Un modo más eficiente de comprar energía
Se trata de innovar procedimientos y dejar atrás los sistemas tradicionales de compra a la hora de contratar electricidad o gas
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) comunicó a finales del pasado año que el precio de la electricidad se había incrementado en España más de un 10% entre 2011 y 2015. De hecho, España es el país europeo donde más ha subido el recibo, tanto para consumidores como empresas, en dicho periodo.
Según el informe de David Robinson & Associates, entre 2008 y 2014 el precio medio de la luz para la industria aumentó en España a un ritmo del 9% para las empresas de tamaño medio y un 7% para las grandes compañías, porcentajes cercanos a la media de la UE. Esta firma achaca la mayor parte del incremento de la luz a la cuña gubernamental: impuestos, tasas y otras regulaciones en materia energética que impone el Estado. Para la industria media, la cuña gubernamental ha supuesto el 28% del precio total, mientras que para las grandes empresas ha sido el 20%.
Por su parte, la AEGE (Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía), que agrupa a los principales grupos industriales de España con un gasto anual de energía de más de 1.500 millones de euros, defiende desde hace 36 años la necesidad de tener un suministro eléctrico “competitivo, predecible y estable”. Según esta asociación, las grandes empresas consumidoras de energía en España padecen un sobrecoste del 30% respecto a, por ejemplo, las francesas o alemanas.
Esto se traduce en una significativa falta de competitividad de las industrias españolas con una dependencia alta de la electricidad en los mercados internacionales, debido al peso tan alto de la electricidad, que supone más de un 50% del total de costes de producción. Aunque los primeros meses del ejercicio 2016 muestran una tendencia a la estabilización de los precios, propiciada por un abaratamiento de los carburantes, la realidad es que el coste de la energía está sometido a un sinfín de fluctuaciones, muchas de ellas incontrolables. Y ninguna compañía puede permitirse el lujo de apagar la luz.
Por tanto, la solución no pasa por consumir menos sino por comprar de manera diferente e innovadora. Se trata de innovar procedimientos y dejar atrás los sistemas tradicionales de compra a la hora de contratar electricidad o gas: abrir opciones a otros posibles proveedores o participar en procesos transparentes como la subasta online, son solo dos ejemplos de cómo se puede negociar mejor la contratación de energía.
"La solución no pasa por consumir menos, sino por comprar de manera diferente e innovadora”
Adquirir un suministro energético con procesos electrónicos presenta múltiples ventajas que las empresas e instituciones públicas solo están empezando a conocer ahora. La tecnología, unida a un asesoramiento adaptado a las necesidades de cada empresa, produce ahorros importantes en la compra de cualquier suministro y ofrece mayor accesibilidad y facilidad de gestión, limpieza y transparencia, todo ello disminuyendo el tiempo dedicado a la negociación.
Empresas, de diversos tamaños y sectores, y administraciones públicas están cada vez más concienciadas de estos beneficios a la hora de contratar sus suministros de gas y electricidad. Dentro y fuera de nuestro país –de momento, más fuera– tenemos ejemplos significativos de empresas y administraciones que deciden contratar sus suministros de energía a través de las plataformas electrónicas. Por poner dos ejemplos, en una subasta para la adjudicación del suministro eléctrico, un gran banco también español ahorró 1,7 millones de euros, nada menos que el 10% del volumen total negociado. Otra compañía, en este caso una importante aseguradora, negoció un volumen de más de dos millones consiguiendo un ahorro del 12%. Y hablamos de operaciones que, en algunos casos, duran menos de una hora. Podemos calcular el ahorro que supondría generalizar esta práctica para las empresas que invierten miles o incluso millones de euros al año en energía.
Hay otros beneficios adicionales que pueden ayudar a convencer a empresas y organismos para que contraten energía con las nuevas tecnologías, además del mencionado ahorro económico: una disminución de hasta el 20% en tiempo de tareas administrativas de bajo valor añadido; una reducción del 50% de errores en los pliegos; y un 15% más de participación de proveedores sin que ello implique una mayor carga de trabajo. En conclusión, la tecnología aplicada a las compras, además de ser sencilla y rápida de implementar, representa una gran oportunidad para que tanto el sector público como el privado aceleren la transición hacia la plena contratación electrónica en un sector con tanta trascendencia y demanda asegurada como es el de la energía.
Pablo Parellada es director general de BravoSolution.