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Claves que pueden orientarte

Así puedes comprobar si tienes la mejor hipoteca para ti

Hipotecas

Son muchas las voces que dicen que se está viviendo el mejor momento en el mundo hipotecario desde que se produjera la crisis. Aunque los últimos datos publicados apuntan a un descenso en el número de hipotecas inscritas (según el INE a través de los últimos datos de la Estadística de Hipotecas, el número de hipotecas inscritas en julio descendió un 14,9% respecto al mismo mes de 2015; y si tomamos los datos del Consejo General del Notariado, en julio los préstamos hipotecarios para adquirir vivienda se redujeron un 7,9% interanual, así como su cuantía media con decremento del 2,1% interanual). Pero lo cierto es que hasta estos momentos, el crecimiento era continuo.

Y entre estos datos destaca notablemente uno, el que corresponde al tipo de interés que utilizan las hipotecas. Y es que aunque las hipotecas a tipo de interés variable siguen siendo las preferidas, el 75,6% de las constituidas en julio lo son, las hipotecas a tipo fijo representan ya el 24,4% de las constituidas.

Un hecho que supone un cambio en la mentalidad del que busca una hipoteca, ya que a pesar de contar con los tipos variables más bajos de la historia (recordemos que el euríbor lleva en cotas negativas desde febrero de este año, y que cerró agosto en -0,048 según los datos del Banco de España), la opción de no arriesgarse a grandes subidas de los tipos y apostar por la seguridad de pagar siempre la misma cuota queda demostrado que está ganando adeptos.

En primer lugar conviene conocer bien qué ofrece el mercado, no limitarse únicamente a acudir a nuestra entidad de toda la vida y comparar todas las opciones posibles. Al mismo tiempo que es conveniente saber que la hipoteca que es buena para mi vecino, puede que no lo sea para mí. Inciden las condiciones económicas, familiares y laborales del solicitante, la cantidad a financiar, el nivel de ahorros, el tipo de inmueble… Por lo que es complicado que haya una hipoteca perfecta, pero sí es posible conocer una serie de variables que nos permitirán saber si estamos ante una buena hipoteca.

Pau A. Monserrat, economista de iAhorro.com, insiste en recomendar siempre realizar un cálculo de vital importancia para saber si ante una hipotética subida a máximos históricos de los tipos, el hipotecado podrá hacer frente al pago de la cuota teniendo en cuenta el nivel de ingresos.

Lo que Monserrat recomienda es calcular la hipoteca con un hipotético euríbor al 5% o 6%, si bien es verdad que a corto plazo y teniendo en cuenta los tipos actuales es poco probable que alcancen estos niveles, la vida de un préstamo hipotecario es muy larga y podría ocurrir que se llegaran a estos (ahora impensables) tipos. Y porque el futuro además de ser incierto es impredecible, es importante hacer el cálculo con un amplio margen y así sabremos con más seguridad si somos capaces de afrontar el pago.

Además, unas buenas características de una hipoteca variable serán que no tenga cláusula suelo (recordemos que no son ilegales, las entidades tienen libertad de incluirlas, siempre y cuando no estén ocultas entre las escrituras del préstamo hipotecario, y haya transparencia en ellas, de lo contrario se considerarán abusivas y podrán ser reclamadas).

Los expertos no paran de decir que es el mejor momento para hacerse con una hipoteca a tipo fijo porque actualmente nos movemos en los tipos fijos más bajos de toda la historia. De ahí que como decimos, representen ya casi el 20% de las hipotecas constituidas.

Pero en palabras de Monserrat, “las hipotecas fijas tienen un ‘pero’ y es que si queremos cambiar de hipoteca nos pueden cobrar un 5% de la deuda”. Un aspecto muy importante en las hipotecas es el tema de las comisiones, aquellas de compensación por riesgo del tipo de interés, las de cancelación parcial o total, las de amortización anticipada y las de estudio y apertura pueden suponer un buen montante, dependiendo del total de la hipoteca.

A pesar de lo que se pueda pensar, desde iAhorro se insiste en que el préstamo hipotecario no es un producto estático sino que el perfil del solicitante y relación con la entidad puede incidir en el precio final del préstamo. En otras palabras, el préstamo hipotecario se puede y se debe negociar. De esta negociación puede depender obtener unas mejores condiciones como por ejemplo disminuir el nivel de productos vinculados, las comisiones o incluso el tipo de interés a aplicar. Si no se intenta, nunca se consigue y aquí negociar es más que recomendable.

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