Las sentencias sobre las cláusulas suelo pueden acelerar las fusiones
El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, ha vuelto a pedir procesos de fusión. Aseguró que para que la banca pueda competir con “holgura” es necesario que mejore su rentabilidad y eficiencia, lo que podría conseguirse con fusiones. Sus declaraciones coinciden con las próximas sentencias sobre la macrocausa de las cláusulas suelo. Si el fallo es favorable a la demanda colectiva, varias entidades sufrirán un revés en sus resultados.
No es la primera vez que lo reclama en los últimos cuatro meses, pero ahora parece que la insistencia tiene una razón de ser. Fernando Restoy avanzó ayer que para que la banca pueda competir con “holgura” en el actual contexto económico y regulatorio, “más exigente que en el pasado”, es necesario que mejore su rentabilidad y eficiencia, algo que podría conseguir mediante fusiones con otras entidades.
El subgobernador, que a su vez es vicepresidente del FROB, explicó que a día de hoy las entidades aún tienen un volumen “no despreciable” de activos improductivos, pese al saneamiento realizado –con los últimos datos auditados del conjunto del año, los de 2014, los bancos españoles sumaban activos impagados superiores a los 255.164 millones de euros, según recopilaciones de las memorias de cada entidad–. A lo que se añade que el desapalancamiento de las familias y empresas está provocando que el crédito no crezca “lo suficiente”, lo que configura un escenario en el que los bancos tienen poca rentabilidad en su negocio fundamental.
Ante ello, el subgobernador, que intervino en un foro organizado por Financial Times, entiende que las entidades se beneficiarán de un menor nivel de provisiones debido a la mejora de la economía, pero insistió en que es necesario hacer una reflexión sobre en qué medida, con operaciones estratégicas, se puede recuperar la rentabilidad más acorde con el coste de obtener los fondos en los mercados de capital.
Desde su punto de vista, la eficiencia “es fundamental” y mejorarla implica, entre otras cosas, ajustes de capacidad de las entidades o modificar la organización de negocio, sin excluir operaciones corporativas. No obstante, advirtió de que “no hay fórmulas mágicas y no todas las entidades tienen que contemplar estas posibilidades”.
Pese a que estas explicaciones no son novedosas, sus declaraciones ahora toman mayor protagonismo por dos razones. El Banco Central Europeo (BCE) está reclamando recortes visibles de costes de transformación, lo que conlleva nuevos ajustes de plantilla, externalizaciones de servicios, fusiones y reducciones salariales justo en un momento en el que se están negociando los convenios del sector financiero. Además, varias entidades fusionadas en la crisis tienen aún servicios centrales duplicados.
Otra razón es que la banca esperaba una subida de tipos en Estados Unidos que pudiese acelerar también un alza del tipos en Europa que frenase la presión en los márgenes de la banca por operar con intereses casi a cero. Pero esta previsión también se ha desinflado.
A todas estas razones, además, se le suma otra de no menos calado para alguna entidad. Las demandas colectivas contra las cláusulas suelo, cuyas sentencias están a punto de salir, y que afectarán negativamente a una gran parte de las entidades financieras, serán un lastre para más de un banco mediano.
Si las sentencias tienen caracter retroactivo desde mayo de 2013, momento en el que por primera vez el Supremo falló contra la comercialización de este tipo de créditos, bancos como Liberbank, Unicaja, o BMN verán reducidos sus beneficios entre 40 millones y 90 millones, según fuentes financieras. Este recorte de sus ganancias pueden llevarles a buscar en las fusiones una solución.
Las mismas fuentes financieras recuerdan que el Banco de España, en 2010, calculó en un informe remitido al Senado que entre el 25% y el 30% del total de hipotecas podrían tener esas cláusulas suelo. Para Popular o Sabadell el recorte de sus beneficios estaría en unos 100 millones de euros. Solo BBVA tuvo que asumir un coste de 265 millones cuando renunció a esta cláusula en 2013. Además, Santander y CaixaBank quieren seguir creciendo en España.
Todas las fuentes financieras consultadas coinciden, no obstante, que las nuevas fusiones no se producierán hasta después de las elecciones del 20D.