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El Ibex sube este viernes un 2,62% con la ayuda de la banca

El Ibex cae un 7,6% en enero y firma su peor arranque de año desde 2010, ¿qué ha pasado?

Panel de la Bolsa española
Panel de la Bolsa españolaEFE

El Ibex ha intentado mantener la compostura en la última sesión del mes, pero remontar las caídas era algo muy difícil. En un día en el que la banca ha vuelto a ser protagonista, es vez para bien, el selectivo ha cerrado con una subida del 2,62% hasta los 8.815,8 puntos. En el cómputo del mes, la Bolsa española concluye enero con una caída del 7,6% que le lleva a firmar su peor arranque de año desde 2010. Igual de complicada ha sido la situación en el resto de plazas europeas. El Mib italiano, arrastrado por las caídas de la banca, se alza como el índice más castigado del mes con una caída del 12,89%. Le siguen el Dax alemán (-8,8%), el Euro Stoxx (-6,81%), el Cac francés (-4,75%) y el Footsie británico (-2,54%). 

Los inversores han contado con una avalancha de resultados del sector financiero. Popular, CaixaBank y Sabadell han desfilado por la pasarela y si se observa lo acontecido en Bolsa, parece que esta vez sí el mercado ha recibido con los brazos abiertos las cuentas del conjunto de 2015. La entidad que preside Josep Oliu se ha revalorizado un 11,98% mientras que Popular ha subido un 6,95% y CaixaBank, un 3,81%. Solo Gamesa ha batido estos porcentajes. La triunfadora de 2015 se ha anotado hoy un 18,82% ante los rumores de opa por parte de Siemens. Con este rally la empresa de aerogeneradores abandona las pérdidas que acumulaba en este arranque de año.

El viernes los inversores amanecían con la noticia de que el Banco de Japón situaba los tipos de interés para sus depósitos en terreno negativo (-0,1%), por primera vez en su historia. La noticia despertó el entusiasmo de los inversores y el índice japonés Nikkei se anotó un 3%. Posteriormente, el mercado contó con el dato adelantado de PIB de España que en 2015 concluyó con un avance del 3,2%, el mayor incremento desde 2007. Por la tarde se divulgó el crecimiento de la economía estadounidense que, según el dato adelantado, avanzó un 2,4% el año pasado. Como ya señaló la Fed en su comunicado del miércoles, en el último trimestre la economía se ralentizó debió en gran medida al menor crecimiento del esperado en el gasto de los consumidores. Este dato llevó a los índices de EE UU a avanzar un 2,5%.

Lo acontecido en la sesión de hoy nada tiene que ver con lo sucedido en las primeras semanas del año en las que China y las caídas continuadas del precio del petróleo aceleraban las ventas.

El año comenzó con un cambio normativo en la Bolsa china. Su objetivo era frenar las fuertes caídas, pero la medida no consiguió el efecto deseado. La desconfianza entre los inversores fue tal que solo siete días después de su entrada en vigor, se eliminó el mecanismo automático de suspensión.

Siguiendo con el gigante asiático, el banco central chino volvió a devaluar su divisa con el objetivo de ganar competitividad y aumentar las exportaciones. Pero como en el caso anterior la noticia reactivo las dudas sobre el crecimiento el país. El menor crecimiento es visto como una amenaza, pero son muchos los que consideran que esto obedece en realidad a la transformación económica. China quiere asemejar su modelo al de los países desarrollados y para ello el consumo interno debe ser el gran pilar, en detrimento de las inversiones.

La guerra en la que están inmersas algunas potencias del crudo, reacias a rebajar la producción, ha pasado factura al precio del oro negro. El barril de Brent comenzó el año en los 37,28 dólares y ahora se sitúa al filo de los 34. Tomando como referencia estas cifras, en principio, la caída parece limitada. Sin embargo, en el camino el crudo ha llegado a caer a los 27 dólares. En las últimas sesiones, el oro negro ha vivido su particular rally ante los rumores de una acción coordinada entre Rusia y la OPEP. Sin embargo, los países del Golfo no han tardado en desmentir la noticia. El último de ellos ha sido hoy mismo. El protagonista en esta ocasión ha sido Irán, país que se ha reincorporado al mercado del crudo tras el levantamiento de las sanciones y, según lo indicado, no está dispuesto a recortar sus producción.

Por si esto no fuera suficiente, en las últimas dos semanas el BCE y la Fed han tomando la palabra. El organismo que preside Mario Draghi no adoptó ninguna medida extraordinaria después de haber ampliado en diciembre su programa de activo y rebajar la tasa de depósitos. El banquero italiano se limitó a lanzar un mensaje de optimismo. Si antes su lema era "haré todo lo que sea necesario" ahora lo es la frase "sin límites".

La Fed, de la que los inversores esperaban que aclarase las dudas sobre cuándo procederá a la próxima subida de tipos, siguió los pasos del BCE y mantuvo sin cambios su política monetaria.

La banca italiana también ha atravesado su particular cuesta de enero. Las dudas sobre la viabilidad de su sistema bancario provocó fuertes caídas en las entidades que terminaron arrastrado al conjunto del sector en Europa. Italia ha llegado a un acuerdo con la Comisión para crear varios bancos malos a los que traspasarán los créditos dudosos.

En el mercado de deuda, la rentabilidad del bono español a 10 años ha bajado al 1,5% desde el 1,77% en que comenzó el mes. Como viene siendo habitual en los momentos de mayor inestabilidad, el bund germano ha vuelto a hacer gala de su papel como valor refugio y en este mes ha pasado del 0,62% al 0,32%. Con todo esto, la prima de riesgo ha subido cuatro puntos básicos y cierra el mes en los 118. 

Por su parte, la moneda europea se ha mantenido estable en los 1,08 dólares.

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