La Casa de Alba actúa como una pyme más para mejorar su negocio
Al igual que ocurre con las pequeñas y medianas empresas del país, se ven obligados a buscar negocio en el extranjero, además de sacar nuevas líneas de productos
Como si de una pyme se tratara, la Casa de Alba se ve obligada a renovarse para mantener o incrementar sus ventas. La intención es comenzar a hacer negocio en el extranjero, y para no quedarse anclados en el pasado optarán por crear nuevas líneas de productos, reforzando el apartado gourmet con la venta de jamones ibéricos, de bellota, miel, cerveza artesana y galletas de mantequilla.
El objetivo pasa por ampliar el catálogo de productos gourmet además de mejorar su estructura comercial y de distribución para consolidarse en el mercado nacional y extenderse por el extranjero con una serie de garantías. La situación de la Casa de Alba se asemeja a la de cualquier pyme española, de ahí que se vean obligados a buscar soluciones para aumentar la facturación. La intención es que sus productos de calidad lleguen a Estados Unidos y México, además de los principales países asiáticos y europeos, como recoge Europa Press.
Esta familia, considerada una de las más importantes dentro de la nobleza, comenzó la comercialización de productos de alta gama en 2013 con el lanzamiento de su primer aceite de oliva virgen extra, que ha visto como se mulitplicaban las ventas en apenas un año, además de la carne de vacuno mayor.
Tras el fallecimiento de la duquesa de Alba, su hijo Cayetano Martínez de Irujo se ha convertido en el administrador único de la marca. El conde de Salvatierra reconoce que necesitaban "renovarse y teníamos que hacer algo para seguir poniendo en valor todo lo que teníamos. En lo que a mi respecta, voy a continuar con el legado de mi madre centrándome en este proyecto porque tiene un gran potencial y me hace sentir que desarrollo mis raíces".
Los productos de la firma Casa de Alba ya se encuentran a la venta en algunos establecimientos de productos delicatesen y hostelería del país. Martínez de Irujo aseguran que lo que venden son alimentos y bebidas "buenos". Los comienzos fueron con el aceite "porque los producimos totalmente nosotros y era nuestra punta de lanza". Destaca la cerveza, que no entraba en sus planes en un principio, pero todos son igual de buenos: la miel, el jamón, la carne y los dulces", señala.