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El incremento de tecnología en los vehículos genera nuevos temores

¿Realmente es posible "hackear" un coche?

En el programa "60 minutos", uno de los más conocidos en EE.UU. han presentado la posibilidad de si uno de los últimos modelos, en los que hasta hay sistemas que nos cambian de carril automáticamente o que si al conductor le ocurre algo son capaces de parar el coche sin peligro en el arcén, podría ser hackeado y toda esta tecnología volverse en nuestra contra.

Es lo que también ha planteado el Senador por Massachisetts, curiosamente donde está el conocido MIT, una de las instituciones punteras en desarrollo teconológico, y que plantea, a priori, un escenario realmente sobrecogedor para muchos usuarios, sobre todo aquellos que miran con recelo todo lo que tiene que ver con el mundo tecnológico.

Para demostrarlo, en el reportaje de "60 minutos", se muestra como un especialista hackeaba un vehículo y tomaba el control del claxon y de los freno a distancia, sólo pulsando un botón en el teclado del hacker en cuestión. 

Es por ello que la pregunta es ¿es esto una amenaza real? Las posibilidades de que hackeen un coche mientras hacemos la compra o cuando lo estamos conduciendo son escasas, como indican desde Yahoo, pero algún peligro si que existe, sobre todo para la privacidad.

Como cualquier sistema informático, el completo conjunto de sensores y ordenadores de un coche no pone las cosas fáciles, pero dado que ya tienen conectividad WiFi o Bluetooth, la posibilidad de entrar al sistema de forma no autorizada existe.

Ahora bien, lo que mostraban en 60 Minutos es cierto, un hacker con el conocimiento necesario, y aquí llega el primer problema ya que sólo hay un puñado de especialistas que lo puedan hacer en el mundo, puede manipular el sistema de frenado, los limpiaparabrisas, etc y hacerlo de forma inalámbrica. Es más, puede acceder a los datos de la consola de a bordo, como el GPS, y conocer la posición del coche y las rutas realizadas.

¿Debería estar preocupado? Rotundamente no.

De momento, los más temerosos aún pueden seguir con el miedo en el cuerpo porque, teóricamente, hasta si nuestro coche tiene una conexión telefónica, como algunos modelos para contactar con un servicio de emergencias, como se demostró por parte del equipo del doctor Tadayoshi Kohno y sus colaboradores de la Universidad de California en 2010, se podría lograr el control de algunos de sus sistemas como los frenos.

Pero la realidad es que fuera de entornos controlados, como el del programa de televisión o la muestra del Dr. Kohno, no se ha reportado nunca el hackeo de un vehículo. Y es que la teoría, las pruebas de "laboratorio" son muy diferentes del entorno real.

Hackear un coche no es simplemente instalar un virus. Necesita no sólo de unos conocimientos muy precisos sino de mucho tiempo de preparación, y no sólo un par de horas. Es mucho más complejo. Hasta la fecha, sólo científicos, académicos y analistas de seguridad han logrado sacar algún hueco por donde colarse tras muchos meses de estudio, algo que por otra parte ha sido enviado a los fabricantes de coches para mejorar sus sistemas. El propio Dr. Kohno afirmó tras su experimento "no creo que el usuario medio tenga que preocuparse por este incidente", a pesar de su descubrimiento.

Además de la dificultad y el gasto en tiempo y recursos que supone, hackear un coche es poco rentable para uno de estos especialistas, y como apuntan desde Forbes, no les serviría ni siquiera para robarlo ya que la mayoría de los coches actuales necesitan que su llave esté a cierta distancia del vehículo para que el motor se ponga en marcha.

De momento, y durante los próximos años, todavía se puede decir que es posible sentarse al volante del coche, disfrutar de nuestra música en streaming y hablar por teléfono sin manos, sin que por ello haya que preocuparse de que alguien pueda romper la seguridad de sus sistemas. De hecho, en la práctica, tenemos más posibilidades de que roben en nuestra casa de que ocurra algo de esto en el vehículo.

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