que se concreta el programa económico de Trump. Si tenemos una notable rebaja de impuestos y además un plan de estímulo fiscal con el objetivo de ambos de impulsar el crecimiento económico, el déficit público se disparará y la rentabilidad no será posible que se mantenga en esta "idílica" zona por mucho tiempo.

El FOMC de diciembre

Si inicialmente se estimaba que una victoria de Trump (como de hecho lo fue el Brexit) limitaría la capacidad de Yellen para subir los tipos de interés, al verdad es que este tema se ha dado la vuelta completamente: las probabilidades de que la Reserva Federal suba los tipos de interés en su reunión de política monetaria de diciembre han alcanzado el 90% ayer lunes, frente al 81,1% estimado el viernes y frente al 71,5% de los días previos a las elecciones de la semana pasada.

Con todo ello, y en contra de lo que inicialmente se pensaba, el USD se recupera de manera acusada posiciones frente a todas las principales divisas. La cotización del dólar puede convertirse en su primer "dolor de cabeza" ya que es incompatible con los apoyos electorales que ha logrado: los estados con importante base industrial que buscan una política comercial favorable al empleo y un dólar fuerte no está en sus prioridades

Empezando por el peso mexicano (verdadero termómetro de las posibilidades presidenciales de Trump) sigue sometido a una gran presión que lo sitúa en los mínimos históricos alrededor de 20,768 MXN/USD. En una rueda de prensa ofrecida el miércoles, funcionarios del banco central de México afirmaron que seguían muy de cerca la volatilidad en los mercados aunque se abstuvieron de anunciar medida alguna para frenar la caída del peso.

El USD/EUR se sitúa en el flanco inferior del rango 1,08-1,14 en el que venia cotizando en prácticamente todo el año. El JPY/USD se disparó un 1,03% hasta el nivel de 107,78, su cota más alta desde el 7 de junio, mientras que el USD/CHF subió un 0,62% hasta 0,9942. Curiosamente el dólar se depreció solo contra la libra esterlina hasta los 1,2487 USD/GBP, apartándose de los mínimos históricos registrados, hace ahora un mes, en la zona de los 1,2085 USD/GBP.

Sin embargo, la deprecación que más ha pasado desapercibida, y por contra es la más importante, es la del yuan chino.

«La cooperación es la única opción»

(Xi Jinping, Presidente chino a Trump en conversación telefónica tras las elecciones americanas)

La conversación entre Xi y Trump, la primera entre ambos como cargos electos, es clave. La misma se produce mientras planea la incertidumbre sobre cómo evolucionarán las relaciones entre los dos países más poderosos política y económicamente del planeta y en medio de las disputas por el control de el Mar de China y, en general, por ser la potencia hegemónica en toda Asia. De entrada, el propio Trump aseguró a un medio de comunicación americano el pasado fin de semana que había hablado con la "mayoría" de líderes extranjeros, salvo con Xi.

El presidente electo de Estados Unidos se mostró muy crítico en campaña con el gigante asiático: acusó a China de robar empleos estadunidenses, amenazó de manera clara y contundente con aprobar aranceles a los productos chinos importados e incluso llegó a amenizar a China con declararlo país manipulador de su divisa, lo que acarrearía sanciones por parte de Washington.

Todos parecen querer definir a Trump como un nuevo Reagan. La verdad es que pude que se parezcan mucho. Pero a Trump le falta lo más importante: dinero o, mejor dicho, capacidad de endeudamiento. Si ello y además sin casas baratas, mercados financieros depreciados y sin la cooperación de los acreedores (China) la repetición de la historia Reagan puede acabar en tragedia o, mejor dicho, en una farsa. Que es como suele repetirse siempre la historia.

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