Europa niega el tercer rescate a Grecia hasta después del referéndum
El FMI confirma el impago de Grecia y declara al país "en mora"
El Gobierno de Alexis Tsipras admitió ayer las tremendas necesidades de financiación que afronta Grecia y solicitó una breve prórroga del segundo rescate (que expiraba a medianoche del martes) y un tercer rescate que cifra en 29.000 millones de euros.
Tsipras aceptaría así seguir bajo vigilancia internacional hasta 2017, en contra de su intención de romper con la troika (CE, BCE y FMI). Además, se compromete a hacer frente a los vencimientos de deuda (aunque anoche el Fondo Monetario Internacional confirmaba que Grecia no efectuó el pago de los 1.600 millones de euros debidos al organismo, cuyo plazo vencía, y declaró al país “en mora”). A cambio, Tsipras pide que la zona euro asuma la promesa de renegociar las condiciones de los préstamos.
La petición de Tsipras es un desesperado intento para llegar al referéndum del domingo con cierta calma financiera e, incluso, poder cambiar el sentido de la recomendación de voto del Gobierno, que había apostado por el no al rescate. Una parte del Gobierno incluso está dispuesta ya a cancelar la consulta.
El Eurogrupo celebró ayer una teleconferencia, de poco más de una hora, para evaluar la propuesta griega. Los ministros de Economía rechazaron la prórroga del segundo rescate, que expiró a las 12 de la noche de ayer. Atenas perdió así el acceso a un remanente de 12.700 millones de euros. Y se queda con una deuda con el fondo (EFSF, en sus siglas en inglés) de 130.900 millones de euros.
El impago al FMI también supone la pérdida de una línea de crédito de 16.000 millones de euros disponible hasta marzo de 2016.
Los ministros también descartaron, por ahora, la posibilidad de negociar un tercer rescate. Solo Francia, según las fuentes consultadas, se mostró partidaria de aceptar esa vía, lo que daría una salida airosa al Gobierno de Tsipras. El resto de delegaciones consideró que todavía existen “muchas lagunas” en los compromisos ofrecidos por el ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis. Los países más duros, según esas fuentes, fueron Alemania, Finlandia y España. El MEDE emitió anoche un comunicado en el que da por expirado el segundo programa de rescate.
Varufakis intentó concretar más la propuesta sobre la marcha, con una enmienda enviada por correo electrónico durante la teleconferencia. Pero solo logró que el Eurogrupo vuelva a evaluar hoy la propuesta.
En función del resultado de la reunión de los ministros de Finanzas de la zona euro de hoy y del referéndum del domingo, las carambolas de la crisis griega podrían acabar con un Gobierno griego redimido en Bruselas... o con Grecia en un limbo financiero sin acceso a los mercados ni asistencia internacional y con un referéndum de incierto resultado en el que, según Bruselas, el país se jugará su continuidad en el euro.
Quién abortó el principio de acuerdo
1 Bruselas y Atenas lograron el 21 de junio un principio de acuerdo sobre el rescate que fue aceptado el lunes a regañadientes como la base de negociación para alcanzar un acuerdo definitivo antes del 30 de junio. El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, dio por hecho el pacto y las Bolsas reaccionaron con euforia.
2 El acuerdo se desbarató en Bruselas el martes por la tarde, cuando el primer ministro griego, Alexis Tsipras, ya parecía contar con el respaldo suficiente en su partido (Syriza) para aprobarlo. Desde entonces, todas las partes se culpan unas a otras por el descarrilamiento de las negociaciones.
3 El principal sospechoso es el FMI que dirige Christine Lagarde, a quien tanto en Atenas como en Bruselas se le acusa de haber planteado condiciones exageradas cuando el acuerdo parecía ya casi cerrado. Algunas fuentes achacan su actitud a la protesta en el FMI de países por lo que consideran un trato de favor hacia los europeos. Otras, a los deseos de Lagarde de presentarse a la reelección.
4 No parece posible, sin embargo, que el FMI por sí solo haya podido frustrar el acuerdo. De hecho, el lunes la zona euro ya se planteaba seguir adelante con el rescate dejando en un segundo plano al FMI, que podría bloquear la entrega de su parte.
5 A falta de la historia definitiva, el bloqueo de las negociaciones parece deberse a la confluencia de intereses encontrados. En Atenas, una parte de Syriza considera cualquier pacto con los acreedores una claudicación y prefiere una ruptura para forzar la suspensión de pagos y reestructurar la deuda. En Berlín, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, consideraba la propuesta del día 21 como una victoria de su rival, el ministro griego Yanis Varufakis.
6 En el Partido Popular Europeo tampoco se aceptan concesiones a Tsipras. El Gobierno de Mariano Rajoy, en concreto, se ha alienado entre los más duros en un pulso que, indirectamente, puede presentar como un derrota de Podemos. En los países bálticos, con subsidios de paro y pensiones más bajas que en Grecia, tampoco se acepta ninguna concesión.
El Gobierno de Tsipras y los escasos aliados que le quedan en Europa intentan frenar esa cadena de acontecimientos. Pero salvo cambios de último momento, Tsipras podría llegar a la consulta con un escenario financiero pavoroso que puede costarle el cargo.
Los socios de la zona euro ya no disimulan su esperanza de que la victoria del sí borre del mapa el domingo al primer ministro de Syriza. La canciller alemana, Angela Merkel, se cerró ayer en banda a las maniobras para buscar una salida que ayude a Tsipras. El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, aseguró en una entrevista con la cadena Cope que la victoria del sí sería una buena noticia porque permitirá negociar con otro Ejecutivo en Atenas.
La propuesta de la CE
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, intentó una última fórmula para evitar la ruptura con Grecia. Juncker mejoró su última oferta (la que había sobre la mesa cuando se rompieron las negociaciones el pasado viernes) con la promesa por escrito de revisar las condiciones de los préstamos en el marco de un tercer rescate. A cambio, Juncker exige a Tsipras que el Ejecutivo defienda el sí al rescate en el referéndum.
Los contactos en torno a la propuesta de Juncker se sucedieron a lo largo del martes, pero los acreedores se resisten a comprometerse a una renegociación de la deuda con un Gobierno que podría tener los días contados. Los líderes de la zona euro, tanto populares (Merkel y Rajoy) como algunos socialistas (Renzi), prefieren asumir el riesgo de la consulta a sabiendas de que cualquier resultado puede ser desastroso para Tsipras.
La victoria del sí supondría su dimisión, según ha reconocido Tsipras. La del no, según él, reforzaría su posición negociadora. Pero casi todos los líderes europeos han advertido que interpretarían ese resultado como “el deseo de los griegos de distanciarse de Europa y el euro”, en palabras de Juncker.
Atenas asegura que impugnará cualquier intento de expulsión de la UE, pero el resto del socios pueden dejar al país en un limbo legal y financiero. El BCE puede cerrar los flujos que nutren a la banca griega. Y en caso de enfrentamiento político, los socios de la UE pueden suspender los acuerdos de Schengen con Grecia y hasta retirarle el voto en el Consejo de la UE Grecia se quedaría dentro de la UE, con una deuda de 310.000 millones pero sin posibilidad de pagarla en una nueva moneda. Con ese panorama, cualquier socio optaría por suspender pagos y crear otra moneda. La gran incógnita es si la zona euro sobreviviría a la escisión.