_
_
_
_
España piedra a piedra

Diez citas monumentales

El otoño es una estación magnífica para hacer las maletas y... carretera y manta. Lejos ya la temporada estival, es el momento de realizar pequeñas escapadas culturales. Si las piedras hablasen, en nuestra geografía tendrían mucho que decir sobre los avatares históricos acaecidos en la Península. Edificios singulares, palacios, monasterios y catedrales, pero también fortalezas, acueductos y teatros reúnen entre sus muros muchas secretos e historias. Algunas narran las conquistas romanas, dejan constancia de sus obras de ingeniería o narran sus actividades más lúdicas. Otras nos cuentan las vicisitudes entre moros y cristianos y sus sempiternas rencillas; nos dan cuenta de las intrigas palatinas y dan fe de todo tipo de devociones y creencias religiosas.

Un repaso por la geografía de la historia nos llevaría a recorrer los monumentos más visitados de España y, con ellos, un mosaico de culturas y un deslumbrante patrimonio. España es el segundo país del mundo, después de Italia, con más declaraciones de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.

La Alhambra de Granada es el monumento que más visitas recibe, con más de 3,3 millones de turistas anuales, prácticamente los mismos que recibe el Museo del Prado de Madrid, y por encima de la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona. Nuestras recomendaciones tienen, además, el atractivo añadido del entorno donde se ubican con una muy buena oferta gastronómica y de ocio. Lean y escojan.

La Alhambra: a merced del sueño de moros y cristianos

La Alhambra y los jardines del Generalife han inspirado leyendas, coplas, novelas, películas y sueños. Algunos reales –como la reconquista del reino nazarí por los Reyes Católicos en 1492–; otros, rotos –como el fugaz reinado de Boabdil, el último monarca de Granada, derrotado por las tropas de sus católicas majestades, que acabaron con ocho siglos de dominación árabe–. La Fortaleza Roja, por el color de sus muros, es la joya del arte nazarí y uno de los monumentos mejor conservados del arte árabe. El emplazamiento de la ciudad amurallada, con Sierra Nevada a sus espaldas, es impactante y nos avisa del esplendor que encontraremos dentro. Los palacios nazaríes, con sus estancias reales, espectaculares jardines, como los del Partal y Generalife, o patios de ensueño, como el de los Leones, que representa el paraíso. Entrada general, 14 euros. Mejor reservar por internet.

La Mezquita: el tesoro de los omeyas embruja Córdoba

La Mezquita de Córdoba se alza majestuosa en pleno centro histórico de la ciudad. Considerada como el tesoro de los omeyas andalusíes, es uno de los monumentos musulmanes más impresionantes. El templo original fue erigido por Abderramán I en el 785, sobre una antigua iglesia visigoda. Un hecho singular de esta mezquita es su orientación sur, en lugar de hacia La Meca. En siglos posteriores, la mezquita pasó por sucesivas ampliaciones que resumen los avatares de la historia y de las luchas religiosas, que provocaron la mezcla de estilos gótico, renacentista y barroco de la construcción cristiana. En su interior llama la atención el laberinto de columnas de gran belleza, con doble arquería y arco de herradura y la catedral cristiana de 1523, en la que destaca el retablo mayor. El Patio de los Naranjos da acceso al recinto. Entrada general, 8 euros.

Catedral de Santiago: meta de los peregrinos del Camino

La catedral de Santiago es el destino final con el que sueñan los peregrinos que realizan el camino del apóstol. Este complejo religioso se alza sobre la monumental plaza del Obradoiro. Es una obra clave del románico aunque en ella confluyen numerosos estilos arquitectónicos –gótico, barroco, plateresco y neoclásico– fruto de sus ampliaciones. Su construcción se inició en 1075, bajo el reinado de Alfonso VI. Su superficie, construida con tres naves y planta de cruz latina, ocupa unos 8.300 metros cuadrados. El Pórtico de la Gloria es su entrada principal y alberga 200 figuras alusivas al Apocalipsis. En ella, la figura del apóstol Santiago da la bienvenida a los peregrinos. La fachada del Obradoiro está considerada como una de las cimas del barroco español y en su interior destaca el altar mayor, también barroco y, bajo este, la cripta del apóstol. Entrada gratuita.

Catedral de Burgos: más de cinco siglos en construcción

La catedral de Burgos es uno de los más bellos monumentos del arte gótico y la única catedral española que ha sido declarada por sí misma Patrimonio de la Humanidad (1984). Además del gótico, incorpora otros estilos artísticos ya que su construcción, iniciada en 1221, se alargó hasta 1765. En su interior destaca el claustro y las capillas, entre ellas, la de los Condestables (siglo XV) y la de Santa Tecla (XVIII). En la fachada principal está la Puerta del Perdón, con un rosetón estrellado y una galería de estatuas de los reyes de Castilla. A ambos lados se alzan las torres de 84 metros, coronadas por magníficas agujas del siglo XV. El conjunto escultórico más bello es el de la Puerta del Sarmental. En su interior destaca el cimborrio de la nave central, rematado con una preciosa bóveda mudéjar y bajo el cual están los restos del Cid Campeador. Entrada general, 7 euros.

La Giralda de Sevilla: de rampa en rampa hasta el campanario

La atalaya de Sevilla, con sus 97,5 m de altura, es uno de sus monumentos más famosos. Este antiguo alminar árabe fue rematado en el siglo XVI con el campanario, los templetes decrecientes y El Giraldillo e incorporado a la futura catedral tras la reconquista cristiana. Merece la pena subir sus 35 rampas hasta el campanario para disfrutar de unas extraordinarias vistas. La entrada general (8 euros) incluye la visita a la catedral.

El Escorial: un promesa llena de suntuosidad y boato

La edificación del complejo del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial se debe, según muchos historiadores, a una promesa que hizo el devoto Felipe II a Dios tras la batalla de San Quintín. Otros piensan que la obra planeaba ya en la mente megalómana del rey por la suntuosidad, complejidad funcional y boato con la que está proyectada. Sus 33.327 m2 superficie incluyen un palacio, una basílica, un panteón, una biblioteca con cerca de 45.000 impresos y un monasterio donde habitan los agustinos. Fue construido entre 1563 y 1584 en piedra granítica y dividido en tres zonas con el Patio de los Reyes en el centro. En sus ángulos hay cuatro torres de 55 m, rematadas por bolas de metal. En la capilla están los monumentos funerarios de Carlos V y Felipe II. La arquitectura del edificio, terminado por Juan de Herrera, dio lugar al estilo herreriano. Entrada general, 10 euros.

Alcueducto de Segovia: Bajo los arcos de un pasado milenario

El Acueducto de Segovia es uno de los más importantes de la época romana y una impresionante obra de ingeniería. Junto con el Alcázar, son los emblemas de la ciudad. Construido en la segunda mitad del siglo I, sus imponentes 167 arcos para conducir el agua están formados por 20.400 bloques de piedra que no están unidos por masa ni cemento. La altura máxima es de 26,10 metros y se alcanza en la plaza del Azoguejo.Situado sobre una roca, en la confluencia de dos ríos, el Alcázar parece un castillo de cuento que cumple todos los tópicos, incluyendo numerosos pasadizos secretos que comunican con algunos palacios de la ciudad. Su origen data del siglo XII y su emplazamiento y construcción denota un uso militar que sirvió de residencia al rey Alfonso VIII. En el siglo XIII el edificio incorporó nuevos elementos. Visita completa, 7 euros.

Teatro de Mérida: el mejor escenario con la mejor acústica

El Teatro Romano de Mérida fue levantado en la colonia Augusta Emérita bajo el patrocinio de Agripa, alrededor del año 16 o 15 a. C. Su ubicación sobre el cerro de San Albín, cuya inclinación favorece una magnífica acústica, ha permitido realizar representaciones hasta hoy día como el festival anual de teatro. Tiene capacidad para 3.000 asientos, la mitad de su aforo original. Los espectadores se distribuían de abajo arriba según su rango social en tres sectores de gradas –caveas summa (superior), media e ima–, separados por pasillos y barreras. A todas las gradas se accedía desde escalerillas distribuidas de manera radial por las gradas. La deteriorada grada superior era lo único que emergía del edificio antes del inicio de su excavación en 1910. La escena tiene tres puertas de acceso y presenta un podio de más de dos metros y medio de altura. Acceso libre.

Un centro espiritual y artístico del Barroco

La vista de la basílica de Nuestra Señora del Pilar desde el Puente de Piedra sobre el Ebro es una de las más famosas de Zaragoza y permite contemplar la dimensión de esta maravilla del arte barroco. Según la tradición, es el primer templo mariano de la cristiandad ya que en él se conserva y venera el pilar –una columna de jaspe– que fue depositado por la Virgen María. Construida entre los siglos XVII y XVIII, en su interior destaca la Santa Capilla, obra de Ventura Rodríguez, que alberga la imagen de la Virgen, el retablo mayor de alabastro y el coro renacentista. Junto con la catedral de Santiago, el Pilar es uno de los destinos espirituales más importantes de España y un centro artístico de primer orden que reúne obras de gran valor y de diferentes épocas. En especial, destacan los frescos de Goya. Entrada gratuita, excepto la visita a la torre (3 euros).

La Sagrada Familia: el templo de las obras perpetuas

La Sagrada Familia es la obra inacabada del arquitecto catalán Antoni Gaudí que aceptó continuar la construcción iniciada por Francisco de Paula en 1883. A pesar de que Gaudí trabajó en ella hasta su muerte en 1926, 88 años después aún continúan las obras en uno de los monumentos más visitados de España. El arquitecto que empezó la obra proyectó un edificio neogótico; Gaudí respetó las trazas iniciales, pero pronto le imprimiría su sello personal. Solo dejó terminada la capilla de San José, la cripta y la portada del Nacimiento. Entrada general, 14,80 euros.

Archivado En

_
_