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Insisto, no es China.Es el crecimiento global y un ajuste postergado.

El comienzo de este año en los mercados financieros ha sido de los peores que se recuerdan. Se calcula que. Hasta el viernes pasado, las primeras sesiones bursátiles de 2016 se han saldado con una depreciación de activos bursátiles de cuatro billones por los miedos sobre la situación financiera de China y la desaceleración de su economía.

El IBEX-35 cerró la sesión del lunes con un recorte del 0,26%, lo que ha llevado al índice general a situarse por debajo de la cota psicológica de los 8.900 puntos (8.886,1). En el mercado de deuda, la prima de riesgo se ha situado en los 126,85 puntos básicos, y la rentabilidad del bono a diez años en el 1,805% todo ello con el añadido de en un contexto político incierto, en Cataluña y España, de fondo. A media sesión de hoy parece recuperar la cota de lo 9.000 puntos al subir más de un 1%, al calor de la mejora de los precios de petróleo.

El Nikkei japonés bajó un 2,71% en la sesión de ayer martes (hasta su nivel más bajo en 3 meses) pero ha recuperado esta mañana un 2,88%. A pesar de lo sucedido en Tokio esta mañana, el índice Shanghái Composite cerró hoy con nuevas pérdidas (-2,43%) después del leve repunte de ayer (+0,2%) y la caída del 5,33% el lunes. El índice lleva acumulada una caída del 16,67% en este año.

Como viene siendo habitual, el nerviosismo que ha transmitido China sobre su economía, continua impactando en el mercado petrolífero. Como si de un efecto ‘dominó’ se tratara (China es el mayor consumidor de petróleo y materias primas del mundo) los precios del petróleo y las materias primas no hace más que desplomarse. El precio del barril de crudo Brent bajó un 6,74% hasta los 31,29 $/barril durante la jornada de ayer y tocó nuevos mínimos de 12 años (las expectativas de alcanzar los 20 $/barril parecen concretarse día a día) mientras que el barril de petróleo de Texas (WTI) se cotizó a 30,95 $/barril, una disminución de 6,6 %. Un nuevo mínimo histórico, el sexto consecutivo, en el Baltic Dry Index (estimador del comercio mundial) hasta los 402 $ y la caída del índice de materias primas que elabora Bloomberg hasta su nivel más bajo desde el año 1991, ponen en evidencia que el problema es un crecimiento global que es incapaz de cerrar el "gap" creado por una sobrecapacidad generalizada.

El precio del petróleo

La caída del precio del petróleo completa una caída del 10% en la última semana dentro de un contexto de mercado en el que cada vez más analistas asumen la posibilidad de un escenario de 20 $/barril. La propia OPEP podría verse forzada a tener que convocar una reunión extraordinaria, aunque los procedentes del anterior encuentro no invitan a pensar en la posibilidad de un acuerdo de recorte en la producción.

Entre los países productores, la “fiesta” va por “barrios”. Aquellos países que no han recurrido una devolución de su divisa, como es el caso de Arabia Saudí (que tiene un cambio fijo de alrededor de 3,75 riales saudí por dólar americano), han visto caer los ingresos por venta de petróleo en moneda local de la misma magnitud que la caída del precio del petróleo: cerca del 75% desde los máximos del 2011. Mientras que países como Rusia que ha dejado caer al rublo en todo este tiempo, solo han visto caer los ingresos, en moneda local, en poco más del 28%. La pregunta que queda en el aire es cuánto tiempo resistirá Arabia Saudí en mantener su ligazón con el USD y devaluar para amortiguar la caída del precio del petróleo y evitar una pérdida inútil de reservas para sostener la cotización del rial saudí en caso de que el mercado empiece a sospechar de esta posibilidad.

Esta decisión podría dar lugar a un nuevo "terremoto" en los mercados además de poner de manifiesto que la fuerte subida del precio del petróleo desde el 2000 era otro artificio más de los bancos centrales. No obstante, la respuesta tiene muchas connotaciones en otros ámbitos más allá del puramente económico, desde las relaciones de EE.UU. con Irán, al rediseño del sistema monetario mundial (demasiado ligado al petrodólar).

Entre los países consumidores, lo mismo. Centrádonos en la UME es determinante evaluar si la caída de esta materia prima está afectando a las expectativas de inflación (último inexplicable "mantra" del BCE). Draghi se vanagloriaba el pasado mes de diciembre al argumentar que las compras de bonos (€-QE’s) habían permitido eliminar la correlación entre caídas del crudo y el “inflation swap” (expectativas de inflación). Sin embargo esta correlación ha vuelto a aflorar de una forma patente desde mediados de diciembre y lo que es más significativo nos acercamos a los niveles de expectativas de inflación que desencadenaron la puesta en marcha del primer QE en enero pasado.

Con esta situación es muy probable que el BCE tenga que revisar a la baja sus proyecciones de inflación en marzo. A tenor de esta evolución no es descartable que la institución monetaria se vea forzada a poner en marcha alguna medida adicional por tanto.

En los EE.UU. esta trayectoria del precio del petróleo posiblemente hará retrasar el plan de “normalización” de los tipos de interés mucho más de los deseable por la Reserva Federal y puede que por el mismo mercado.

Desde otro orden de cosas cabe comentar la extraordinaria fuerza con la que se han empleado las autoridades chinas para tratar de reducir el gap entre las cotizaciones del yuan “on shore” (CNY) y el “off shore” (CNH). El tipo a un día en CNH se elevaba al 66,8% con el claro propósito de encarecer las posiciones vendedoras de CNH (quien se pone corto de una divisa se endeuda en ella a los tipos marcados). Eso sucedía en la jornada precedente. En la madrugada de hoy el yuan ha mantenido un tono más tranquilo.

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