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El mandatario respalda las fuertes subidas de los tipos de interés

La intervención de Putin no despeja las dudas sobre la economía rusa

El presidente de Rusia, Vladimir Putin
El presidente de Rusia, Vladimir PutinREUTERS

La rueda de prensa de tres horas y media que ha ofrecido el presidente ruso, Vladimir Putin, ha logrado apaciguar temporalmente a los mercados, pero no ha servido para despejar todas las dudas que se ciernen sobre la economía de Rusia. El respaldo explícito de Putin a las medidas adoptadas por el Banco Central para apoyar al rublo ha permitido que la divisa se estabilice y que la Bolsa de Moscú se tome un respiro, tras varias jornadas desastrosas.

Putin ha reconocido ante más de 1.200 periodistas que el país está sumido en una crisis económica, y auguró que en el peor de los casos tardará en salir de esta situación dos años. Aunque no llegó a mencionar la palabra crisis, aceptó que Rusia afronta “tiempos difíciles” y que, si las cosas se ponen feas, habrá que “cambiar de planes” e introducir “recortes”.

El mandatario subrayó que el se siente responsable directamente por “todo lo que ocurre en el país”, pero repartió culpas de la situación actual entre el Gobierno y el Banco Central, muy criticados por su inacción ante la inusitada depreciación del rublo, que en lo que va de año ha perdido más del 50% de su valor.

“Todo se hace correctamente, pero se podría ir medio paso por adelante”, dijo Putin, después de que la moneda haya caído en picado en los últimos días hasta superar el “martes negro” la barrera psicológica de los 100 rublos por euro, frente a los 40 rublos que costaba un euro hace dos meses.

La principal medida adoptada por el Banco Central ha sido elevar los tipos de interés, para tratar de frenar las salidas de capitales y atenuar las perspectivas de fuerte inflación. El jueves pasado subió el tipo de intervención del 9,5% al 10,5% y tres días después se adoptaba la medida drástica de fijar el tipo oficial del dinero en el 17%.

Putin ha culpado directamente del desplome del rublo a factores externos como la caída de los precios del petróleo, que ronda los 60 dólares el barril, y las sanciones occidentales (impulsadas por Estados Unidos y la Unión Europea) que son causantes “en torno al 25-30% de los problemas económicos”.

Según las previsiones del Gobierno ruso y el Banco Mundial, la economía entrará en recesión en 2015, cuando podría contraerse un 0,8% como mínimo, dependiendo de los precios del barril, mientras la fuga de capitales es imparable y la inflación superará el 10%.

El presidente ruso considera “posible” que el barril de crudo caiga hasta los 40 dólares, pero se mostró convencido de que la economía se adaptará, aunque tendrá que someterse a una reestructuración, en clara alusión a la reducción de su dependencia de las exportaciones de hidrocarburos.

Putin aseguró que la salida de la crisis y ulterior crecimiento de la economía rusa son “inevitables” y podrían producirse incluso antes de dos años, aduciendo que, pese a la ralentización actual, el crecimiento de la economía mundial “se mantendrá”.

El mandatario insistió en que, gracias a las reservas rusas, que ascienden actualmente a 8,4 billones de rublos (137.000 millones de dólares), Rusia dispone de “los recursos suficientes” para cumplir los programas sociales, ya que “lo más importante es el bienestar de la gente”.

Subidas de las Bolsas

La intervención de Putin, que no ofreció recetas concretas para superar la crisis, permitió que la Bolsa de Moscú cerrara la sesión con subidas (del 6,96% en el caso del RTSI, el índice de referencia en dólares, y del 4,49% en el caso del índice de referencia en rublos, el Micex).

La desplome que ha vivido el rublo durante las últimas semanas ha provocado que compañías como General Motors, Audi o Jaguar hayan decidido suspender la venta de coches en rusia, hasta poder fijar una nueva política que contrarreste la depreciación de la divisa.

Mientras, el temor a que se produzca un brusco encarecimiento de los precios ha provocado un aluvión de clientes en las tiendas de informática, electrodomésticos y móviles. La multinacional sueca Ikea suspendió ayer temporalmente la venta de muebles de cocina y electrodomésticos en sus tiendas de Rusia ante el exceso de demanda entre los rusos, que se lanzaron a comprar después de que la compañía anunciara una subida de precios a partir del próximo sábado.

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