Los asesores, al ralentí
Aún se reciben comisiones por recomendar determinados productos
Un tercio de los ahorradores europeos no entendemos los conceptos financieros. Hasta ahí nada nuevo, pero es que tampoco mostramos mucho interés en recibir información detallada de los productos. Así se refleja en una reciente encuesta de EFPA Europa entre 1.289 asesores financieros. Y aún hay más: cinco de cada diez ahorradores europeos aceptan cualquier recomendación y asignación de activos sin cuestionar a sus asesores. Es decir, que además de ser ignorantes, nos es indiferente.
Estas, y otras muchas que se suman en España, son las asignaturas pendientes de un sector que en nuestro país no acaba de arrancar, sobre todo si nos centramos en el denominado asesoramiento independiente, cuyas empresas, las Eafi, siguen siendo unas grandes desconocidas entre el público general. Y eso pese a que llevan seis años en funcionamiento. Lo están desde que la CNMV se decidió a regularlas y en 2009 abrió el registro oficial en el que todas han de estar inscritas tras cumplir férreos requisitos, que pasan por demostrar dilatada experiencia del cuerpo directivo, tener seguros de responsabilidad civil, máxima transparencia en tarifas o someterse a estrecha supervisión por parte del regulador.
Claves para elegir inversión
1- No invierta en un producto del que no entiende todas las características. Este es el primero de los seis grandes consejos que no debe olvidar un inversor minorista antes de contratar un producto financiero, según EFPA España. Acuérdese de leer y entender todas las cláusulas del instrumento que valore contratar.
2- Cuidado con las promesas engañosas. Algunas veces nos encontramos con campañas muy agresivas que no dicen toda la verdad. De hecho, la ESMA (European Securities and Markets Authority) ha alertado sobre las promesas de rentabilidad “elevada” o “garantizada”, que no siempre se ajustan a la realidad, sobre todo en determinados productos complejos.
3- La clave para no llevarnos sorpresas: un buen asesoramiento. Un asesor independiente y experimentado será el que nos puede ofrecer las mejores opciones de inversión según nuestro perfil de riesgo y teniendo en cuenta los intereses y las prioridades de cada uno.
4- Hay que tener en cuenta la fecha de vencimiento del producto. Será primordial, sobre todo, si necesitamos coger el dinero antes de la fecha de recuperación de la inversión. Si el producto no es líquido, como suele ocurrir en productos complejos, y lo queremos vender antes de tiempo, tendrá un importante descuento sobre el precio de compra.
5- Analizar los costes totales asociados al producto. Tenga en cuenta las comisiones y los costes fijos que puedan derivarse de su inversión, ya que repercutirán directamente en la rentabilidad obtenida por el producto contratado.
6- ¿Conocemos todos los riesgos a los que nos enfrentamos? No hay que obviarlos. El apalancamiento, por ejemplo, puede multiplicar fácilmente las pérdidas; no hay que olvidar que algunos productos se asocian a diversos riesgos de mercado y existe un riesgo de crédito en aquellos casos en los que el emisor del producto incurra en impagos o la empresa quiebre.
La principal peculiaridad de estas empresas es que facilitan información sobre las características de los distintos productos de inversión provengan de la entidad que provengan, ya que no están casadas con ninguna en concreto como pasa, por ejemplo, con el asesoramiento que le da su banco, y sobre todo, “les prestará un servicio de asesoramiento personalizado y, lo más importante, continuado”, resalta José María Luna, director de análisis y estrategia de inversión de Profim, y además le asesorará “sin tocar su dinero, pues recordemos que un asesor financiero como puede ser una Eafi ni coloca productos ni puede gestionar el dinero de sus clientes. Lo que vende son recomendaciones”.
En seis años, y pese a que en algunos países de Europa, como Reino Unido, el número ronda las 10.000 –ocupándose de asesorar a más del 90% de los inversores–, según la CNMV a noviembre de 2014 había 143 Eafi registradas, después de que cerca de una veintena hayan desaparecido en este tiempo, bien por falta de actividad o porque se han reconvertido o asociado con otras.
En cuanto al patrimonio gestionado, hay buenas y malas noticias. A 30 de junio de 2014, últimos datos difundidos por la CNMV, asesoraban cerca de 14.500 millones de euros, 1.000 millones menos que a igual fecha de 2013, ejercicio que terminó con 17.630 millones. No obstante, si nos centramos en clientes minoristas, vuelve el optimismo, ya que en junio de 2014 estos les habían encomendado 500 millones de euros más que el total de 2013. Un avance que también se constata en el número de contratos a este tipo de inversor, llegando a los 4.032, 300 más que al finalizar 2013. En cuanto al global de los contratos, los minoristas son, por goleada, los más numerosos, ya que en total se firmaron 4.332 al finalizar el primer semestre de 2014.
Desde Kessler & Casadevall AF creen que la lenta evolución en el patrimonio gestionado se debe a la falta de una reforma real del modo en que se proporciona asesoramiento en España, ya que la ley “sigue permitiendo la comercialización de productos financieros disfrazados de asesoramiento, al contrario de algunos países de nuestro entorno, como Reino Unido y Holanda, donde se ha terminado con las retrocesiones. Esta es la clave, ya que permite de una vez por todas la separación efectiva de las labores de asesoramiento, gestión y comercialización”, lamentan.
De hecho, en esta casa consideran que la prohibición de este tipo de comisiones, que cobran los intermediarios del distribuidor de los productos, cuando entre en vigor la Directiva Mifid II “va a tener un gran impacto, porque prácticamente todo el sector, incluyendo una mayoría de Eafi, las cobran a día de hoy. Supone cambiar completamente el modelo de negocio y poner en valor finalmente la importancia del análisis y el asesoramiento frente a la distribución y comercialización de productos”.
En concreto, según datos de la CNMV, las retrocesiones supusieron en la primera parte del pasado año unos 3,6 millones, es decir, el 17% del total de comisiones, mientras que en 2013 sumaron 6,4 millones, un 19%.
No obstante, las retrocesiones tienen también sus defensores. Es el caso de Josep Soler, presidente de EFPA Europa, quien asegura que con “transparencia, calidad, profesionalismo, conducta ética, formación continua, amplia gama de productos, etc., se puede dar un muy buen servicio de asesoramiento cobrando retrocesiones. Eso sí, dando toda la información y siendo claro con el cliente”.
Intrusismo
Íñigo Susaeta, socio director general de Arcano Family Office, valora positivamente el crecimiento en el número de clientes que han decidido contar con los servicios de un asesor profesional y regulado y al mismo tiempo por el número de profesionales que han decidido dar el paso para convertirse en empresarios del asesoramiento regulado, en Eafi; pero “no podemos caer en el conformismo, ya que tanto desde el punto de vista regulatorio como desde el punto de vista del fomento de esta actividad desde los organismos competentes queda mucho camino por avanzar”.
Las frases
Abante
“La independencia no tiene tanto que ver con el tipo de entidad sino más con cómote remunera el cliente y por qué servicios”
Profim
“Un asesor independiente ni coloca productos ni puede gestionar el dinero de sus clientes.Lo que vende son recomendaciones”
Kessler & Casadevall “Se sigue permitiendo la comercialización de productos financieros disfrazados de asesoramiento”
Arcano
“No podemos hacer que los bancos asuman un rol en la cadena de inversiones que no tienen. El asesor asesora y el banco provee productos”
EFPA EUROPA
“Se puede dar un muy buen servicio cobrando retrocesiones. Eso sí, dando toda la información y siendo claro con el cliente”
Una de esas cuestiones que preocupa y mucho, es el intrusismo. “La labor de la CNMV a este respecto [la lucha contra el intrusismo] ha sido hasta la fecha muy pobre”, lamentan desde Kessler & Casadevall. También hay sus más y sus menos entre los denominados independientes y los asesores en general. “Todavía hay un gran recorrido en generar plenamente la conciencia de que debemos asesorarnos, y que hay que huir de la venta pura no personalizada, antes de poner excesivo énfasis en el asesoramiento independiente al que finalmente acceden un número limitado de inversores”, afirma Soler, y pone como ejemplo que no se requiere “ningún tipo de cualificación, formación ni certificación profesional para trabajar en una Eafi. Es un mal síntoma de una figura que querría ser de calidad”.
Gadea de la Viuda, socia y directora general de Abante, la primera Eafi en registrarse en España, opina que el asesoramiento independiente “no tiene tanto que ver con el tipo de entidad desde la que se presta el servicio sino más con cómo te remunera el cliente y por qué servicios, cómo estructuras tu oferta de productos y cómo estableces los incentivos al equipo de asesores”. En ese sentido, “el momento en España es todavía muy incipiente, tanto por las estrategias de las entidades como por la reticencia del inversor a aceptar otros modelos de relación con la entidad a pesar de ser más transparentes”.
Si la primera Eafi en registrarse fue Abante, la última ha sido Finetico, que logró la autorización el pasado 16 de enero. Aunque en la web de la CNMV no vienen más datos que la dirección de la empresa, entrando en la propia web de Finetico vemos que la empresa se une al grupo de Eafi que busca captar al pequeño inversor en un sector en el que, por lo general, los clientes que entran por la puerta no tienen disponible menos de 50.000 euros. Así, esta Eafi no solo oferta tres meses gratis de consultas vía mail y teléfono, sino que presenta tarifas reducidas para particulares y autónomos, incluso ofrece descuentos del 50% a parados, discapacitados, mayores de 65 años y asociaciones y colectivos de mujeres maltratadas. El marketing también se aplica en Eafi.
Cambiar costumbres
Otro de los obstáculos que los expertos mencionan para explicar el tibio despegue del asesoramiento profesional está en el poco hábito que tenemos los españoles de pagar por ciertos servicios. Acostumbrados como estamos a que sea el subdirector de la sucursal del banco de la esquina quien nos indique dónde guardar los ahorros, para el presidente de EFPA Europa es imprescindible reivindicar que “el asesoramiento es un servicio, y muy importante, que cuesta dinero, que conviene pagar y, sobre todo, conviene saber cómo lo pagamos”, en alusión a que en ciertas entidades más que pensar en el interés del cliente se hace en las necesidades de venta del banco. “No podemos hacer que los bancos asuman un rol en la cadena de inversiones que no tienen. El asesor asesora y el banco provee de servicios y productos financieros. Confundir ambas figuras hace que caigamos en errores como los que vivimos durante la crisis de 2007”, recuerda Susaeta.
Luna, por su parte, está convencido de que la clave es la calidad en el servicio, ya que “si los consejos de dicho asesor cumplen las expectativas de su cliente, tanto en rentabilidad como, y muy importante, en evitarle tener productos “tóxicos” en cartera, no habrá problema de pago de tarifa por los servicios recibidos”.