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Mercado de valores

Las cuatro teorías más locas para invertir en Bolsa

Faldas y astros, entre otros, llegan a marcar el comportamiento de algunos excéntricos inversores a la hora de definir estrategias para la renta variable

Invertir según los movimientos de los planetas es lo que sugiere el índice Bradley
Invertir según los movimientos de los planetas es lo que sugiere el índice Bradley

Que correlación no implica causalidad es algo que repiten sin descanso economistas y gestores. Sin embargo, en el mundo de las inversiones bursátiles, cada cierto tiempo surge una teoría que, mezclando elementos que guardan poca o ninguna relación, parece predecir con gran precisión los movimientos de los mercados.

A pesar de ello, recuerdan los expertos, si suficientes personas creen en una teoría bursátil, por poco sentido que tenga, esta tiene grandes posibilidades de cumplirse. Así, son muchos los inversores que se ven atraídos por promesas de rentabilidad fundadas en estrategias de razonamientos extraños.

Según Burton G. Malkiel, autor del aclamado libro Un paseo aleatorio por Wall Street, seguir este tipo de consejos es la mejor decisión si lo que se busca es perder dinero. "El mundo del análisis financiero sería más insulso sin estas teorías que, por supuesto, no tienen sentido porque son acontecimientos sin ningún tipo de relación", señala el autor. Estas son las cuatro teorías más surrealistas del mundo bursátil.

De los modelos de análisis más locos el indicador de la altura de la falda es, quizá, uno de los más conocidos. Desarrollado por Ira Colbeigh bajo el esotérico nombre de "mercado alcista y rodillas al descubierto", parte de la idea de que mirando la altura del bajo de los vestidos de las mujeres en un determinado año, se podía conocer la tendencia de las Bolsas.

Así, las faldas cortas son, según este modelo, sinónimo de fuertes compras en los mercados mientras que un año de faldas largas arrastrará consigo a las Bolsas. "Aplicando esta teoría se podría deducir que el culpable de la crisis de las puntocom en el 2000 fue la irrupción del traje pantalón y no la burbuja de las tecnológicas", critica Burton G. Malkiel.

Pese a todo, este modelo sí que ha acertado con precisión notable, según los expertos consultados, las tendencias del mercado. De esta forma, la década de los 20 coincidió con un periodo de faldas más cortas, mientras que el cambio en la moda coincidió en los años 30 con el desplome de los mercados.

"El problema no es tanto que acierte como que se conozca la moda con la antelación suficiente como para anticiparse a los movimientos del mercado. Si conocemos el bajo de las faldas después de que el mercado suba o baje podemos decir que se cumple, pero para nuestra inversión no nos sirve para nada. Solo es un dato curioso", sostiene uno de los analistas consultados.

Las teorías más extravagantes y menos probadas científicamente suelen tener relación con el movimiento de los astros y sus efectos sobre diversos aspectos de la vida terrestre. De este corte es el índice elaborado por el astrólogo Bradley, que ideó un modelo que determinaba fechas propicias para los giros en el mercado en función de las posiciones de los planetas.

Supuestamente, siguiendo este modelo astrológico el inversor sería capaz de conocer los momentos en los que se produce un punto de inflexión en las Bolsas, aunque no la tendencia del mercado. Así, en 2008 el modelo avisaba de una nueva tendencia y la Bolsa americana cayó casi un 40% tras cinco años consecutivos de subida.

Pese a todo, los expertos apuntan a que lo espectacular de sus aciertos ha magnificado la fiabilidad de un índice que nada tiene de sentido, ocultando los errores que se producen en la mayor parte de los casos. “Cuando este modelo ha acertado ha sido muy sonado, pero acertar una vez de cada cien no lo convierte en fiable. Hasta invertir al azar puede tener índices de éxito similares", explican fuentes financieras.

¿Cuál fue el motivo de la recuperación bursátil de 2009? Esta pregunta, a la que muchos responderían aludiendo al rebote posterior al primer impacto de la última crisis financiera (el segundo se produjo en 2012) sería respondida de forma totalmente distinta por un inversor que utilice el indicador de la Super Bowl. Y es que, por extraño que pudiera parecer, para este curioso inversor, la victoria de los Pittsburgh Steelers en la competición más famosa del fútbol americano estaría detrás de las alzas de los mercados de todo el mundo.

Según este modelo, la Bolsa caerá en términos anuales si el ganador proviene de la antigua Liga de Fútbol Americano (AFL, actualmente la AFC, Conferencia Americana). Por el contrario, si los vencedores tienen su origen en la antigua Liga Nacional de Fútbol (NFL), la actual NFC (National Football Conference, Conferencia Nacional), lo que se anticipa son doce meses en positivo. “El acierto de este modelo no es superior al de tirar una moneda al aire, pero cuanta más gente crea en él, más preciso será”, explican los analistas.

El Skyscraper Index, o indicador de los rascacielos, fue elaborado en 1999 por Andrew Lawrence, analista de Dresdner Kleinwort Wasserstein. Según su ideólogo, el récord del rascacielos más alto del mundo se bate justo antes del estallido de grandes crisis financieras, por lo que quien consiga anticiparse a las obras evitará también fuertes caídas bursátiles.

A día de hoy, el Skyscraper Index es reconocido por los diferentes analistas como pauta para identificar los picos de las burbujas y es elaborado por el banco británico Barclays. Pese a ello, el índice ofrece una segunda lectura mucho más cuestionada. Y es que la teoría sugiere una relación entre el incremento de altura frente al rascacielos más alto precedente y la duración de la crisis económica, algo que, según los expertos, carece de evidencia científica.

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