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Eric Borremans, experto en sostenibilidad de Pictet AM

“Ya es posible crear carteras de inversión responsable”

Juan Lázaro
Rafael Durán Fernández

Eric Borremans (Bélgica, 1956) ha sido consultor medioambiental en empresas de primera fila y del sector público en todo el mundo. Es también vicepresidente de Institutional Investors Group on Climate Change (IIGCC). Pictet AM lleva presente activamente en el campo de la sostenibilidad desde 1997. Tiene entre su oferta inversiones temáticas que proporcionan exposición medioambiental (agua, energías limpias, agricultura y madera) y cuantitativas, mediante indicadores financieros de sostenibilidad y extrafinancieros.

Borremans es tajante al asegurar que “hay soluciones de inversión en una economía limitada por cuestiones medioambientales”. Parte de la base de que el cambio climático es ya una realidad científica demostrada, que está teniendo impacto. Para el inversor, los escenarios que se presentan dependen de las políticas gubernamentales. “Parte de las respuestas se van a conocer en la próxima conferencia internacional de París en septiembre (París Clima 2015), donde se van a tomar decisiones con vistas a reducir las emisiones de carbono”, asegura.

A partir de ahí, los inversores se enfrentan a dos escenarios, concreta. “Uno, que todo siga como hasta ahora, es decir, que los negocios sigan funcionando exactamente igual, con la trayectoria ascendente de emisiones de CO2 de los últimos 50 años, que puede llevar a un calentamiento global de cuatro a cinco grados, y al que los inversores tendrían que adaptarse”. El segundo escenario es que se implanten medidas concretas de los Gobiernos para reducir significativamente las emisiones de CO2. “Para eso es muy importante el precio del carbono, que tendría que ponerse relativamente alto. Lo cual implica en algunos casos penalizaciones, como es en la industria del petróleo y del gas”.

“Hemos demostrado que la rentabilidad en productos sostenibles ya es tan buena o mejor que la inversión tradicional”

“Lo importante entonces es el compromiso con la sostenibilidad”, afirma y apunta que los inversores tienen fundamentalmente dos pasos a seguir. En primer lugar, partiendo de las inversiones actuales, “hay que preguntarse cuánto y hasta qué punto la cartera incluye empresas que emiten CO2 en relación con el conjunto de la economía y el índice de referencia (como el índice mundial de acciones MSCI). Luego hay que cuestionarse cómo empezar a reducir la huella de carbono, pues existe el riesgo de una sorpresa negativa en el precio de la emisión de carbono. De hecho, algunas de nuestras propuestas de inversión están diseñadas para minimizar ese riesgo, tratando de minimizar la huella de carbono. Es el caso del fondo Pictet European Sustainable Equities. Se trata de evitar los perdedores potenciales”.

La otra posibilidad es hacer la apuesta por las industrias que son más eficientes en el uso de CO2. “De hecho, con cada nuevo riesgo es posible aprovechar las oportunidades por exposición a compañías que producen productos y servicios limpios, como vehículos eléctricos o energías renovables, que pueden crecer más rápido que el resto de la economía. Se trata de invertir en posibles ganadores”. Esta propuesta implica invertir en megatendencias, concentrando la inversión en compañías que pueden facilitar la resolución de problemas medioambientales a largo plazo con impacto socioeconómico.

Borremans pone el ejemplo del coche híbrido, que tiene un motor de combustión y otro eléctrico, “que permite reducir la emisión de CO2 y por tanto ayudar a salvar el planeta”. “Así es como miramos las compañías, desde el punto de vista financiero tradicional y al mismo tiempo de manera no convencional, por su gobierno corporativo, grado de contaminación y políticas sociales y de empleo, la parte eléctrica”. “Son las dos caras de la misma moneda, el riesgo y la oportunidad. Y en los dos casos el inversor se puede aprovechar”, resume.

Se estima que el mercado formado por compañías que venden productos y servicios más limpios es de tres billones de dólares para 2020

Además del cambio climático, “que es el gran desafío global, existen otros elementos medioambientales que también suponen desafíos a largo plazo: la escasez y falta de seguridad en materia de agua, la pérdida de diversidad biológica en el planeta, la acidificación de los océanos y la polución química”. Ya estamos en un estadio en el que los consumidores son conscientes de esto, demandando productos y servicios más limpios, como coches menos contaminantes o iluminación eficiente, destaca Borremans. Y los Gobiernos están tomando medidas.

“Se estima que este mercado formado por compañías que venden estos productos y servicios es de tres billones de dólares para 2020. Y además creciendo a un ritmo compuesto anual mayor que la economía mundial. En total puede haber ya 1.000 compañías con un tamaño suficiente como para que el inversor pueda invertir en ellas. De manera que ya es posible crear carteras de inversión socialmente responsable”.

El experto de Pictet disipa una duda: “El inversor puede preguntarse a veces que esto es solo una inversión ética y esta lo que hace es perderse oportunidades de crecimiento, al reducir el universo de inversión. Y no es así. Hemos demostrado que tanto por un producto o fondo totalmente sostenible o también por la inversión temática, la rentabilidad ya es tan buena o mejor que la inversión tradicional. Con la ventaja para la conciencia del inversor, que además de rentabilidad está contribuyendo al medioambiente y al bienestar social, a fin de cuentas, a la sostenibilidad”.

Tres escalas de inversión

Los inversores tienen tres formas de invertir, cada una más progresivamente sostenible. “La primera es sencillamente excluir, establecer líneas rojas de inversión”, indica Eric Borremans. Es el caso, para Pictet AM, de las empresas de armamento controvertido: como minas antipersonales o bombas de racimo. “Este tipo de compañías están excluidas de todas las carteras de Pictet”.

El segundo nivel, recurriendo a la analogía del coche, es el vehículo híbrido. “Ya no es un coche normal, es híbrido, está más diversificado. Cuando se habla de inversión, ya no se trata de empresas tradicionales, sino que empieza a haber componentes de industrias novedosas”, destaca.

El tercer escalón, “que es compromiso completo con la sostenibilidad, es cuando ya el coche es eléctrico. Esas son industrias plenamente dedicadas a inversiones sostenibles para contribuir al bienestar del planeta”. Para este tercer escalón, Pictet ofrece el fondo Pictet Environmental Megatrend Selection, señala.

Se trata de lo que Borremans llama el capitalismo responsable, que empieza por uno mismo: su sede de Ginebra utiliza paneles solares, se limitan los viajes, se recicla el agua... Pero también lo llevan más allá y en su propia actividad lo emplean en las políticas de inversión.

Sobre la firma

Rafael Durán Fernández
Lleva más de una década a cargo de los temas de sostenibilidad en la sección de Buen Gobierno, tarea que compagina con la edición de CincoDías. Aterrizó en el periódico en el año 2000 y pasó una temporada en la sección de Opinión. Antes, en El Siglo de Europa y El Nuevo Lunes. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.

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