El despido, la herramienta más usada contra la crisis
Cómo ha afectado la crisis a las empresas entre 2010 y 2013 y, sobre todo, ¿qué medidas han tomado las compañías para hacer frente a esta situación? El Banco de España dió a conocer ayer los resultados de la tercera edición de una encuesta que ha elaborado con las respuestas de 2.000 empresas de más de cinco trabajadores de los sectores manufacturero, energético y servicios de mercado.
Primeramente, estas compañías aseguraron que en la segunda fase de la crisis económica se enfrentaron principalmente a una disminución de la demanda. En concreto siete de cada diez empresas experimentó un recorte del negocio;el 44% percibió un empeoramiento de acceso a su financiación –sobre todo por unas condiciones más caras de los créditos que por su dificultad de concesión–;y el 60% se vió afectada por la morosidad de sus clientes.
Este contexto llevó a casi la mitad de las empresas (el 46,1%) a reducir los precios de sus productos y servicios. Si bien esta medida no fue suficiente y lo siguiente fue enfrentarse a una reducción de los costes laborales, ¿Como lo hicieron? Según el Banco de España “el principal instrumento usado por las empresas para ajustarse al deterioro del entorno enconómico fue la reducción de empleo” que afectó sobre todo a los temporales y en menor medida también a los fijos.
Si bien el ajuste que escogieron las compañías fue distinto en función del grado de disminución de la demanda a la que se enfrentaban. Si esta caída era moderada, la reducción de empleo temporal –con la no renovación de estos contratos– fue la herramienta más usada, por más del 60%. Seguidamente apostaron por la reducción de la parte variable de los salarios (más del 55%) y en tercer lugar el despido de los trabajadores indefinidos (usado por casi el 40%).
Pero si la empresa experimentaba una fuerte caída de la demanda, el diseño del ajuste cambiaba y el despido de los empleados fijos pasaba a ser la primera de sus opciones (escogida por más de la mitad de las empresas). A esto le seguía la no renovación de contratos temporales y después la reducción de los complementos variables del salario (el 30%) y la disminución de horas de trabajo (25%).
Sin embargo el salario base fue el ajuste menos utilizado. Incluso ante fuertes caídas de la demanda, solo el 13,7% declaró haberlo reducido.
Según el Banco de España, esta manera de recortar los costes laborales no difiere de las ediciones anteriores de la encuesta correspondientes a la primera fase de la crisis (2008 y 2009), cuando aún no se habían puesto en marcha las dos últimas reformas laborales de 2010 y 2012.
De esto se desprende que, a pesar de que el espíritu de la última reforma era orientar a que los empresarios optaran por ajustes salariales, funcionales y de tiempo de trabajo antes que recurrir al despido, cuando la crisis ha vuelto a golpear a las empresas, el despido ya sea de temporales o fijos, siguió siendo la opción favorita para ajustar los costes.
Esto no quiere decir que las empresas rechacen la reforma, ya que según sus respuestas, la mitad de las compañías considera que ahora –la encuesta se realizó entre septiembre y diciembre de 2014– es más fácil hacer tanto despidos por motivos económicos tanto individuales como colectivos. Igualmente alrededor de un tercio de las empresas cree que también es más fácil realizar el resto de ajustes (funcionales, de jornada o salariales).
En este punto, el 20% de las empresas declaró haber congelado los sueldos entre 2011 y 2013; mientras que solo el 3,3% dijo haber recortado los salarios de sus empleados en 2013, último año de destrucción de la actividad. Si bien las empresas aseguraron que se han producido otros cambios en materia salarial: el porcentaje de empresas que vincularon los sueldos al IPC pasó del 50% en 2010 al 37% en 2013. Y el 3,4% inaplicó su convenio colectivo.