Los límites de las políticas del BCE
El auge de los préstamos en Europa muestra el poder y los límites de la expansión cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés). La encuesta a los bancos del BCE muestra cómo la política monetaria está impulsando la demanda de crédito en Europa. Eso está contribuyendo al crecimiento. Sin embargo, los resultados son desiguales y la inversión es escasa. Las políticas del banco central funcionan, pero los gobiernos tienen que hacer más.
La última encuesta sobre préstamos bancarios es una bendición para el banco central, cuyo consejo de gobierno se reúne esta semana. Las compras de activos crearon tensiones dentro del BCE.
Los banqueros esperan que la demanda de préstamos se acelere en los próximos tres meses
El estudio, basado en las respuestas de 142 bancos de toda la unión monetaria, muestra una notable mejora tanto en la oferta como en la demanda de crédito. Las empresas más pequeñas, durante mucho tiempo abandonadas por los bancos y que no pueden emitir bonos, se beneficiaron por igual. Mejor aún, los banqueros esperan que la demanda de préstamos se acelere en los próximos tres meses. Ello implicaría un crecimiento del producto interior bruto de más del 2%, según Crédit Agricole.
El desplome de los precios del petróleo ayuda. Sin embargo, no hay duda de que el cóctel de tipos negativas y compras de activos, y la debilidad del euro, están impulsando el crecimiento. A medida que el BCE hace bajar los rendimientos de los bonos y penaliza el efectivo con una tasa negativa, los bancos están más dispuestos a prestar. Desde el comienzo del año pasado, el coste de los préstamos a las empresas no financieras se ha reducido en 75%, según Deutsche Bank.
Pero el QE solo puede llegar hasta ahí. Aún hay diferencias en la situación de los países miembro. Y no hay pruebas de que el aumento de la demanda se vaya a traducir en inversión.
La encuesta sobre préstamos muestra los límites de la QE. El BCE puede hacer que sea difícil para los bancos quedarse con efectivo, y puede animar a las empresas a financiarse. Sin embargo, una recuperación sostenible necesitará que los gobiernos hagan reformas, reestructuren el exceso de deuda y aumenten la inversión pública. Con la crisis como un recuerdo, es muy posible que no cumplan con su parte del trato.