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Aún quedan muchos años para verlos en la carretera

¿Por qué aún no pueden utilizarse los coches autónomos?

Aunque no falta cada ciertas semanas la noticia de que los coches autónomos de esta u otra marca están rodando por las calles haciendo pruebas y maravillando al que se deja llevar de un lado a otro en ellos, todavía están muy lejos de convertirse en algo habitual en las calles, pese a lo que podría parecer.

Lo cierto es que diferentes entidades y universidades comentan los problemas a los que se enfrentan los coches autónomos y que alejan bastante el horizonte para su puesta en marcha en las calles de nuestras ciudades, como resumen desde PTCLWG. Para empezar, dese la Universidad de Standford señalan que los principales retos que aún no han superado son:

- Mantener al conductor despierto

- Tomar decisiones consecuentes para el conductor

- Realizar procesos variables rápidamente

- Comunicarse externamente

- Ser capaz de sortear obstáculos imprevistos

Entre los resultados que han permitido señalar estos cinco puntos se ha señalado que 13 de los 48 estudiantes consultados que han estado testeando un coche autónomo, se han quedado dormidos al volante. Incluso si se utilizan métodos para entretener al conductor como es un tablet o un smartphone con vídeos. También se ha estudiado la posibilidad de que el coche desacelere y avise al conductor para que tome el mando, pero esto tarda al menos 5 segundos en completarse, lo que es un peligro en la carretera.

El problema es que sin conductor, el coche necesita tomar decisiones como la de puede encontrarse al toparse con un coche en la carretera. En ese momento tiene que decidir si atropellarlo o cambiarse de carril, con el peligro que supone para tener un accidente. La pregunta es, en el caso de que ocurra una desgracia ¿de quién es la culpa? ¿del fabricante, del programador o del propietario del vehículo?

Además, de momento, los sistemas de navegación de los coches autónomos siguen una serie de rutas y se basan en cierto número de sensores. Esto hace que no estén preparados para responder a la conducta imprevista de otros conductores y de los peatones. Esto se podría solucionar, en parte, con un sistema de comunicación externo pero todavía no hay una forma segura o efectiva de hacerlo.

La realidad, pese a todo, es que los gobiernos se empiezan a preparar para la llegada de estos vehículos que podrían empezar a rodar en las carreteras allá por 2035, para lo que algunos estados norteamericanos ya tienen promulgadas leyes y normas de circulación.

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