La cultura del vino como experiencia de viaje
Propuestas para viajeros que buscan otra forma de conocer el mundo.
Los enodestinos ofrecen una variedad de actividades cada vez más atrayentes vinculadas a la gastronomía y el turismo cultural. Experiencias memorables para viajeros que buscan una forma de hacer turismo basada en la cultura del vino.
Hay agencias de viajes especializadas que organizan rutas alrededor de los viñedos más emblemáticos de varios continentes. Nosotros proponemos un recorrido por países con tradición vinícola y por otros emergentes.
Con raíces españolas
Agencias especializadas organizan tours en torno a viñedos emblemáticos de todo el mundo
California es uno de los estados más completos y visitados de Estados Unidos. Tiene playas, montañas, lagos, pistas de esquí, misiones españolas, desiertos, espectaculares parques nacionales, ciudades modernas, pueblos coloniales... Y vino traído por los misioneros españoles en el siglo XVIII.
En los valles de Napa y Sonoma, al norte de San Francisco, se encuentran los más famosos. La ruta, que agrupa a más de 190 bodegas, es un recorrido para probar vino, parar en restaurantes, mercados, pequeñas poblaciones y prestigiosas bodegas.
Cerca de ocho millones de personas visitan estos viñedos cada año para disfrutar de un buen chardonnay o de un cabernet sauvignon como una experiencia más de viaje.
Dormir entre viñas
En España, prácticamente todas las zonas de producción tienen sus rutas turísticas. Rioja Alavesa, por ejemplo, donde se mezclan bodegas familiares y grandes edificios vanguardistas, es una tierra con pueblos muy vinculados a la cultura del vino que aún conservan el encanto de las villas levantadas entre viñedos, como Samaniego, Laguardia, Elciego o Labastida.
Se puede dormir entre viñas y alojarse en antiguas bodegas o de vanguardia. El hotel Marqués de Riscal, en Elciego, es una opción que nunca defrauda.
El despertar de Sudáfrica
A mediados del siglo XVII se empezaron a plantar en Sudáfrica viñedos introducidos por los holandeses con cepas procedentes de Alemania, Francia y España. Hoy, el vino sudafricano gana consideración internacional.
Tiene hasta 18 rutas turísticas. Un recorrido recomendable puede comenzar al sudoeste de Ciudad del Cabo, en Constantia Valley, cuna del vino de Constantia, el favorito de Napoleón. Con muchas bodegas de renombre, la zona cuenta con hoteles y restaurantes de lujo, entre los que destacan Groot Constantia, el centro más antiguo del país dedicado a la producción de vinos.
Stellenbosch es otro destino muy conocido. El lugar conserva la arquitectura típica holandesa, con sus casonas blancas, y es considerado el corazón de la producción sudafricana de vino.
En las antípodas
El valle de Hunter, a dos horas en coche de Sídney, es la región vinícola más antigua de Australia, con más de 150 bodegas, espacios abiertos y vistas increíbles. En Wyndham Estate cada año se representa la obra Opera in the Vineyards, y se puede visitar la histórica bodega Audrey Wilkinson, de 1866.
Cerca, Nueva Zelanda es la nueva tierra del sauvignon y merlot, producido en la pintoresca Ruta del Vino Classic, que conecta cultura, sabores y aventura. La ruta, alejada del circuito turístico habitual, se extiende 380 kilómetros de norte a sur e incluye la bahía de Hawke y Marlborough.
Los más altos del mundo
Del noroeste a la Patagonia, la producción de vino en Argentina ocupa 2.000 kilómetros a lo largo de la cordillera de los Andes, a veces en altitudes récord. Además de buen caldo, provincias como Mendoza tienen grandes atractivos turísticos que descubrir.