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Coches sin conductor

España, la pista más rápida para el vehículo autónomo

La conducción automatizada, un negocio con futuro, pendiente de la normativa.

Next Two es el prototipo de coche autónomo conectado de Renault.
Next Two es el prototipo de coche autónomo conectado de Renault.

El coche autónomo –que no necesita conductor– entraña importantes oportunidades para España, pero también plantea numerosas incógnitas y retos normativos. Los 28 ministros de Transportes de la Unión Europea acaban de firmar la Declaración de Ámsterdam, con el objetivo de eliminar barreras reglamentarias y promover un marco legislativo favorable para este tipo de vehículos. Lo han hecho en una reunión en la que, de paso, han probado los prototipos cedidos por algunos fabricantes.

Pero, ¿está preparado España para acoger esta nueva revolución a cuatro ruedas?

La legislación debe resolver todavía quién es el responsable en caso de accidente

Por lo pronto, parte con ventaja. Desde el pasado noviembre, España es uno de los primeros países del mundo que apuesta por los vehículos de conducción automatizada, gracias a una instrucción de la Dirección General de Tráfico que permite efectuar pruebas y ensayos de investigación en vías urbanas e interurbanas acotadas.

Pero puede ir más allá y desarrollar una normativa específica para estos automóviles, ya que –al igual que EE UU, Portugal y Reino Unido– no ha firmado la Convención de Viena de 1968 sobre circulación, que obliga a los demás países a que haya siempre un conductor en los coches que circulan por sus vías públicas. Reino Unido ya se ha adelantado, tras poner en marcha en enero de 2015 un plan de actuación para aprobar una normativa específica al respecto.

  • Ventajas y barreras

La posibilidad que tiene España de adaptar su legislación más rápidamente que otros países supone una gran ventaja competitiva, a juicio de Francisco Roger, socio responsable de automoción de la consultora KPMG. “Debería aprovechar sus activos, que tiene muchos, para que todas las marcas de automóviles europeas apuesten por nuestro territorio a la hora de hacer las pruebas de sus prototipos”, señala.

Sin embargo, Pablo Fernández, abogado de Abanlex, especializado en derecho tecnológico, advierte de que el sistema normativo no está todavía preparado para dar respuesta a la gran pregunta que plantea el coche autónomo: “¿Quién se hace responsable en caso de accidente?”.

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Pero esta no es la única incógnita por dilucidar. Joan Cavallé, director ejecutivo de automoción de la consultora Accenture, explica que la legislación deberá aclarar, al menos, cuatro ámbitos básicos: “La Ley de Tráfico, que actualmente exige un conductor; la licencia de conducir, que ahora viene asociada también a un conductor; el permiso de circulación, ligado a la homologación de los vehículos, y la responsabilidad en los accidentes, directamente relacionada con el propietario del vehículo y ahora inmersa en un debate sobre si corresponderá a este o al fabricante”.

A juicio del profesor del IESE Pedro Nueno, esto último será el problema principal que tendrá que afrontar la legislación, aunque recuerda que “el presidente de Volvo ya ha dicho que, en el supuesto de que uno de sus vehículos tuviera un siniestro, el responsable sería el propio fabricante”.

Y es que la seguridad completa no existe, ya que como advierte Nueno, “para que los sensores del coche autónomo estén siempre conectados tendrá que haber cobertura en todo el trayecto, pero ¿qué sucederá cuando no la haya?”.

Las novedades en la responsabilidad plantean también cambios en los seguros. Pablo Fernández, de Abanlex, se pregunta: “En un coche sin conductor, ¿qué seguro habrá que contratar? ¿Quién avisa de qué? En nuestro país no hay una norma que obligue a los fabricantes a contratar pólizas por defectos de fábrica”.

  • Transformación del sector asegurador

De cualquier manera, las aseguradoras no piensan dejar escapar su negocio. Luis Sáez de Jáuregui, director de distribución y ventas de Axa, opina que el coche autónomo va a transformar parte del sector. “La telemática está aportando un importante valor en el diseño de primas personalizadas, análisis de la conducción, protección contra el robo, localización y la alerta de siniestros”.

En tanto, Cavallé, de Accenture, está convencido de que la reordenación del marco jurídico durará varios años y deberá resolver también cuestiones como “la responsabilidad en las infracciones de tráfico, la protección de datos personales y los posibles ataques cibernéticos, entre otros”.

No obstante, como apunta Ricardo Conesa, de IE Business School, las cuestiones normativas no deben convertirse en un impedimento para el desarrollo del vehículo autónomo. A su juicio, “la legislación no debe constituir un freno de lo que la gente quiere y la tecnología puede ofrecer”.

Mientras tanto, los grandes fabricantes están multiplicando sus esfuerzos para preparar sus prototipos. Pero los expertos avanzan que hasta 2020 no podremos ver los nuevos vehículos en el mercado.

Las grandes marcas preparan sus prototipos

Nadie se quiere quedar atrás en la carrera por el vehículo autoconducido, por lo que todas las grandes marcas están preparando ya prototipos de coches autónomos y algunas ya han empezado a realizar las primeras pruebas.

Entre los fabricantes más avanzados se encuentran Volvo, Renault, Nissan, Ford, BMW, Citroën, Volkswagen, Mercedes y Toyota, pero también firmas tecnológicas como Apple, Microsoft, Tesla y Google. Y entre los fabricantes que han apoyado la Declaración de Ámsterdam se encuentra Renault, que aprovechó la reunión de los ministros para presentar sus tecnologías emergentes.

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