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Educación

La Universidad española sigue su camino hacia la perdición

Entre 2011 y 2015 han aumentado las tasas un 20% Los campus españoles suman 100.000 graduados menos

En 2014, las universidades españolas incorporaron al mercado laboral a cerca de 312.000 personas con una nueva titulación. No obstante, esta cifra podría haber sido significativamente superior si no fuese, entre otras razones, por la pérdida de ingresos a la que han tenido que hacer frente los campus españoles. Según el Informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) 2015, La contribución de las universidades españolas al desarrollo, presentado ayer, los ingresos de las universidades públicas se redujeron un 4,2% durante el periodo 2014-2015, hasta caer a los 8.529 millones de euros. Un descenso que alcanza el 18% si hablamos del periodo 2009-2015, la etapa más dañina para el sistema educativo.

“Si analizamos los últimos seis años, hoy tenemos una universidad con 1.900 millones de euros menos que en 2009”, explicó Martí Parellada, coordinador del citado informe. De hecho, si se hubiese mantenido la tendencia de los años anteriores a la crisis, “la universidad española contaría hoy con 6.000 millones de euros adicionales”, añadió.

El dato

La presencia de las universidades españolas en los rankings internacionales sigue por debajo de los países del centro y el norte de Europa. Además, los campus españoles muestran diferencias entre sí. La Autónoma de Barcelona, la Autónoma de Madrid, la Universidad de Barcelona, la Complutense, la de Navarra y la Pompeu Fabra presentan los mejores resultados, seguidas de la Carlos III, la de Granada y la Politécnica de Cataluña.

Las tasas universitarias han sido las elegidas como remedio para hacer frente a la pérdida de ingresos, y han aumentado su precio un 20% entre 2012 y 2015, lo que explicaría en buena parte, tal y como afirmó Parellada, el abultado descenso de matriculaciones en los grados durante el último curso. En concreto, 120.000 alumnos menos que en 2011-2012. Y lo que es más preocupante: “De momento no hay indicios de que esta situación vaya a revertirse en los próximos años”, señaló. Por eso, si la tesitura no cambia, se corre el riesgo de que muy pronto pueda hablarse de una “década perdida del sistema universitario español. Hay que dar un golpe de timón en el tema de la financiación si queremos garantizar un crecimiento sostenible de la economía y de la sociedad española en general”, advirtió.

Para ello sería necesario, entre otros aspectos, revertir la tendencia en inversión en I+D de la Universidad, que se ha reducido desde el 0,39% con respecto al PIB de 2010 hasta el 0,35% del 2014. En este periodo, de hecho, el personal dedicado a I+D en la enseñanza superior disminuyó un 11,9%.

No le ha ido mejor al resto del profesorado. “Se ha ralentizado también la incorporación de docentes jóvenes, lo que ha incrementado la edad media de los profesores en las universidades”, comentó Parellada. Un 45% tiene 50 años o más, contra el 40% de Reino Unido, el 37% de Francia o el 24% de Alemania, según las cifras de Eurostat recopiladas por los autores del informe.

Precisamente, en la necesidad de corregir esta tendencia, incidió Ana Botín, presidenta de la Fundación CYD: “Hay que atraer a los mejores profesores y mejorar la estabilidad en la contratación de personal docente e investigador extranjero, así como impulsar la movilidad del profesorado y la interacción universidad-empresa”.

Sí mejoran levemente las condiciones de inserción laboral de los graduados universitarios españoles. “En el periodo 2013-2015, la tasa de paro ha descendido dos puntos y medio, frente a las siete décimas de la UE”, prosiguió Parellada. No obstante, España sigue siendo el país de la Unión Europea con menos empleos de alta cualificación. Seis de cada diez universitarios españoles consiguen este tipo de trabajos, lo que supone 15 puntos menos que la media de la UE.

Las diferencias se acentúan, además, entre unas regiones y otras. Castilla y León, La Rioja y Aragón, todas con más del 40% de universitarios con empleos de baja cualificación, encabezan la lista.

Sin embargo, pese a que las cifras describen una situación adversa, “el sistema universitario ha gestionado razonablemente bien la tesitura”, afirmó Francesc Solé, vicepresidente de la Fundación. Las publicaciones científicas han reclamado indirectamente la importancia de apostar por los campus. A pesar del descenso de los recursos públicos, el número de publicaciones españolas ha crecido, y durante el curso 2014-2015 supusieron un 3,6% de la producción mundial total frente al 3,3% del año 2010, y un 12,1% de Europa, frente al 10,5% del 2010. Asimismo, también han evolucionado de forma positiva las solicitudes de patentes universitarias, ascendiendo en 2014 a un total de 605, un 3,6% más que en el curso 2009-2010. Las empresas tecnológicas con origen en la universidad también arrojan un horizonte esperanzador, con un crecimiento del 10,8% en el periodo 2012-2014.

Y pese al aumento de las tasas en másteres, un 53,7% entre 2011 y 2015, mucho mayor que la subida en los grados, la matriculación ha crecido notablemente, pasando de los 115.000 a los 166.000 estudiantes respectivamente. Esto se explica en buena medida, recordó Parellada, a que la Universidad aumenta cada año su oferta académica en estos estudios, por lo que, cada vez más, muchos alumnos se animan a cursarlos.

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