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Columna
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La alianza rebelde de Renault y Nissan

Un nuevo pacto frena el creciente poder de Francia en Renault y limita dominio del fabricante de automóviles francés sobre Nissan. Se pone fin así a meses de debate sobre la alianza de las compañías, que venden uno de cada 10 coches del mundo. Pero sería mejor para el jefe, Carlos Ghosn, conducir al dúo hacia una fusión total.

La alianza siempre ha parecido desigual. Renault posee el 43,4% de Nissan tras el rescate de la firma japonesa en 1999. Por su parte, Nissan posee solo el 15% de Renault y no puede votar con dichas acciones. Pero Nissan ha superado a su salvador financiero y operativo, y vale actualmente 47.000 millones de dólares (unos 42.600 millones de euros), en comparación con los 29.000 millones de Renault.

Es bueno para ambas partes disipar los temores sobre las posibles interferencias políticas

Las cosas empeoraron en abril, cuando París elevó su participación en Renault para garantizarse un derecho de voto doble a partir de 2016, tal y como permite una nueva ley francesa. Esto plantea la posibilidad de que Francia pliegue a Renault a su voluntad, e indirectamente a Nissan, con más intensidad.

La tregua ha dejado a Nissan en una cómoda posición. Los japoneses no consiguen las correcciones estructurales que querían –participaciones más equilibradas, el derecho a voto de sus acciones en Renault, y una igualdad de poder en la empresa que gestiona la alianza–. Sin embargo, han logrado algunos objetivos como un límite en los derechos de voto de Francia y un contrato que evitará que Renault interfiera en Nissan.

Es bueno para ambas partes disipar los temores de que la interferencia política pudiera dañar una de las alianzas de más exito de la industria. Pero sigue valiendo la pena explorar una combinación mayor de las compañías.

El dúo ya ha cosechado miles de millones de dólares en sinergias a través de su trabajo conjunto. Una fusión completa crearía casi seguro más beneficios financieros. La familiaridad nacida de una asociación que ya dura 16 años tendría una fusión de menos riesgos. El nuevo pacto parece un arreglo en carretera. Pero Renault-Nissan también parece ir en la dirección correcta.

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