Fuerzas ajenas a los bancos centrales
Las materias primas se están convirtiendo en un dolor de cabeza para los bancos centrales, una vez más. El precio del barril de crudo Brent ha caído a 50 dólares, y el índice CRB de los precios mundiales de las materias primas está en su nivel más bajo en 12 años. Los bancos centrales suelen ignorar el impacto temporal de las oscilaciones de los precios de las materias primas en los precios al consumidor. Pero tienen poco margen para la complacencia cuando las tasas de inflación y los tipos de interés ya son tan bajos.
Caen las medidas de cómo los inversores esperan que se comporte la inflación durante un período de cinco años dentro de cinco años. En Estados Unidos, esta medida se ha reducido al 2,30% desde el máximo de julio del 2,47%. La medida comparable de la zona euro se ha reducido al 1,75% desde el 1,86% durante el mismo período. Este no es el tipo de caída que hace entrar en pánico a la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, o al presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. Pero no les va a gustar el sentido de la marcha.
Los alicaídos precios de las materias primas podrían llevar a petroleras y mineras a hacer recortes en la inversión
Los optimistas pueden argumentar que un precio de los combustibles más barato permite a los consumidores gastar más en otras cosas. Pero los alicaídos precios de las materias primas también podrían llevar a las empresas petroleras y mineras a hacer recortes más profundos en la inversión, lo que sería un lastre para la actividad económica. El gasto global de capital corporativo está teniendo problemas para avanzar, con expectativas de que el gasto de capital en los sectores de la energía y de los materiales caiga un 14% este año, según una encuesta realizada por Standard & Poors.
Estén o no los encargados de decidir sobre política monetaria pensando que las caídas de los precios de las materias primas son un problema, poco pueden hacer para influir en ellos. Las tasas de crecimiento chinas importan mucho más. Lo mismo ocurre con las decisiones de los productores, ya sean de mineral de hierro o petróleo, de impulsar o recortar el suministro. Todo lo que Yellen, Draghi y sus compañeros pueden hacer es intentar hacer frente a las consecuencias resultantes con un rango muy limitado de instrumentos.