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Columna
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El euro merece más aprecio

El dólar parece imparable frente al euro. Goldman Sachs prevé que la moneda única –que se ha depreciado un 13% frente al dólar en el 2015, y un 24% en los últimos 12 meses– caerá de los 1,05 dólares actuales a 0,80 dólares a finales de 2017. Sin embargo, muchos factores apuntan a la fortaleza del euro, no a su debilidad.

El primero es el comercio internacional. Los agentes de cambio pensaron que era importante que el euro estuviera en 1,51 dólares a finales de 2009. Entonces, los superávits por cuenta corriente empujaron al alza las divisas y los déficit supusieron un lastre. Ahora, los analistas de Barclays prevén un superávit de la zona euro del 2% del PIB en 2015 y un déficit en Estados Unidos del 2,3%.

Además, unas mayores tasas de inflación implican tipos de interés reales más bajos y se suelen asociar con valores monetarios inferiores. Mientras la desinflación se extiende casi por todas partes, Barclays anticipa que la inflación de Estados Unidos será del 1,2% este año, el doble de la de la zona euro. El banco espera que esta brecha de 0,6 puntos porcentuales se amplíe a 1,5 puntos porcentuales en 2016.

Una mayor inflación implica tipos reales más bajos y se suele asociar con valores monetarios inferiores

Incluso el crecimiento del PIB podría favorecer al dólar un poco menos que antes. La zona euro se beneficia más de la disminución del precio del petróleo y las estimaciones del PIB de la región están aumentando. Por el contrario, los datos más recientes de Estados Unidos se han quedado por debajo las estimaciones de crecimiento del primer trimestre.

Eso deja la política monetaria, que parece ser el único foco de los operadores de divisas actualmente. El Banco Central Europeo acaba de comenzar la expansión cuantitativa, mientras la Reserva Federal se prepara para incrementar sus tipos de interés, salvo que vuelvan las malas noticias económicas.

Esta divergencia política, sin duda, aboga por un euro a la baja, aunque puede no justificar el colapso del euro. Pero otras comparaciones menos amigables para el dólar podrían cobrar importancia, sobre todo si la fuerza del PIB de la zona euro continúa. El euro podría encontrarse más apreciado mucho antes de llegar a 0,80 dólares, y mucho antes de 2017.

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