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Estrategias de inversión

El petróleo abre la puerta a una oportunidad de inversión histórica

La operativa está pensada para un horizonte temporal de, como mínimo, tres años

El petróleo Brent desde mínimos de 2014
Alejandro Meraviglia

Desde que tocara máximos el pasado 19 de junio de 2014, el barril de Brent, de referencia en Europa, perdió un 74,5% de su valor, hasta tocar suelo en los 27,88 dólares el 20 de enero de este año. Desde entonces, el crudo ha logrado revertir su tendencia y cierra la última sesión habiéndose revalorizado ya un 61,8%, hasta los 45 dólares por barril.

Pese al vertiginoso ascenso, los diferentes analistas consideran que aún le queda un gran recorrido al alza que, incluso quedándose lejos de los máximos que registraba antes de la caída (115 dólares por barril), implicaría un recuperación del 77%, si alcanzase los 80 dólares. En el escenario menos optimista, la escalada del precio del crudo se reduciría a un todavía significativo 33% si, como vaticinan algunos expertos, el fracking estadounidense se reactivase con facilidad al superar el oro negro la cota de los 60 dólares. Este nivel se conoce como el punto a partir del cual esta tecnología es rentable y, si la producción volviera a ponerse en marcha, se convertiría en un techo para su cotización.

En cualquier caso, todos los escenarios son positivos e implican que el inversor se enfrenta a una oportunidad única de obtener una gran rentabilidad que, eso sí, no está carente de riesgo. La volatilidad es el santo y seña del petróleo desde hace meses toda vez que, pese a la tendencia general alcista que experimenta, su cotización se ha movido a bandazos reflejados en enormes correcciones superiores al 14%, seguidas y precedidas de alzas de más del 20% con apenas una semana de diferencia.

“No es una oportunidad que se vea con frecuencia en los mercados. El petróleo, en las últimas décadas, solo ha pasado por tres fases correctivas similares a la actual, es decir, con descensos medios del precio del crudo superiores al 60%”, apunta Félix González, director de la eafi Capitalia Familiar. Según los datos que maneja el experto, la duración media de la fase correctiva fue de un año (la actual ha durado cerca de un año y medio) y la posterior fase de recuperación se materializó en una subida superior al 200% hasta tocar el primer máximo.

La oportunidad de inversión abierta por la caída del petróleo no es, sin embargo, apta para todos los públicos. Paciencia, no tener aversión al riesgo y saber que la volatilidad es algo inherente a una estrategia de este tipo son las características básicas que se le exigen al inversor que decida buscar rentabilidad a través del oro negro.

Tiempo. “El mercado tiene sus tiempos que, a menudo, resultan exasperantemente lentos para aquellos que buscan resultados relativamente inmediatos”, opina González. La propuesta de inversión que ofrecen los gestores y analistas que ven una oportunidad en el desplome del crudo es a largo plazo, con un horizonte temporal no inferior a tres años y que exige mucha paciencia para que se concreten los resultados esperados.

Y es que, según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía, la saturación que ahora lastra al mercado no se disipará hasta 2017 y, pese a que los precios han iniciado un fuerte ascenso, la mayoría de las firmas de análisis considera que la cotización del crudo permanecerá este año entre los 45 y los 50 dólares. Por su parte, la propia OPEP advierte de que no espera que el precio regrese a los 80 dólares hasta 2020.

Volatilidad. El camino al alza del oro negro no se espera, ni mucho menos, que se produzca en línea recta. La alta volatilidad es un factor común tanto en las fases de corrección como en las fases de recuperación del petróleo, por lo que el capital invertido pude sufrir, por momentos, complejo de montaña rusa.

Riesgo. Esta propuesta de inversión lleva aparejado unos niveles de riesgo elevados. Como todas las promesas de altas rentabilidades, la del petróleo lleva implícito un nivel de incertidumbre considerable que, además, se multiplica si el inversor decide acortar los tiempos y buscar beneficio a corto plazo. Todas las firmas coinciden en que desde el punto en el que se encuentra, el camino del oro negro es al alza, pero divergen en el potencial y el tiempo que tardará en alcanzar la zona de máximos.

Elegir el vehículo a través del cual realizar la inversión es una de las decisiones más importantes que se debe tomar una vez que se ha detectado una oportunidad para obtener rentabilidad. Las diferencias son notables puesto que, en las últimas fases correctivas, el crudo se ha revalorizado en torno a un 200% mientras que algunas petroleras han alcanzado alzas de más del 900%. Pero al igual que se magnifica el potencial de retorno, se magnifica el riesgo, razón de más para que cada inversor defina su estrategia conforme a la volatilidad que esté dispuesto a asumir.

Petroleras. Son la promesa de mayor rentabilidad, especialmente las dedicadas puramente a la producción (upstream) que son, asimismo, las que más han sufrido a lo largo de este periodo de oro negro barato. “En Europa no hay petroleras puro upstream, hay que buscarlas en el mercado de Estados Unidos”, señala González.

En el Viejo Continente el negocio de petroleras está altamente diversificado, con una parte importante de su negocio dedicado al refino de crudo. De entre todas ellas, los analistas destacan a Royal Dutch Shell cuya actividad se divide en un 13% orientada hacia la producción de petróleo y un 87% hacia el refino (antes de la corrección la distribución era la inversa, por lo que ha demostrado una gran capacidad de adaptación), Desde mínimos, Royal Dutch Shell ha rebotado un 43,2% y cotiza a 23,4 euros por título. Los expertos, sin embargo, no coinciden en dónde comprar los títulos de la compañía, que cotiza en varios mercados y en diferentes monedas.

Para González, la plaza holandesa es la mejor posicionada, puesto que las acciones cotizan en euros y se evita el riesgo relacionado con la divisa. “El crudo altamente volátil ya es suficientemente arriesgado como para añadirle más elementos que puedan desestabilizar”, sostiene. Por su parte, Jaume Puig, director de general de GVC Gaesco Gestión, cree que la incertidumbre generada por el brexit puede ofrecer una buena oportunidad para multiplicar el retorno que ofrece la petrolera. “La libra se ha depreciado enormemente y, si finalmente no se produce la salida de Reino Unido de la Unión Europea, como esperamos, volverá a apreciarse concediendo un retorno fuerte. Es el momento de hacer acopio de libras”, indica.

En Estados Unidos, la posibilidad de invertir en petroleras de pura producción justifica para muchos gestores el riesgo de divisas que entraña el dólar. De entre ellas, destaca Apache, que cotiza ahora a casi 56 dólares por acción tras haber tocado mínimos en los 34 dólares por título. En los últimas fases correctivas, Apache ha alcanzado una revalorización de hasta el 388% frente al 341% que se anotó el crudo.

Para los más arriesgados, desde Capitalia Familiar proponen también la inversión en Denbury Resources, una petrolera que registraba un precio de 34 dólares por acción en 2007 y que ahora se ha convertido en un auténtico chicharro que cotiza a cuatro dólares el título. Atendiendo a las pasadas grandes caídas del precio del petróleo, Denbury llegó a revalorizarse un 990% frente al 388% que se impulsó el oro negro.

“Lo que es fundamental es que estas empresas no tienen vencimientos de deuda próximos, que es algo que puede comprometer a muchas de las petroleras estadounidenses ahora que los precios del crudo están tan bajos”, señala González, que avala ambas compañías.

Sectores relacionados. Para los que no quieren hacer depender totalmente su inversión de los caprichos de la cotización del petróleo, los sectores relacionados, como las compañías de transporte de crudo o de elaboración de estudios sobre el terreno, ofrecen una cierta protección aunque, eso sí, a costa de un potencial de retorno inferior.

Dentro de esta estrategia, Puig destaca a Fugro, dedicada a la recopilación de datos geológicos para las plataformas petrolíferas y otros servicios, que, con un precio por acción de 18,9 euros, ha recuperado un 83% de su valor desde que alcanzara los mínimos del año. Si la firma holandesa recuperase el nivel que registraba antes de la fase correctiva, el retorno obtenido para el inversor que tomase posiciones ahora sería del 134%.

Crudo. Es la opción menos elegida por los analistas por la dificultad de invertir de forma directa desde España en el que es el rey de las materias primas. La forma más eficiente de aprovechar así el repunte del precio del oro negro pasa por utilizar los futuros de los mercados de derivados, una operativa realizada normalmente por inversores institucionales.

La alternativa que se baraja para invertir directamente en petróleo se basa en la toma de posiciones en el ETF United States Oil 12 months fund, que, eso sí, advierten los expertos que podría plantear ciertos problemas de índole fiscal para el inversor residente en Europa.

Es, sin duda, la cuestión más polémica y en la que más divergen las posturas de las diferentes firmas de análisis. Saber cuándo tomar posiciones en un mercado tan volátil puede ahorrarle al inversor caídas superiores al 8% o hacerle perder subidas del la misma intensidad. Más aún si se toma como vehículo de inversión a las mencionadas petroleras que amplifican las caídas y subidas del petróleo.

La señalada Denbury Resources, por ejemplo, cedió un 39% de su valor la jornada del 8 de marzo, en la que el crudo perdió un 2,91%. Pese a ello, quien eligiera comprar sus acciones una vez que el oro negro superó los mínimos del año y aguantara de forma estoica las caídas, se habrá encontrado ya un saldo positivo del 270% y así de forma idéntica con el resto del sector.

Mientras que desde Capitalia Familiar creen que la gran subida puede estar ya al caer, los analistas de GVC Gaesco consideran que es mejor esperar hasta verano. En junio se celebrará la próxima reunión de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), un evento que siempre centra todas las miradas y que acostumbra a multiplicar la volatilidad en el mercado del oro negro en las sesiones o incluso semanas posteriores. En cualquier caso, parece claro que lo peor de esta fase correctiva ya ha pasado y que, con un suelo firme apostado en los 30 dólares, nivel al que no ha regresado desde el pasado 11 de febrero, y que, pese a los bandazos que su cotización ha dado desde entonces, la tendencia es claramente alcista.

“Lo que hay que hacer es tomar posiciones poco a poco, sin prisas y atendiendo a la evolución de los acontecimientos macro y del correspondiente comportamiento del precio del petróleo”, explica González.

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