“La gestión era antes demasiado personalista”
El directivo analiza su primer año al frente de la mayor gestora independiente de España Sus fondos han logrado rentar un 10% en lo que va de año, pese a las últimas correcciones
En una semana se cumplirá un año desde que se produjo el relevo más sonado de la industria de gestión de activos en España. Bestinver, la mayor gestora independiente del país, anunció el 23 de septiembre de 2014 que Beltrán de la Lastra sustituiría a Francisco García Paramés. Este último llevaba al frente de la gestora –propiedad del grupo Acciona– 25 años y había sido una pieza clave para convertirla en un referente europeo de la inversión en valor. De la Lastra tuvo claro desde el principio que no quería convertirse en el nuevo Paramés.
El directivo, recientemente nombrado presidente, ha preservado la filosofía de inversión en valor –buscar compañías infravaloradas para comprarlas y generar valor en el largo plazo– pero aportando su sello personal: un proceso de inversión más participativo, donde los equipos de análisis de compañías tienen más peso.
Pregunta. ¿Cómo valora su primer año al frente de Bestinver?
¿Riesgo político? Bienvenido sea
España y Europa afrontan un final de año cargado de citas electorales. Elecciones generales en Grecia el 20 de septiembre –con las que Alexis Tsipras quiere refrendar su gestión–; elecciones al Parlamento de Cataluña el 27 de septiembre –con un bloque independentista que aspira a la mayoría absoluta–; Elecciones generales en Portugal el 4 de octubre y Elecciones generales en España en diciembre.
Ante este panorama, muchas firmas de análisis empiezan a replegarse de España, y el bono español lleva semanas registrando una peor evolución que el bono italiano. Sin embargo, para Beltrán de la Lastra, este contexto de aumento de la percepción del riesgo político es una gran oportunidad de inversión.
“La clave de esta cuestión es la definición de riesgo”, apunta. “Para nosotros es la probabilidad de tener una pérdida permanente de capital. La volatilidad, en sí misma, no es riesgo, sino oportunidad. Típicamente, cuando el riesgo político se incrementa en un país es frecuente que haya inversores que vendan indiscriminadamente activos de ese país, independientemente de si tienen o no un riesgo político asociados. Nuestro trabajo es buscar oportunidades en compañías donde no vemos un riesgo político asociado. Cada crisis que se produce, se repite este patrón. Hay perfiles de inversión con un componente macro que, cuando venden el riesgo de un país, lo venden todo. Nosotros vamos a aprovechar para hacer compras selectivas, sin tener que tomar una visión sobre lo que va a pasar en el panorama político español”.
Otra de las señas de identidad de la casa es que intentan alejarse al máximo de las inversiones realizadas desde el enfoque macroeconómico. “No tenemos analistas macro, y nunca los tendremos. Nosotros nos dedicamos al análisis fundamental de compañías. Cuando hacemos asunciones macoeconómicas lo que hacemos es mirar la parte más conservadora del consenso de mercado”.
Respuesta. Mi valoración es francamente positiva. Después de estos meses, los inversores ya tienen referencias claras para juzgar nuestro desempeño.
P. ¿Cuáles son los principales cambios que se han producido? R. Desde el principo dijimos que mantendríamos una política de inversión continuista, pero también que debía aumentar el peso del equipo en la toma de decisiones. Antes, la gestión era demasiado personalista. Hemos cumplido con nuestros compromisos y la rentabilidad nos ha acompañado. El mayor cambio que hemos hecho ha sido el refuerzo del equipo de análisis. Venimos de una situación en que todas las decisiones estaban muy individualizadas en una sola persona. Ahora, los gestores son los que toman las decisiones de compraventa, pero se apoyan en la visión de un equipo de un análisis muy potente, uno de los mejores del país.
P. ¿Qué ha sido del proyecto de lanzar fondos para nuevos activos?
R. En su día hablamos de entrar en algún otro segmento, pero lo que está claro es que no vamos a hacer 37 cosas nuevas. Esta casa está basada en la renta variable, que consideramos el mejor activo a largo plazo. En los últimos 10 meses no hemos lanzado ni un solo producto nuevo. La razón es que, cuando se llega a una casa nueva, hay que concentrarse en lo realmente importante: cuidar del patrimonio de los inversores que nos lo han confiado. ¿Es posible que en el futuro tengamos alguna otra estrategia? Pues es posible, pero desde luego no como algo inminente.
P. ¿Cómo habéis vivido el crac de finales de agosto?
R. Una de las cosas más atractivas que tiene Bestinver es que nuestros inversores tienen un entendimiento muy claro de la inversión a largo plazo. Ellos ven, al igual que nosotros, que la volatilidad es un aliado y no un riesgo. Eso es clave para que cuando llegan los momentos de volatilidad nosotros podamos reciclar las carteras comprando valores que están más cerca de nuestro precio objetivo. Nuestros clientes son coinversores que vienen con nosotros en este camino. Si hemos logrado rentabilidades mejores que el mercado durante este difícil mes de agosto se debe en parte al tipo de inversor que tenemos. Por eso somos muy exigentes con el tipo de inversor que queremos que venga, porque no queremos a alguien que cuando hay turbulencias se asuste y quiera vender.
P. ¿Cuál es el balance de rentabilidad en lo que va de año?
R. Estamos alrededor del 10%, en el conjunto de 2015. Y en agosto logramos ceder solo un 4%, mientras que nuestros índices de referencia perdían hasta un 9%.
P. ¿Qué decisiones habéis adoptado aprovechando las últimas correcciones?
R. Un buen ejemplo de nuestra reacción ante el ruido que ha habido en las últimas semanas es que salimos de Kone [una compañía finlandesa de escaleras mecánicas y ascensores]. Vimos que estaba muy expuesta a China y a su parte tardía del ciclo económico. Ha sido una buena inversión a largo plazo, pero estaba cerca del valor objetivo y vimos que el riesgo que comportaba no compensaba la rentabilidad esperada. También estamos reduciendo alguna posición en una compañía de defensa, porque se había revalorizado un 60% en 10 meses. También estamos creando posiciones nuevas, en nombres que no teníamos. Pero lo hacemos muy poco a poco. Podemos estar hasta seis meses comprando y construyendo una posición. Una de las grandes virtudes en la gestión es la paciencia.
P. ¿Cuánto tiempo mantenéis en cartera las empresas que compráis?
R. Lo ideal es que se mantengan años y años. Pero hay situaciones en que la revalorización viene tan pronto que nos obliga a salir. No son estrategias de gran rotación. Cuando entramos en una compañía, nuestra visión es la de comprar un negocio, igual que si quisiéramos controlarlo al 100%. Nosotros no intentamos ser más listos que el mercado para saber cuál es el momento óptimo para entrar. Lo que vemos es una buena compañía, que va a generar mucho cash en los próximos ejercicios.