Una expansión amortiguadora
Las marcas de lujo suelen sufrir después de incidentes graves como los tiroteos en París. Las acciones de los grupos franceses Kering, Hermès y LVMH cayeron cerca de un 3% el lunes. El negocio de venta de estos artículos es sensible a la confianza y el turismo. Pero una década de excesiva expansión mundial puede haberles dejado rn mejores condiciones para manejar los riesgos del país.
Marcas como Burberry han comentado que los compradores de mercados en crecimiento como China están comprando cada vez más en Europa. Es probable que los ataques del 13 de noviembre impongan un peaje. La debilidad del euro ha llevado hordas de turistas de compras a las principales ciudades europeas. En septiembre, Francia experimentó un aumento del 31% en el gasto de los turistas, sobre todo de los chinos, según un estudio de Global Blue. La mayor parte en París, una de las ciudades más importantes en el mundo del lujo.
Los ataques probablemente disuadirán a los visitantes a corto plazo. Pero el lujo ha cambiado en la última década, con las marcas persiguiendo a unos viajeros cada vez más móviles. El resultado: gran expansión de las redes de tiendas de lujo. Louis Vuitton tenía 340 tiendas en 2004. Diez años más tarde, la división de moda y artículos de cuero de LVMH –de las cuales Louis Vuitton genera la mayor parte de los ingresos– tenía más de cuatro veces ese número. Hermès también depende menos de su mercado interno: amasó el 16% de sus ventas en Francia el año pasado, frente al 20% de 2005. Puede que los compradores chinos se sientan inseguros al viajar a Europa, pero pueden encontrar fácilmente los mismos productos en Japón, Corea o incluso Mongolia.
La política y las preocupaciones económicas siguen haciendo daño. Puede que la expansión masiva de redes de tiendas de lujo, que trae mayores costes, tenga que revertir si la demanda disminuye más. Pero de momento, los excesos anteriores de las marcas amortiguan algo.