La banca mediana reorganiza sus servicios centrales, ¿por qué será?
Parece casualidad, aunque cada vez creo menos en ellas, y sobre todo si se producen en el sector financiero. Una vez despejadas las dudas sobre la nueva normativa que regulará las comisiones en los cajeros, y que tanta polémica ha provocado –y que seguro que durante un tiempo se seguirá hablando de ella–, al sector financiero le comienza a ocupar, y puede que alguno a preocupar, otros asuntos. Y a la banca mediana parece que en los próximos meses le ocupará, y puede que preocupará la reducción de costes. Y por donde dar otra vuelta de tuerca. En los servicios centrales. Pero antes un apunte. El Gobierno ha resuelto la polémica de la doble comisión que alguna entidad podría cobrar en los cajeros a los no clientes en un tiempo récord. Casi de urgencia.
El Ejecutivo también ha resuelto satisfactoriamente, según aseguran los bancos, el asunto de la investigación que estaba llevando a cabo la Comisión Europea (CE) sobre las dudas que provocaban los activos fiscales diferidos (DTA en sus siglas en inglés), incluidos en el capital de las entidades. Algunos países como Alemania o Francia habían sembrado de dudas la consideración de estos DTA como capital al preguntar si no eran ayudas públicas al contar con un aval del Estado.
La solución propuesta por Economía de imponer a la banca una tasa del 1,5% sobre sus activos fiscales diferidos a partir de 2016, ha convencido al sector y a la CE, que ha dado carpetazo a su investigación, iniciada en abril. La medida no es baladí. Los bancos se han apuntado 40.000 millones de euros de los DTA como capital. El viernes el Consejo de Ministros también aprobó otro real decretos referente al desarrollo de la Ley de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias por el que se regula el fondo de reserva que deben constituir estas fundaciones. El contenido, no obstante, era el ya conocido.
Algunas fuentes aseguran que la actividad del Gobierno en estos últimos meses del año es tan frenética, que no les extrañaría que apareciera otras medidas realizadas con urgencia para demostrar de lo que es capaz de cara a las elecciones generales. Eso sí, ni Bankia ni BMN han logrado privatizarse y recuperar así las ayudas como habían predicado hace dos años.
Volviendo al tema inicial. Las entidades medianas, o por lo menos, algunas de estas antiguas cajas tienen previsto en los próximos meses realizar una reordenación en sus servicios centrales.
BMN ya ha comunicado a su plantilla que en los próximos meses llevará gran parte de sus servicios centrales a Murcia y Granada, y abandonará Madrid. Solo quedará en esta ciudad presidencia y algún departamento menor.
Unicaja parece que también tiene previsto hacer lo mismo con los servicios centrales de su filial Ceiss (banco de Castilla y León). Esta entidad cuenta con unos 500 empleados en sus servicios centrales, que previsiblemente serán trasladados en su mayoría a Málaga, sede de Unicaja. Cajasur, filial andaluza de Kutxabank, también puede que realice algún traslado en breve de unas 50 personas, que serían enviadas a Bilbao.
Estos movimientos, que tienen como objetivo principal abaratar costes, se han ido gestando coincidiendo con las conversaciones que han mantenido todas las entidades que supervisa el BCE para fijarles sus necesidades de capital, y para indicarles su política de dividendos, riesgos y la estrategia de negocio que deben seguir si el Banco Central Europeo considera que su fortaleza no es la adecuada para abordar con holgura en 2016.
Por cierto, todo el sector, pero en especial estas entidades, deben pasar ahora por una prueba decisiva para ellas. Este mes se espera las sentencias de la macrocausa contra las cláusulas suelo interpuesta por 15.000 clientes, que han demandado a 101 entidades. Los usuarios aspiran a que el fallo anule todas las cláusulas suelo hipotecarias. Si es así, más de un banco puede pasarlas canutas el próximo año para lograr beneficios que puedan compensar el cada vez mayor estrechamiento de los márgenes, y encima restar los ingresos de la cláusula suelo.
Hablando de política y finanzas. No descubro nada si digo que en las últimas semanas el político de moda en España es Albert Rivera Díaz, actual presidente del partido Ciudadanos. Lo curioso es que el avance de su partido en las elecciones catalanas celebradas el pasado 27 de septiembre no sorprendió a algunos analistas ni a alguna que otra agencia de calificaciones, quienes ya vaticinaban el triunfo de este partido frente al resto.
Lo mismo piensan respecto a las próximas elecciones generales, que se celebrarán el 20 de diciembre. No solo creen que este hombre de 35 años puede lograr una buena posición entre el resto de sus colegas de diferentes grupos políticos, sino que prevén una posición sobresaliente de Ciudadanos. Le auguran, incluso, un puesto destacado en el nuevo Gobierno que salga de las urnas.
Una parte destacada de los empresarios aplauden su programa. Incluso algún que otro banquero ha confesado en petit comité que es el mejor candidato para presidente del actual panorama político.