Solo una minoría se deduce por aportaciones a un plan de pensiones
2,8 millones de contribuyentes aplicaron la reducción fiscal por pensiones, un 34,6% menos que en 2007 Las rentas altas se benefician con mayor intensidad de un incentivo que Bruselas tildó de "regresivo"
El sistema fiscal mantiene incentivos tributarios para fomentar el ahorro para la vejez. Los contribuyentes que realizan aportaciones a un plan de pensiones privado pueden reducirse en la misma cuantía su base imponible con un límite de 8.000 euros. Cada vez más voces recomiendan fomentar productos de ahorro complementarios ante la situación de las pensiones públicas. Sin embargo, la crisis económica ha limitado y mucho las posibilidades de aportar dinero a sistemas de previsión social.
Los últimos datos de la Agencia Tributaria reflejan que 2,8 millones de contribuyentes rebajaron su factura fiscal por realizar aportaciones a planes de pensiones en 2014, un 34,6% menos que en 2007. Solo el 14,5% del total de contribuyentes se benefició de la reducción fiscal por destinar dinero a un sistema privado de previsión social. En 2007, el porcentaje alcanzaba el 23%.
El número de beneficiarios no ha cesado de caer en los últimos años, aunque el ritmo se ha ralentizado. De hecho, en 2014, la reducción fiscal alcanzó 4.939 millones, un 6,4% más que el ejercicio anterior. Aunque lejos de los 6.600 millones que se alcanzaron antes de la crisis. Los datos reflejan que aumentan las aportaciones a planes de pensiones, pero se reduce el número de beneficiarios. Ello indica que la reducción fiscal se concentra especialmente en rentas elevadas. De hecho, la reducción media no ha cesado de subir y en 2014 alcanzó los 1.755 euros de medida, la cifra más elevada jamás registrada.
Obviamente, las aportaciones son mayores a medida que se incrementa la renta. Por ejemplo, de los 4,8 millones de declarantes del IRPF con ingresos entre 12.000 y 21.000 euros, el 12,5% destinó dinero a planes de pensiones por un importe medio de 965 euros. En cambio, entre los 538.000 declarantes con rentas entre 60.000 y 150.000 euros, más de la mitad se redujo por pensiones un promedio de 1.306 euros. Las rentas superiores a 600.000 euros rebajaron su base imponible una media de 9.367 euros. Hay que tener en cuenta que, en 2014, el límite para aplicar la reducción alcanzaba los 10.000 euros con carácter general frente a los 8.000 euros actuales.
La reducción fiscal por aportaciones a planes de pensiones tiene un componente regresivo. Ello esa así porque el incentivo fiscal actúa en la base del impuesto y cuanto mayor es el tipo marginal que aplica el contribuyente, mayor es el ahorro.
Por ejemplo, un contribuyente con un sueldo bruto de 20.000 euros y que destine este año 2.000 euros a un plan de pensiones verá su factura fiscal rebajada en 480 euros. Si esa misma aportación es realizada por un trabajador que gana 50.000 euros, el ahorro aumenta hasta los 740 euros. Y, para una contribuyente que gana 100.000 euros, aportar 2.000 euros a un plan de pensiones supone una rebaja fiscal de 900 euros.
La Comisión Europea se mostró favorable en un informe de 2013 a suprimir la desgravación fiscal por sus “efectos regresivos” y por “falsear la composición del ahorro” en la medida en que premia fiscalmente a unos productos frente a otros.
El Gobierno de Mariano Rajoy desechó la posibilidad de eliminar la reducción por aportaciones a planes de pensiones y, de hecho, defendió que el sistema tributario debe fomentar el ahorro a largo plazo. Aun así, la reforma tributaria que entró en vigor en enero de 2015 rebajó de 10.000 euros a 8.000 euros el límite de la reducción y suprimió el umbral de 12.500 euros para mayores de 50 años.
los defensores de la deducción recuerdan que la reducción fiscal es, en realidad, un diferimiento en el pago de impuestos. Es decir, las aportaciones que uno realiza se restan de la base imponible, pero tributan como rendimiento del trabajo en el momento en el que se rescatan. El Partido Popular prometió durante la campaña electoral revisar en el IRPF la tributación del rescate de los planes de pensiones. La idea es que la parte que corresponda a rendimientos aplique la tarifa del ahorro y no sea tratada como una renta del trabajo.