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España, entre los países más beneficiados

La banca pide una norma europea de insolvencia más ágil y fiable

Bruselas promete una reforma de mínimos para simplificar los procesos

Simon Lewis (izquierda), consejero delegado de Afme, y Rick Watson, director de Mercado de Capitales.
Simon Lewis (izquierda), consejero delegado de Afme, y Rick Watson, director de Mercado de Capitales. Manuel Casamayon

La fragmentación y diversidad de los regímenes nacionales de insolvencia frena la inversión transfronteriza, dilata la reestructuración de compañías viables y genera incertidumbre entre los acreedores, según denunció ayer la Asociación de Mercados Financieros en Europa (AFME), que agrupa a bancos, brokers, inversores y despachos de abogados.

AFME reclama una reforma de las normas de insolvencia en la Unión Europea para acercarlas al modelo estadounidense, “que permite reestructuraciones rápidas y eficaces”, para dar más poderes a los acreedores y para pedir responsabilidades a los organismos públicos encargados del proceso.

La reforma podría ayudar a Europa a superar definitivamente la crisis económica, que ha dejado un lastre de 879.000 millones de euros en préstamos dudosos en la cartera de la banca.

La Comisión Europea reconoce el problema pero considera muy difícil armonizar una normativa tan entroncada con el derecho nacional como la de las insolvencias. Bruselas, por ello, descarta una armonización completa, pero espera presentar este año, en el marco de la llamada Unión de Mercados de Capitales, una iniciativa legislativa para unificar ciertos criterios y parámetros.

AFME asegura que sus propuestas son urgentes y que tienen cabida en el marco legislativo actual, porque son compatibles con el mantenimiento de los regímenes nacionales en vigor. La asociación recuerda, además, que la diversidad actual sólo favorece a las grandes multinacionales, que pueden optar por instalarse en los países donde el régimen de insolvencia sea más fiable y financiarse así más barato.

La Asociación defiende sus argumentos con un estudio sobre los beneficios económicos que generaría la modernización de las leyes de insolvencia.

El informe cifra entre 41.000 millones y 78.000 millones de euros el aumento del PIB europeo, en función de la profundidad de la reforma. Y en términos de empleo, redundaría en la creación de entre 600.000 y 1,2 millones de puestos de trabajo. Tales resultados, según AFME, podrían lograrse si todos los Estados de la UE alcanzaran una tasa de recuperación de deudas del 85% en caso de insolvencia.

Los cálculos se basan en la mejora de las condiciones de financiación de las empresas que se logra con un régimen fiable para tenedores de deuda, prestamistas o inversores. El punto de partida es que cada incremento en un 10% en la tasa de recuperación de deudas se traduce en una rebaja de 37 puntos básicos en la prima de riesgo de los bonos corporativos

España, con una tasa de recuperación del 70%, podría añadir unos 8.000 millones de euros de PIB si lograra el objetivo del 85%. La mejora, según el estudio, también se traduciría en más de 100.000 puestos de trabajo. El beneficio sería aún mayor en Italia y Francia, dos de las grandes economías que, según AFME, todavía no disponen de un régimen de solvencia apropiado.

En el extremo opuesto figuran Reino Unido, Holanda, Bélgica, Austria, Finlandia o Irlanda, países donde las tasas de recuperación ya superan el 85%.

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