Bankia comienza a vaciar una mochila llena de turbulencias
El equipo gestor de BFA-Bankia encabezado por José Ignacio Goirigolzarri logró el viernes levantar la losa que pesaba sobre el grupo desde hace algo más de un mes. Pudo presentar el sábado 28 de febrero sus resultados, último día legal para que una empresa cotizada pueda comunicarlos al mercado. Tras la tensión acumulada durante los últimos 30 días el banquero y el número dos de la entidad, José Sevilla, respiraron tranquilos, algo que se hizo palpable el sábado en la rueda de prensa de presentación de resultados.
La retahíla de mensajes lanzados por Goirigolzarri con varios y claros destinatarios (Gobierno, partidos políticos, jueces y abogados), salpicados de sentido del humor y unos resultados del grupo por encima de lo que el mercado había previsto, corroboraron este fin de semana que una de las cargas pesadas de la mochila de Bankia se había disuelto.
El mercado deberá hoy dar su veredicto a la cuenta de resultados de BFA-Bankia (el sábado el banco se reunió con periodistas y luego con los analistas), a sus proyecciones de futuro y a las explicaciones que esgrimieron los gestores sobre las contingencias judiciales que pesan sobre la entidad cotizada.
El viernes los inversores ya dieron una valoración positiva al acuerdo alcanzado sobre el montante de las provisiones de 780 millones de euros que ha hecho el grupo para hacer frente a las indemnizaciones por la salida a Bolsa de Bankia en julio de 2011 y sobre su reparto:el 60% de ellas las ha asumido BFA, y el 40% se han cargado a la cuenta de Bankia, que además, solo se hará responsable del pago de las primeras sentencias perdidas, hasta llegar a los 312 millones de euros establecidos. A partir de esa cifra será la matriz las que se hará cargo de las facturas.
Los intereses contrapuestos entre Economía y Hacienda, o lo que es lo mismo, entre Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, sobre cómo, cuándo y cuánto había que provisionar las previsibles indemnizaciones derivadas de la salida a Bolsa de Bankia habían llevado al grupo a transmitir al mercado una incertidumbre que poco o nada favorecía a una entidad financiera cotizada.
Al final, las tesis de Guindos prevalecieron sobre las de Montoro, e incluso sobre las iniciales de Goirigolzarri que era partidario de que toda la factura por las indemnizaciones de la oferta pública de suscripción (OPS) de Bankia las asumiese su matriz BFA al no cotizar ni tener capacidad para revalorizarse, algo que su filial sí.
Hacienda, mientras, quería que fuera Bankia la que corriese con este coste. Sus tesis eran también lógicas, aunque más teóricas que prácticas. Pretendía que fuera la propia entidad en litigio y sus accionistas, y no el Estado que está representado en el grupo en BFA, el que cargase con el grueso de las indemnizaciones.
El problema es que esta es una discusión teórica y muy compleja, ya que al final el principal accionista de Bankia es BFA, que controla el 63% de su filial cotizada y BFA, a su vez, es 100% del Estado, con lo que si la cotización de Bankia o sus resultados van mal, quien más sufre es el Gobierno, su principal accionista, y luego los inversores minoritarios.
De hecho, de los 202 millones de euros de dividendo que va a repartir Bankia como primer dividendo, 126 millones irán a las arcas del Estado. Y la revalorización que experimentó la acción el viernes del 4,76%, permitió también a BFA incrementar el valor de su participación en su filial cotizada en casi la misma cantidad que la provisión que ha tenido que realizar por las previsibles indemnizaciones de Bankia.
Goirigolzarri tenía muy claro su argumentario. “Es falaz contraponer los intereses del contribuyente y Bankia. Que a nosotros nos vaya bien y generemos valor es una gran noticia para los españoles, porque será más fácil que los contribuyentes recuperen su dinero”.
El banquero también optó por la diplomacia en la presentación de resultados al definir como “equilibrado” el acuerdo alcanzado el viernes con el FROB para cuantificar y repartir entre BFA y Bankia las provisiones extra.
Para hacer más ejemplarizante sus declaraciones explicó que cada 10 céntimos de incremento en la acción de Bankia elevarían el valor en Bolsa de la entidad en unos 1.151 millones de euros, de los que unos 714 millones se corresponderían con la participación del Estado. Y añadió en sus argumentaciones que “desear que a Bankia le vaya mal es desear que a los contribuyentes les vaya mal”.
Imputaciones y tarjetas black
Goirigolzarri explicó que no contempla la posibilidad de que termine siendo imputado por el juez Fernando Andreu tras las conclusiones de los informes periciales de Víctor Sánchez y de Antonio Busquets que afirmaban que el banquero cometió errores contables en la reformulación de las cuentas de 2011. También defendió la honestidad del secretario del consejo del grupo, Miguel Crespo, único que procede de la etapa anterior de Bankia y al que algunos imputados han señalado como conocedor de la operativa de las tarjetas black.
Las claves de los resultados
Gana 747 millones tras provisionar 312
Los responsables de Bankia celebraron el sábado que la entidad haya dado un paso más hacia su normalización y mostraron su satisfacción por los resultados obtenidos. El banco ha logrado repartir su primer dividendo pese a la “muy conservadora” provisión realizada. Además, ha cumplido todos los objetivos fijados en el plan estratégico 2013-2016 “con un año de antelación”, remarcó su presidente. Bankia ganó 747 millones de euros, pese a haber dotado 312 millones extra por las previsibles indemnizaciones por su OPS. Sin ellas, habría anunciado un beneficio de 966 millones. Sus resultados representan el 83% más que un año antes, y un 22% sin tener en cuenta el ajuste contable realizado por la dotación al Fondo de Garantía de Depósitos por todas las entidades.
Devolución de las ayudas hasta 2017
El presidente de Bankia no quiso pillarse los dedos dando una fecha aproximada de cuándo podría venderse otro paquete de acciones del banco para devolver dinero al Estado, aunque no descartó que pudiera ser a lo largo de este año. Eso sí, se mostró mucho menos optimista que en otras ocasiones sobre a la fecha en la que tiene previsto devolver los 22.424 millones de euros que el grupo BFA-Bankia recibió como ayudas públicas. “Queda tiempo”, afirmó, para insistir en que hasta 2017 no terminada el plazo dado por Bruselas para la privatización de la entidad, y por consiguiente, para reintegrar estas ayudas a las arcas del Estado. Aseveró, eso sí, que su intención es devolver todas las ayudas, no solo las de Bankia, que alcanzan los 10.700 millones.
Objetivos para 2015
El banquero afirmó que los resultados del año pasado permiten a la entidad estar “en línea” con el objetivo de alcanzar una rentabilidad (ROE) del 10% en 2015. “Esta es una meta compleja y difícil, pero es nuestra aspiración”, declaró José Ignacio Goirigolzarri. También aseguró que el grupo mantiene sus objetivos de ganar 1.200 millones de euros durante el presente ejercicio.
Sobre la evolución de los clientes, destacó que en el último trimestre del año la entidad alcanzó una media mensual de 23.000 nuevos usuarios, superando el objetivo de 20.000 que se había fijado el banco para este ejercicio. Además, señaló que para este ejercicio la entidad espera seguir creciendo en la concesión de crédito a empresas y consumo, incrementar el saldo.
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